- Teresa de Calcuta: uso y abuso “espiritual” de una vida “samaritana”
- EL FUTURO ESTÁ... EN EL ODIO
- Evangelio Misionero del Dia: 6 de Setiembre de 2010 - SEMANA XXIII DURANTE EL AÑO
- Lecturas y Liturgia de las Horas: 6 de Setiembre de 2010
- Domingo XXIII del tiempo de ordinario: Desde un K2 diferente
Posted: 05 Sep 2010 04:06 PM PDT Por José Ignacio Calleja* Cuando el jueves, 26 de Agosto, leí que se celebraba el centenario del nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, me entretuve pensativo en esta mujer y lo que representaba. Cualquier persona de buena voluntad se muestra admirada por alguien que vive y muere de este modo. Ella, y las mujeres religiosas que la han seguido, las Misioneras de la Caridad, se vacían “entre los pobres del mundo, entre los enfermos y abandonados en la miseria más extrema”. Me preguntaba por su vida y por la sencillez de las palabras que la acompañaron. Simplemente, el amor, puesto a disposición de quienes no tienen nada, ni siquiera un hogar en que refugiarse y ser queridos. Nada. El amor más gratuito posible entregado a algunos. Porque ésta es la primera dificultad, sólo podemos llegar a algunos, y en la dificultad, la tentación: “Total, ¿para qué?”. Ésta es la primera grandeza de una mujer así, ¡y hay muchas! Nunca calculan primero lo que no pueden hacer, sino lo que sí está a su alcance dar. Sin engañarse sobre la realidad de la miseria, pero, ante todo, hacer ya lo que está en su mano para curar. Digo, ante todo, y no “sólo”. He leído que la Madre Teresa decía que “debes reaccionar con amor por el pobre más pobre, porque es la única oportunidad de hacerlo en la única vida que tienes”. Expresa su fe en Dios y un corazón en extremo bondadoso, porque esa misma razón es la que muchas veces nos provoca el olvido del mal ajeno: “Total, ¿para qué?”, si detrás de él, hay otro, y otro, y otro. Y además, si sólo se vive una vez, y el desgarro interior que te provoca el amor a los pobres te consume en la única vida que tienes. Por eso decía que, en el caso de Teresa de Calcuta y tantos otros, “primero es la fe en Dios y, (o en su defecto), la fe en la dignidad de cada persona como algo “único”, que me concierne de manera total. Me conmociona y me hace reaccionar. En sencillo, tras la compasión el pensamiento: nadie es digno en solitario. La miseria padecida por otros es mi responsabilidad y, su mejora, una condición imprescindible del respeto que exijo y merezco como persona. La consecuencia cae por su propio peso. Para el creyente, el amor nunca es perder la vida, sino ganarla; nunca es en vano, sino que siempre es dicha y logro; y para el que cree en la dignidad humana con pasión “religiosa”, ya que no puede hacerlo en Dios, la vida digna de cada uno es incondicionalmente necesaria para afirmar la propia dignidad y sus derechos anejos. Los dos caminos humanos niegan el valor de una dignidad en solitario, con derechos a la medida de mi vida privilegiada, y sin responsabilidad alguna hacia los más pobres de la tierra. Esta última es una ideología muy extendida, pero es un cuento del liberalismo solitario; un cuento, por cierto, del que participamos la mayoría; yo, también; y un error, no para negar, y disolvernos en un colectivismo moral totalitario, sino que pide dotar de condiciones reales la “vida digna” para cada uno. Decía que el “santo” realiza ante la miseria de otros, primero, lo que ya está en su mano hacer; y añadía, “no sólo”. El lector con mínimo sentido crítico ya sabe que estoy pensando, como él, en la dimensión social de los problemas humanos. Por más vueltas que le demos, la miseria y las víctimas los son por comportamientos humanos muy injustos y abusivos, que hechos leyes, instituciones y estructuras, nos condicionan como un pecado, en lenguaje religioso, y como una malla social incompatible con la dignidad. No hay dignidad humana posible en esas condiciones de hambre, miseria y muerte, sobre todo de los niños, y no hay dignidad humana posible para quienes vivimos con los ojos cerrados a esas relaciones de injusticia económica internacional, y no hay dignidad posible para quienes justifican su posición privilegiada en “es lo mío”, “es cosa de los mercados”, “me lo merezco”, “no está en mi mano arreglarlo”, “mi consumo, les beneficia”, “el mundo es como es, y todo requiere su tiempo”. En algún lugar he leído o he escrito —¡yo qué sé!