- Esperanza subversiva (Cuento)
- LA FE DEL CENTURIÓN
- La Cruz de Jesús… ¿Qué significa?
- Evangelio Misionero del Dia: 06 de Julio de 2010 - XIV Semana del T.O. Ciclo C
- Lecturas y Liturgia de las Horas: 06 de Julio de 2010
Posted: 05 Jul 2010 05:10 PM PDT ![]() “Hacía ya más de cien mil lunas, de la madre tierra le nacieron las primeras mujeres mayas, semillas libres que les nacieron las mujeres y hombres que trabajaron nuestra tierra y ella los alimentó. Ellas nunca poseyeron ni explotaron esta tierra, sino que por el contrario la compartieron entre sus comunidades y cuidaron de ella. Fue hasta hace cincuenta mil lunas que los otros mataron y robaron nuestra tierra, se apropiaron de ella y la explotaron. Desde entonces, nosotras hemos resistido y defendido nuestro derecho a vivir a nuestro modo, nuestra cultura, y hemos retomado nuestra tierra, ya desgastada, maltrecha, para cuidarla nuevamente y pedirle que vuelva a alimentarnos y a nacernos. Hemos vuelto a acostar a nuestras hijas, al cumplir sus cincuenta lunas, sobre un petate, para que aprendan a mirar las estrellas y escuchen la voz de nuestras raíces, y su carne de maíz se nutra de esperanza”. Así hablaba la comandanta Ramona a las mujeres de Acteal, antes del levantamiento. Cuarenta lunas les habían pasado, cuando los árboles crujieron, los ríos crepitaron, la tierra bramó, y las estrellas, al llegar la noche cayeron en llanto, inconsolables. Las mujeres madres, las no nacidas y los hombres de Acteal, habían sido masacrados por las guardias blancas de paramilitares, al servicio del corazón egoísta de los otros, siervos del capitalismo. Una radio encendida en una empobrecida y autónoma comunidad del llamado “Caracol V”: “Se alza la palabra de las mujeres y hombres indígenas que han logrado con su sudor la proclamación de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”. Eran las seis de la tarde, el sol se estaba ocultando detrás de las montañas de la región de San Cristóbal de las Casas, Chiapaz. La niña Quetzalli, con su cotona de lana, estaba acostada sobre un petate, panza arriba y rascándose el ombligo, su mirada de mujer llegaba hasta la última estrella del cosmos, en sus ojos, como hermosos espejos, se reflejaba la luna, mensajera de esperanza de un nuevo amanecer. Esa noche escuchó en el rumor de las hojas de los frondosos árboles de mango, una voz milenaria. Le habían enseñado las ancianas de su pueblo, que la vida de cada una de las personas que han sido enterradas está depositada en la sabia de los árboles, quienes por medio de sus raíces, dan la mano a cada una para abrirles las puertas de los caminos que las llevarán hasta sus hojas, que tocan las estrellas. Cuando caen las hojas nocturnas es que han tocado el haz de una estrella, y ambas, hoja y estrella, se confabulan para que renazca una nueva indígena forjadora de mujeres y hombres libres. Esa noche las hojas hablaban con el conejo de la luna: “Han pasado ya ciento cuarenta lunas y tu has sido testigo de que nuestros pueblos indígenas de Chiapaz han alzado sus voces para resistir al sistema injusto y defender con sus vidas los derechos de los pueblos indios”. El conejo, se hospedó esa noche en la frente de la niña y susurró a sus oídos: “He visto como caminaban tu madre, tu padre y tus hermanas con la Junta de Buen Gobierno, esa que llaman “nueva semilla que va a producir”. Los vi caminar junto con los otros pueblos, construyendo autonomía en su territorio”. Un pequeño temblor sacudió el petate y el ligero cuerpo de la niña. “Ejem, ejem”. Nuestra madre tierra intervino, comenzó a hablar al corazón de Quetzalli: “Yo te he nacido, te he alimentado, te he dado la vida, he guardado tu historia, soy la misma tierra de tus abuelas. De mis entrañas, aires y aguas, salen todas las riquezas para tu pueblo”. La pequeña escuchaba atenta y sentía como la cálida tierra la acariciaba. Seguía observando a la luna, y el conejo continuaba su diálogo: “Por eso tu madre, tu padre, tus hermanas y todas las que en ella trabajan, se han ganado el derecho de vivir en ella”. “Santita, recibe paz”. Dijo la tortuga. Había llegado con su andar paciente a la mano izquierda de la niña y posó la base de su verde caparazón sobre la palma de su mano. Su madre le había dicho sobre la tortuga, que era un animal muy sabio, que la había escogido a ella de entre muchas niñas, para hacerse su compañera y ayudarla con su tenacidad a que se reconocieran sus derechos, a ser tomada en cuenta y ser verdaderamente respetada en nuestro modo, para con su paciencia no desfallecer en tu rebeldía y resistencia”. La tortuga como fiel nahual, con su voz grabe y ronca habló con ternura a los sentimientos de la pequeña: “Sigue caminando en la esperanza subversiva, de tu sangre indígena, de tus mártires, que viven en los árboles de raíces tan profundas jamás cortadas. Tu madre, tu padre y tus hermanas, están aquí, en las hojas de estos mangos”. “¡Quetzalli, linda, despierta!” Dijo su abuela. La tomó de la mano con el amor intenso de la trascendencia, la llevó consigo hasta la carreta donde había un balde con agua, la ayudó a enjuagarse, mojó su cara, para encontrarse con esos hermosos ojos negros, brillantes, como las obsidianas. Quetzalli la miró hasta la raíz de su sentido de vida, buscando en sus ojos, los de su madre. La abuela hablaba casi como el susurro de los árboles: “Tenemos que seguir caminando, vamos a denunciar la incursión de la organización paramilitar “Paz y Justicia”, que armados mataron a tu familia y a otras hermanas más de nuestro pueblo, invadiendo y despojándonos de nuestras tierras. Porque ellos obedecen al corazón egoísta del capitalismo”. La pequeña, era ya una mujer indígena, a su corta edad, alzaba su palabra para denunciar los ataques del mal gobierno. La tortuga durante el camino le contó, que su tía, apenas alcanzada la edad de procrear, había decidido tener una hija para contribuir a la multiplicación de las mujeres y hombres de maíz, para seguir cuidando de nuestra madre tierra. “Una radio encendida en una empobrecida y autónoma comunidad informaba hacía ya setenta lunas antes: “Fueron encontradas 4 mujeres embarazadas, en la masacre de las 21 mujeres, 15 niñas y niños y 9 hombres, indígenas simpatizantes del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la empobrecida comunidad de Acteal, en el norteño municipio de Chenalhó”. La tortuga, que seguía el camino de la esperanza subversiva en un nuevo amanecer, se mantenía al lado de Quetzalli, esa pequeña que el corazón egoísta del capitalismo le negó nacer. Pero que gracias a nuestra madre tierra, los árboles y las estrellas, la habían renacido. Extendió su petate, entre la petatera de los marchistas, se acomodó su cotona y se tendió boca arriba, para alimentar su mirada con esperanza de hojas y estrellas. Han pasado cien lunas, en una pequeña casa de palma y estuco hecho de barro, la pequeña, hecha mujer, estaba por opción siendo madre al parir una hermosa niña, morena, cabello negro. La arropó con sus brazos y la amamantó con su amor y deseo de justicia. Ya pasadas 50 lunas, como es la costumbre, le vistió su cotona de lana y la acostó panza arriba, ha aprender a mirar con esperanza subversiva. Marco Antonio Cortés El Tejar, México Publicado por Servicios Koinonia Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Jul 2010 04:35 PM PDT Por José M. Castillo ![]() Desde luego, son también muchos los creyentes que, por la fuerza de sus creencias, han dado lo mejor de sus vidas, y hasta la vida misma, por esas mismas causas. Pero esto no le quita importancia, ni suprime el problema que representa el hecho, tan repetido, de tantos ateos, tan profundamente humanistas. Como tampoco le quita su peso al hecho de tantos hombres religiosos, que han dado pruebas sobradas de vivir como unos sinvergüenzas. Pensando en estas cosas, me ha venido a la cabeza el recuerdo de aquel centurión romano, del que hablan los evangelios (Mt 8, 5-13; Lc 7, 2-10; Jn 4, 43-54), un hombre tan honrado y tan buena persona, que no pudo soportar el sufrimiento de un “esclavo” (doulos) (Lc 7, 2) que se le estaba muriendo en su casa. Pues bien, de este jefe militar, que mandaba a la tropas de ocupación y que, desde luego, ni tenía, ni podía tener, las creencias religiosas de los judíos, dijo Jesús: “Os aseguro que en ningún israelita he encontrado tanta fe” (Mt 8, 10 par). Como es lógico, aquel militar, que tenía que haber hecho el juramento de fidelidad al Emperador, como “Sumo Pontífice” de los “dioses” del Imperio, a juicio de Jesús tenía más fe que nadie en la Palestina de aquel tiempo. ¿Qué fe tenía aquel hombre? Por supuesto, no tenía las creencias religiosas de los judíos; ni las de los que seguían a Jesús; ni cumplía con las observancias de la religión revelada (según decimos en la tradición judeo-cristiana). Entonces, ¿qué fe tenía aquel hombre? ¿por qué Jesús afirma que tenía tanta fe? La respuesta es muy sencilla: lo que aquel hombre tenía era una enorme humanidad. Era buena persona a carta cabal. Pues bien, sin duda alguna, en eso consistía básicamente la fe, según los criterios de Jesús. Por eso, en los evangelios, la fe se entiende de manera muy distinta a como se entiende en las cartas de Pablo: la fe en conexión con la “justificación” ante Dios y, mediante eso, como logro de la “salvación” eterna (Rom 1, 17; 3, 22. 