— que la estrategia cultural más perversa ante lo que conocemos como situaciones de miseria, es esta triple línea defensiva: “yo qué sé, acerca del mundo”; y cuando sé algo del mundo de la injusticia, “yo qué puedo hacer”; y cuando descubro que algo sí puedo, “yo no tengo la culpa”. Ya sabía yo que terminaría echando un sermón, ¡con todo lo que esto incomoda a los sabios y entendidos del mundo!, o sea, a los que, como yo, queremos resolver la miseria del mundo, pero arriesgando poco; o para mucho otros, nada; el puro cinismo de: “es la dignidad, la dignidad… los derechos, los derechos… una vida digna, una vida digna”. Y con la boca pequeña, “para mí y los míos”. Pues esto es lo que hay, y me lo recordaba Teresa de Calcuta, con la inconsistencia “política” de su meditación, ¡hay que reconocerlo y rectificar!, pero con la verdad incuestionable de mirar la vida de todos, desde los ojos de la victimas más olvidadas del mundo. Pero, ¿hay otro lugar para mirar y ver lo imprescindible? No. (Fuente: Religión Digital, 31/08/2010) * José Ignacio Calleja es sacerdote y profesor de Moral Social Cristiana en Vitoria. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Sep 2010 03:56 PM PDT XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C Por Fr. Santiago Agrelo Martínez Jesús lo dijo así: “Si uno viene a mí y no odia a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío”. Los responsables de la versión litúrgica del texto, al transformar un explícito «odiar» en un supuesto «posponer», han rendido un homenaje impensado a la radicalidad hiriente del evangelio. Me quedo con lo que hiere, “odiar”, porque en esa acción escandalosa vio Jesús una norma para discernir entre quienes se acercan a él por casualidad, por curiosidad, por beneficiarse de su poder, por conocer su doctrina, y quienes optan por ser de verdad sus discípulos. El evangelio no me pide que odie al enemigo, sino que odie lo que amo, lo que más amo, desde mi padre y mi madre hasta mi propia vida. Algo dentro de mí va diciendo que ese odio es todo amor. Algo me dice que mi padre y mi madre, por amor, odiaron la propia vida para proteger la mía. Algo me dice que los mártires de la fe, por amor, odiaron la propia vida y la entregaron a Cristo Jesús y a quienes los martirizaban. Algo me dice que Jesús de Nazaret, por amor, odió su vida para que yo pudiese vivir. Algo me dice que la Eucaristía, sacramento del amor que Dios nos tiene, es al mismo tiempo sacramento del odio que se nos exige, pues en este divino misterio se nos entrega por entero quien nos ama, y sólo si nos odiamos para amar, sólo si renunciamos a poseernos y nos damos a quienes amamos, podremos ser en verdad discípulos de aquel a quien nos hemos acercado en la comunión. Bajo esta luz se puede releer la carta de Pablo a Filemón: “Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo… Te lo envío como algo de mis entrañas… Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor, como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, ¡cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano!” Es como si el apóstol estuviese diciendo a su amigo: «Odia y ama», «ódiate a ti mismo y ama a tu esclavo». Ese odio que libera al hombre para el amor, es condición de futuro para el que ama, para el que es amado y para el mundo. Paradojas del amor: El futuro está… ¡en el odio! Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Sep 2010 03:23 PM PDT Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 6-11 Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Peto Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos». Él se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió y su mano quedó sana. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús. Compartiendo la Palabra Por Conrado Bueno, cmf El amor y la Ley Sábado El sábado era la expresión suprema de la religión judía. Ante todo, era día de descanso. Evocaba el descanso de Dios después de crear el mundo y el descanso del pueblo después de la liberación de la esclavitud. Se convirtió en signo de la Alianza de Dios con su pueblo. Era un día de alegría y alabanza al Señor. Hasta aquí, todo estupendo. Sin embargo, las exigencias de este descanso se fueron convirtiendo, según palabras de Jesús, en “fardos insoportables”. Por ejemplo: estaban prohibidos los negocios, hacer fuego, recoger leña, salir, arar y cosechar, incluso la defensa en caso de guerra. Las exageraciones cerradas de los hombres dieron al traste con el proyecto bonito de Dios: también es necesario para el hombre el descanso, el ocio, lo gratuito, la alegría, el culto y la adoración de Dios. (Y, encima, nosotros ponemos la Resurrección del Señor como gracia que ilumina, entero, el domingo cristiano). Jesús Jesús se proclama señor del sábado. Y sentencia “no está hecho el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre”. Jesús resucitado ha dejado caducas todas las leyes y tradiciones. Mete a sus enemigos en un brete: ¿Está permitido, en sábado, hacer el bien? ¿Se puede salvar a un hombre o dejarlo morir? Y sus enemigos son incapaces de reconocer la evidencia, lo que, seguro, les inspira su conciencia y su corazón humano. Así de terrible. El hombre Es trágico pensar que para algunos -¡también, hoy!