25. 26. 30; 4, 16; 5, 1; Gal 2, 16. 20; 3, 7. 9-12, etc). Esto dijo san Pablo en los primeros años 50. Pero veinte años más tarde, en los primeros años 70, cuando se redacta el evangelio de Marcos y más tarde los otros evangelios, se presenta la fe de otra manera: ya no se trata de una relación “religiosa” con lo “trascendente”, sino de una “experiencia de humanidad”, de vida, de salud, de confianza en Jesús. De ahí, la insistente afirmación de Jesús a los enfermos que curaba: “Tu fe te ha salvado” (Mc 2, 5; Mt 9, 2; Lc 5, 12), lo que le dijo también Jesús a la mujer de mala fama, la gran pecadora, a la que Jesús devolvió su dignidad (Lc 7, 50). Esto ya es otra fe y otra salvación. Es la fe que se pone de parte de los que sufren y de los que se ven maltratados por la vida. Con lo dicho hay bastante. Sobre todo, para hacerse una pregunta que da que pensar: ¿Quién tiene fe de verdad? ¿No cabe decir que existe una extraña “fe de los ateos”, de los que no tienen “religión”, pero sienten vivamente lo humano y tienen por eso una gran “humanidad”? Al menos, como pregunta - me parece a mí -, tenemos que afrontar este asunto capital. Porque bien puede ocurrir que, pensando que tenemos el don de la fe, en realidad (y según los criterios de Jesús), nuestra presunta fe no es precisamente ejemplar. Como también puede ocurrir que los “ateos creyentes” (evangélicamente hablando) sean más numerosos de lo que imaginamos. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Jul 2010 04:28 PM PDT Por Ron Rolheiser, omi Publicado por Ciudad Redonda ![]() Y la cruz es exactamente eso: el símbolo fundamental de la profundidad, del amor, de la fidelidad y de la fe. Renato Girard, antropólogo, comentó una vez que “la cruz de Jesús es el acontecimiento moral más revolucionario de toda la historia”. El mundo mide su tiempo desde él. Estamos en el año 2007 (aproximadamente) desde que Jesús murió en la cruz, y cada vez más gente comenzó a organizar sus vidas en torno a su significado. ¿Qué hay tan revolucionario -moralmente- en la cruz? Precisamente porque es un misterio tan profundo, no es fácil comprender intelectualmente la cruz. Las cosas más profundas en la vida, amor, fidelidad, moralidad y fe no son matemáticas, sino misterios cuyas profundidades insondables siempre dejan un espacio más amplio que queda todavía por comprender. Nunca logramos una comprensión suficiente y adecuada. Pero eso no quiere decir que no las conozcamos. Conocer es diferente de comprender; e intuimos, mucho más de lo que podemos imaginar o expresar intelectualmente. Un ejemplo: hace algunos años la revista TIME presentó un tema de portada en primera página sobre el sentido de la cruz, y entrevistó a un gran número de personas preguntándoles qué significaba para ellas la cruz de Jesús. Una mujer admitió que realmente no podía explicar lo que significaba para ella la cruz de Jesús, pero afirmó que atisbaba su significado: Cuando era pequeña, un novio celoso asesinó a su madre. Cuando niña aún vio el colchón empapado de sangre y las huellas ensangrentadas de la mano de su madre, se dio cuenta de que tenía que encontrar una conexión entre la historia de su madre (su sangre en aquel colchón) y la historia de Jesús (su sangre en la cruz). Algunas veces el corazón intuye vivencialmente donde y cuando la cabeza debe retirarse. Más allá de este conocimiento visceral, ¿qué podemos comprender intelectualmente sobre el sentido de la cruz? ¿Cuál es su carácter moral revolucionario? Los teólogos clásicos han intentado abordar este misterio dividiendo el sentido de la cruz (y de la muerte de Jesús) en dos partes: Primera, la cruz nos proporciona un entendimiento más profundo de la naturaleza de Dios. Segunda, la cruz es redentora, nos salva. Todos los cristianos creemos que, de alguna manera, la sangre de Jesús, Cordero de Dios, nos ha lavado y purificado. Ninguno de estos conceptos es fácil de explicar, aunque los teólogos descifran mejor el primero -la cruz como revelación-, que el segundo -la cruz como redención-. Pero ambos conceptos, aun con el alcance limitado con que podemos entenderlos intelectualmente, son total y moralmente revolucionarios. El cristianismo cumple ahora unos dos mil años, pero nos costó cerca de mil novecientos años percatarnos totalmente del hecho de que de la esclavitud es mala, que va directamente contra la enseñanza central de Jesús. Lo mismo podemos decir sobre la igualdad de las mujeres. Mucho de lo que Jesús nos reveló es como una cápsula de medicina que actuará con el tiempo. A través de los siglos, despacio, gradualmente, en aumento quizás imperceptible, el mensaje de Jesús va permeando más profundamente el interior de nuestra conciencia. Y esto es especialmente cierto con respecto a nuestra comprensión de la cruz y a lo que ella nos enseña. Por ejemplo: Ha habido papas durante dos mil años, comenzando por el apóstol Pedro; pero fue solamente el último Papa, Juan Pablo II, en nuestra misma generación, quien se plantó y dijo con claridad que aplicar la pena capital de muerte es un error (independientemente de cualquier argumento sobre si es o no disuasiva, si trae o no compensación a las familias de las víctimas, o si puede defenderse en concepto de justicia). La pena capital es mala e injusta porque va contra el corazón del evangelio tal como se revela en la cruz, es decir, que debemos perdonar a los asesinos, no matarlos. Éste es justamente uno de los rasgos moralmente revolucionarios de la cruz. Hay todavía más rasgos , incontables. René Girard, hablando como antropólogo, nos lo deja claro cuando afirma que la cruz es el evento moral más revolucionario en la historia del planeta. Marcos, el evangelista, hablando como discípulo de Jesús, lo explica de otra manera: Para él, la cruz de Jesús es el secreto más profundo para todo. Según el evangelio de Marcos, en la medida en que comprendemos la cruz de Jesús llegamos a captar el secreto más profundo de la vida. Y lo opuesto es igualmente cierto: En la medida en que no comprendemos el sentido de la cruz perdemos la llave que nos abre los secretos más profundos de la vida. Cuando no comprendemos la cruz, los profundos misterios de la vida vienen a ser como un acertijo. Tanto Marcos como Girard tienen razón: La cruz de Jesús contiene el secreto moral más profundo de la vida, sin embargo vivimos con un secreto que a veces comprendemos, pero otras veces no. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Jul 2010 04:01 PM PDT ![]() Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 32-38 Le presentaron a Jesús un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Él expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios». Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha». Compartiendo la Palabra Por CELAM - CEBIPAL Un Buen Pastor Misionero de la Misericordia “Al ver la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban maltratados y desamparados como ovejas que no tienen pastor” Después de narrar el noveno milagro (la curación de dos ciegos), el evangelista Mateo nos lleva a la cumbre de las manifestaciones del poder del Reino con el décimo milagro de Jesús (9,32-33), con el resumen de su actividad a favor del pueblo necesitado, donde brilla su corazón pastor (9,35-36), y con la invitación final a los discípulos para que supliquen obreros para tan amplio campo de trabajo (9,37). Se abre así el espacio para la misión de los discípulos. 1. El culmen de los milagros: la curación de un endemoniado mudo (9,32-33) Llama la atención la brevedad de la narración. En la frase “Rompió a hablar el mudo” (9,33a) se dicen las palabras precisas para describir el punto culminante de los milagros obrados por la fe, después de las dos mujeres y los dos ciegos -en los cuales la fe tiene “voz”-. Acción del maligno es incapacitar para proclamar la fe. La inclusión de relatos vocaciones en lugares estratégicos de la narración, nos lleva a notar que Jesús no sólo da fuerzas para caminar (como el caso del paralítico perdonado y sanado) sino también voz para proclamar la fe: ambos elementos son componentes esenciales del seguimiento de Jesús. Frente al milagro las opiniones se dividen. Dos tipos de voces, las que proclaman la fe y las que lo niegan, se dejan escuchar: (1) La gente, el nuevo Israel que se ha venido formando por la praxis de misericordia de Jesús, proclama