- resulta pecaminoso hacer el bien, sanar a la gente, curar al enfermo, dar esperanza al que sufre. Todavía perduran posturas inflexibles, cerradas, intransigentes. Y para más “inri”, se creen que, así, agradan a Dios, como los escribas y fariseos. Repasemos, por ejemplo, las peloteras que armamos a propósito de ciertas materias de liturgia, de moral, de formulación doctrinal. Discernamos con el Evangelio: ¿Son la voluntad de Dios sobre el hombre o, más bien, son actitudes cerradas (o interesadas) de los hombres? Como que quisieron cargarse a Jesús. También los profetas de hoy son rechazados apelando a razones que no parecen salir del corazón del Evangelio. Menos más que el Evangelio es tozudo. Y Jesús sigue siendo el que carga con los dolores del mundo, el que pasa curando, haciendo el bien. ¿Por qué enfrentar el culto a Dios con el amor al hombre? Qué tremendo. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Sep 2010 03:07 PM PDT SEMANA XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5, 1-8 Hermanos: Es cosa pública que se cometen entre ustedes actos deshonestos, como no se encuentran ni siquiera entre los paganos, ¡a tal extremo que uno convive con la mujer de su padre! Y todavía se enorgullecen, en lugar de estar de duelo para que se expulse al que cometió esa acción! En lo que a mí respecta, estando ausente con el cuerpo pero presente con el espíritu, ya lo he juzgado, como si yo mismo estuviera allí. Es necesario que ustedes y yo nos reunamos espiritualmente, en el nombre y con el poder de nuestro Señor Jesús, para que este hombre sea entregado a Satanás: así se perderá su carne, pero se salvará su espíritu en el Día del Señor. ¡No es como para gloriarse! ¿No saben que "un poco de levadura hace fermentar toda la masa"? Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL 5, 5-7. 12 R. ¡Guíame, por tu justicia, Señor! Tú no eres un Dios que ama la maldad; ningún impío será tu huésped, ni los orgullosos podrán resistir delante de tu mirada. R. Tú detestas a los que hacen el mal y destruyes a los mentirosos. ¡Al hombre sanguinario y traicionero lo abomina el Señor! R. Así se alegrarán los que en ti se refugian y siempre cantarán jubilosos; Tú proteges a los que aman tu Nombre, y ellos se llenarán de gozo. R. Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 6-11 Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Peto Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos». Él se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió y su mano quedó sana. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús. Palabra del Señor. LITURGIA DE LAS HORAS TIEMPO ORDINARIO LUNES DE LA SEMANA XXIII De la feria. Salterio III 6 de septiembre LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. Entremos a la presencia del Señor dándole gracias. Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: ERES LUZ Y SIEMBRAS CLARIDADES Eres la luz y siembras claridades; abres los anchos cielos que sostienen, como un pilar, los brazos de tu Padre. Arrebatada en rojos torbellinos, el alba apaga estrellas lejanísimas; la tierra se estremece de rocío. Mientras la noche cede y se disuelve, la estrella matinal, signo de Cristo, levanta el nuevo día y lo establece. Eres la luz total, Día del Día, el Uno en todo, el Trino todo en Uno: ¡gloria a tu misteriosa teofanía! Amén. SALMODIA Ant. 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor. Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo. Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación: cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; caminan de altura en altura hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob. Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa vale más que otros mil, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria, el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. ¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Dichosos los que viven en tu casa, Señor. Ant. 2. Venid, subamos al monte del Señor. Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES Is 2, 2-5 Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén la palabra del Señor.» Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Venid, subamos al monte del Señor. Ant. 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre. Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO. Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones; porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo. Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda; decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente.» Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Cantad al Señor, bendecid su nombre. LECTURA BREVE St 2, 12-13 Hablad y actuad como quienes han de ser juzgados por una ley de libertad. Pues habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio. RESPONSORIO BREVE V. Bendito el Señor ahora y por siempre. R. Bendito el Señor ahora y por siempre. V. Sólo él hizo maravillas. R. Ahora y por siempre. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo R. Bendito el Señor ahora y por siempre. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro. PRECES Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y digámosle: Haz, Señor, que te glorifiquemos. Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy; Haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos. Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra. Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos. A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, concédenos el gozo y la paz. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro... ORACIÓN Señor Dios, rey de los cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, podamos ofrecerte hoy en todas nuestras actividades un sacrificio de alabanza grato a tus ojos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ---------------------------- VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: LANGUIDECE, SEÑOR, LA LUZ DEL DÍA. Languidece, Señor, la luz del día que alumbra la tarea de los hombres; mantén, Señor, mi lámpara encendida, claridad de mis días y mis noches. Confío en ti, Señor, alcázar mío, me guíen en la noche tus estrellas, alejas con su luz mis enemigos, yo sé que mientras duermo no me dejas. Dichosos los que viven en tu casa gozando de tu amor ya para siempre, dichosos los que llevan la esperanza de llegar a tu casa para verte. Que sea de tu Día luz y prenda este día en el trabajo ya vivido, recibe amablemente mi tarea, protégeme en la noche del camino. Acoge, Padre nuestro, la alabanza de nuestro sacrificio vespertino, que todo de tu amor es don y gracia en el Hijo Señor y el Santo Espíritu. Amén. SALMODIA Ant. 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia. Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia. Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a sus dientes; hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Ant. 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos. Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, las del cielo y las de la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos. LECTURA BREVE St 4, 11-13a No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga a un hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley no eres cumplidor de la ley, sino su juez. Uno es el legislador y juez: el que puede salvar o perder. Pero tu, ¿quién eres para juzgar al prójimo? RESPONSORIO BREVE V. Sáname, porque he pecado contra ti. R. Sáname, porque he pecado contra ti. V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.» R. Porque he pecado contra ti. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Sáname, porque he pecado contra ti. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación. PRECES Cristo quiere que todos los hombres alcancen la salvación. Digámosle, pues, confiadamente: Atrae, Señor, a todos hacia ti. Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la esclavitud del pecado; haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo. Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos. Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y a los que viven abandonados; ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos. Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir: Padre nuestro... ORACIÓN Señor, tú que con razón eres llamado luz indeficiente, ilumina nuestro espíritu en esta hora vespertina, y dígnate perdonar benignamente nuestras faltas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------------ COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: CRISTO, SEÑOR DE LA NOCHE Cristo, Señor de la noche, que disipas las tinieblas: mientras los cuerpos reposan, se tú nuestro centinela. Después de tanta fatiga, después de tanta dureza, acógenos en tus brazos y danos noche serena. Si nuestros ojos se duermen, que el alma esté siempre en vela; en paz cierra nuestros párpados para que cesen las penas. Y que al despuntar el alba, otra vez con fuerzas nuevas, te demos gracias, oh Cristo, por la vida que comienza. Amén. SALMODIA Ant. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES. Inclina tu oído, Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. LECTURA BREVE 1Ts 5, 9-10 Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN OREMOS, Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Sep 2010 03:02 PM PDT Publicado por Entra y Verás En el evangelio de hoy Jesús establece las condiciones del seguimiento. No es algo reservado a un grupo de héroes, de "galácticos". pero exige un compromiso individual y de fidelidad. Dicen que desde los alto del K2 se experimenta una sensación inigualable de inmensidad, de libertad. Se contempla el horizonte y uno parece el “amo” del mundo. De igual manera, en cristiano, podríamos decir que el seguimiento de Jesús supone llegar a una sensación inigualable de libertad. Si para ascender hasta el K2 hay que tener una preparación específica tanto física como mental, Jesús también establece cuatro condiciones para seguirle: Renunciar a la familia, en cuanto institución cerrada y cuna de injusticias, como era la de su época; negarse a sí mismo; cargar con su cruz y despojarse de todos los bienes. Con ellas se consigue ser discípulo de Jesús. Creo que es importante no interpretar estas renuncias desde el punto de vista ascético pues nos puede llevar a ver a los discípulos como un grupo de selectos, de elegidos. Como una elite. Aceptar el mensaje del Reino, y por tanto el seguimiento de Jesús, es lo mismo que renunciar a todo elitismo, a toda preferencia o distinción frente a los demás, por más que esa selección provenga de una estricta ascesis. Recordemos si no el evangelio del domingo pasado, cuando Jesús nos invitaba a ocupar los últimos puestos sin buscar en ningún momento el honor o el privilegio. Más allá de las renuncias me gustaría que nos fijásemos en este domingo en dos dimensiones fundamentales del seguimiento, que están representadas en los ejemplos propuestos por Jesús en el evangelio. Por una lado, la dimensión personal, individual, y por otro la fidelidad. Respecto a la primera, quizá con los nuevos tiempos y el ocaso de la sociedad de cristiandad, nos vamos dando cuenta de una vez por todas que la vivencia del seguimiento de Jesús, que la respuesta a la llamada que a todos nos hace, es algo personal. Cada uno de nosotros tiene que sentarse a reflexionar y ver en qué medida va poco a poco comprometiéndose. Qué es lo que trae consigo el darle un sí a Dios. Esto no es ni mucho menos el ocaso de la religión que algunos han augurado, sino vivir consecuentemente y contar como seguidores exclusivamente a aquellos que lo son en verdad. Aquellos que han dado un sí firme y viven su fe con madurez y coherencia, sin la amenaza de la condena mitigada con morfina de cumplimiento, misa dominical y fervorín piadoso. La otra dimensión, la de la fidelidad, viene expresada hoy por la tan traída y llevada frase de “cargar con la cruz”. Digamos que era algo muy gráfico para las gentes de aquella época, pues habían sido testigos de las ejecuciones practicadas por los romanos. No tenía nada que ver, pues con la religión, la espiritualidad, el heroísmo, la generosidad, el masoquismo… sino que significaba alinearse con los últimos y en nombre de la libertad, frente a todas la injusticias, luchar por el reino sin perder del horizonte la posibilidad de acabar en la cruz, como Jesús, que no murió por que le gustase sufrir sino porque era la consecuencia lógica a su comportamiento. Por tanto, el seguimiento de Jesús debemos entenderlo desde el empeño por conseguir que la gente viva más feliz. Nuestra dificultad a la hora de entender todo esto es que quizá hemos moralizado demasiado este tema del seguimiento. Pues parece que lo primero que se exige es dominar y vencer las pasiones y los vicios, comunes a toda la humanidad. Pero lo determinante del seguimiento no es una moralidad intachable sino la identificación con lo débil y esto no significa rebajar la exigencia sino poner tales exigencias en su lugar, porque si somos sinceros lo más costoso en esta vida no es llevar una vida irreprochable sino el despojarse de toda pretensión de poder o dignidad. Como decía Bernanos: “Es una gracia poder aceptarse a sí mismo, pero la gracia de todas las gracias es poder olvidarse de sí, pues la verdadera libertad está en amar sin egoísmo”. Hemos de intentar ser fieles seguidores de Jesús para escribir nuestros nombres no en lo alto del K2 si no en la arena de la vida, donde solo el tiempo se ocupará de borrar nuestro rastro por las vidas de los otros. Roberto Sayalero Sanz, agustino recoleto. Colegio San Agustín (Valladolid, España) Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
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