con admiración una afirmación muy cercana a la confesión de fe: “Jamás se vio cosa igual en Israel” (9,33b). Ellos reconocen la novedad absoluta de la obra salvífica de Jesús. (2) Los fariseos, quienes han venido –como una especie de contrapunto- expresando su resistencia frente a la novedad del Reino y permaneciendo en su rigorismo legal, hacen un diagnóstico religioso –por lo demás, completamente errado- de la persona de Jesús: “Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios” (9,34). Se cierran ante la evidencia de los signos de Dios encaminados a la vida y prefieren pensar que por detrás de Jesús está obrando una fuerza maligna. Estas dos reacciones polarizadas que suenan como dos coros –y llama la atención que no hay términos medios-, recogen bastante bien el impacto que ha tenido la obra de Jesús con los marginados; éstas continuarán en adelante, incluso a propósito de la misión de los apóstoles que está por comenzar. 2. La actividad de Jesús, misionero de la misericordia, se multiplica Los diez milagros narrados no se quedan en hechos puntuales, sino que se multiplican; su función era describir la constante de la misión de Jesús en su empeño por reunir al nuevo pueblo de Dios. El resumen que Mateo presenta en 9,35, recuerda cuál es el tema central de la misión –la Buena Nueva del Reino anunciado con palabras y acciones poderosas que promueven la vida- cuál es su marco geográfico –“Todas las ciudades y aldeas”-. Pero aparece de repente, también en un cuadro-resumen, el sujeto de la misión. Emerge ante la mirada sorprendida de nosotros los lectores el panorama trágico que sacude las entrañas de Jesús (“Sintió compasión”, 9,36b). ¿Qué se había impregnado en la retina de Jesús? Estaba impregnada una multitud “golpeada” y “desamparada”, como una multitud de heridos esparcidos en un campo de batalla, sin asistencia. Jesús percibe la gravedad de la situación. Jesús se presenta como un buen pastor que “ve”, “siente compasión” y emprende una acción: el envío de misioneros. La tarea es reunir, sanar y reconducir al pueblo disperso y desamparado por la desidia de sus líderes. Estos líderes eran los verdaderos causantes del mal estado en que se encontraba la población ya que ellos sólo pensaban en sus intereses personales, practicaban injusticias, se robaban lo que era de todos e incluso –cobijados por una visión rigorista de la Ley- sus conciencias de hijos e hijas de Dios. Urge la misión profética y restauradora que anuncia la “justicia del Reino”, proclamada en el Sermón de la Montaña, con los criterios de la misericordia que acompañaron los milagros Jesús. 3. La oración por la misión (9,37-38) Los discípulos pasan ahora al primer plano: Jesús necesita sus brazos (9,37). Para ello primero los invita a orar “al Dueño de la mies (el Padre) que envíe obreros a su mies” (9,37), luego los enviados saldrán de estos mismos orantes. La misión madura primero en el corazón orante. Notemos cómo los discípulos van ocupando cada vez mayor espacio. Justamente después de los tres primeros milagros apareció el llamado “Sígueme” (8,22), igualmente después de los tres milagros siguientes (9,9). Pues bien, respondiendo al llamado los discípulos Jesús no solamente los hace personas completamente nuevas (9,16-17) sino que los va haciendo participar estrechamente en su misión. Del “seguimiento” pasamos ahora al “envío”. Pero será la misericordia del Buen Pastor (anunciada en Ezequiel 34 y Zacarías 13,7-9) la verdadera raíz de la evangelización por parte de los discípulos: ellos serán misioneros de la misericordia. Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón 1. ¿Por qué podemos afirmar que la actividad de Jesús misionero se multiplica? 2. ¿Me considero un/a verdadero/a misionero/a de Jesús?’ ¿Cómo lo manifiesto?, ¿Las personas que viven conmigo lo notan?, ¿En qué?, ¿Y si no lo notan qué debo hacer? 3. Frente a la acción de Jesús, es decir al milagro, las opiniones se dividen. Los que lo aceptan y creen y los que lo niegan. ¿En el ambiente en el cual vivo, manifiesto abiertamente mi fe o lo hago de una manera vaga, como para no comprometerme dejándome condicionar por el ‘qué dirán’? Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 05 Jul 2010 03:50 PM PDT Escuchen la palabra del Señor, israelitas: Entronizaron reyes, pero sin contar conmigo; designaron príncipes, pero sin mi aprobación. Se hicieron ídolos con su plata y su oro, para su propio exterminio. Yo rechazo tu ternero, Samaría; mi ira se ha encendido contra ellos. ¿Hasta cuándo no podrán recobrar la inocencia? Porque ese ternero proviene de Israel: lo hizo un artesano, y no es Dios. Sí, el ternero de Samaría quedará hecho pedazos. Porque siembran vientos, recogerán tempestades. Tallo sin espiga no produce harina, y si la produce, se la tragarán los extranjeros. Efraím multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido sólo para pecar. Por más que escriba para él mil prescripciones de mi Ley, se las tendría por una cosa extraña. En cuanto a los sacrificios que me ofrecen, ¡que los inmolen, que se coman la carne! ¡El Señor no los aceptará! Ahora, Él se acordará de sus culpas , y pedirá cuenta de sus pecados: entonces ellos regresarán a Egipto. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL 113B, 3-7ab. 8-10 R. ¡Pueblo de Israel, confía en el Señor! Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra, Él hace todo lo que quiere. Los ídolos, en cambio, son plata y oro, obra de las manos de los hombres. R. Tienen boca, pero no hablan, tienen ojos, pero no ven; tienen orejas, pero no oyen, tienen nariz, pero no huelen. R. Tienen manos, pero no palpan, tienen pies, pero no caminan; como ellos serán los que los fabrican, los que ponen en ellos su confianza. R. Pueblo de Israel, confía en el Señor: Él es tu ayuda y tu escudo; familia de Aarón, confía en el Señor: Él es tu ayuda y tu escudo. R. Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 32-38 Le presentaron a Jesús un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Él expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios». Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha». Palabra del Señor. LITURGIA DE LAS HORAS TIEMPO ORDINARIO MARTES DE LA SEMANA XIV De la feria. Salterio II 6 de julio LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle. Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR Te damos gracias, Señor, porque has depuesto la ira y has detenido ante el pueblo la mano que lo castiga. Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina, la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija. Y sacaremos con gozo del manantial de la Vida las aguas que dan al hombre la fuerza que resucita. Entonces proclamaremos: «¡Cantadle con alegría! ¡El nombre de Dios es grande! ¡Su caridad infinita! ¡Que alabe al Señor la tierra! Cantemos sus maravillas. ¡Qué grande, en medio del pueblo el Dios que nos justifica!». Amén. SALMODIA Ant. 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad. Salmo 42 - DESEO DEL TEMPLO. Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre traidor y malvado. Tú eres mi Dios y protector, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué voy andando sombrío, hostigado por mi enemigo? Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara, Señor, Dios mío. ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío.» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad. Ant. 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida. Cántico: ANGUSTIA DE UN MORIBUNDO Y ALEGRÍA DE LA CURACIÓN Is 38, 10-14. 17-20 Yo pensé: «En medio de mis días tengo que marchar hacia las puertas del abismo; me privan del resto de mis años.» Yo pensé: «Ya no veré más al Señor en la tierra de los vivos, ya no miraré a los hombres entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida como una tienda de pastores. Como un tejedor devanaba yo mi vida, y me cortan la trama.» Día y noche me estás acabando, sollozo hasta el amanecer. Me quiebras los huesos como un león, día y noche me estas acabando. Estoy piando como una golondrina, gimo como una paloma. Mis ojos mirando al cielo se consumen: ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí! Me has curado, me has hecho revivir, la amargura se me volvió paz cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía y volviste la espalda a todos mis pecados. El abismo no te da gracias, ni la muerte te alaba, ni esperan en tu fidelidad los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban: como yo ahora. El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida. Ant. 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión. Salmo 64 - SOLEMNE ACCIÓN DE GRACIAS. ¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión, y a ti se te cumplen los votos, porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal a causa de sus culpas; nuestros delitos nos abruman, pero tú los perdonas. Dichoso el que tú eliges y acercas para que viva en tus atrios: que nos saciemos de los bienes de tu casa, de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes, Dios, salvador nuestro; tú, esperanza del confín de la tierra y del océano remoto; Tú que afianzas los montes con tu fuerza, ceñido de poder; tú que reprimes el estruendo del mar, el estruendo de las olas y el tumulto de los pueblos. Los habitantes del extremo del orbe se sobrecogen ante tus signos, y a las puertas de la aurora y del ocaso las llenas de júbilo. Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales; riegas los surcos, igualas los terrones, tu llovizna los deja mullidos, bendices sus brotes; coronas el año con tus bienes, las rodadas de tu carro rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo, y las colinas se orlan de alegría; las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses, que aclaman y cantan. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión. LECTURA BREVE 1Ts 5, 4-5 No viváis, hermanos, en tinieblas para que el día del Señor no os sorprenda como ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. RESPONSORIO BREVE V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio. R. Espero en tu palabra. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor. PRECES Bendigamos a nuestro Salvador, que con su resurrección ha iluminado el mundo, y digámosle suplicantes: Haz, Señor, que caminemos por tu senda. Señor Jesús, al consagrar nuestra oración matinal en memoria de tu santa resurrección, te pedimos que la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro día. Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada: dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día. Concédenos crecer hoy en tu amor, a fin de que todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos. Haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los hombres, para que todos den gloria al Padre que está en los cielos. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro... ORACIÓN Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre y le muestras el camino de la salvación: concédenos la abundancia de tu gracia para que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz. Tú que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------------ VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: MENTES CANSADAS. Mentes cansadas, manos encallecidas, labriegos al fin de la jornada, jornaleros de tu viña, venimos, Padre, atardecidos de cansancio, agradecidos por la lucha, a recibir tu denario. Llenos de polvo, el alma hecha girones, romeros al filo de la tarde, peregrinos de tus montes, venimos, Padre, heridos por los desengaños, contentos por servir a tu mesa, a recibir tu denario. Hartos de todo, llenos de nada, sedientos al brocal de tus pozos y hambrientos de tu casa, venimos, Padre, el corazón entre tus brazos, la frente humilde de delitos, a recibir tu denario. Amén. SALMODIA Ant. 1. No podéis servir a Dios y al dinero. Salmo 48 I - VANIDAD DE LAS RIQUEZAS Oíd esto, todas las naciones, escuchadlo, habitantes del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres; mi boca hablará sabiamente, y serán muy sensatas mis reflexiones; prestaré oído al proverbio y propondré mi problema al son de la cítara. ¿Por qué habré de temer los días aciagos, cuando me cerquen y me acechen los malvados, que confían en su opulencia y se jactan de sus inmensas riquezas, si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida, que nunca les bastará para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. Mirad: los sabios mueren, lo mismo que perecen los ignorantes y necios, y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua y su casa de edad en edad, aunque hayan dado nombre a países. El hombre no perdura en la opulencia, sino que perece como los animales. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. No podéis servir a Dios y al dinero. Ant. 2. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor. Salmo 48 II Éste es el camino de los confiados, el destino de los hombres satisfechos: son un rebaño para el abismo, la muerte es su pastor, y bajan derechos a la tumba; se desvanece su figura y el abismo es su casa. Pero a mí, Dios me salva, me saca de las garras del abismo y me lleva consigo. No te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa: cuando muera, no se llevará nada, su fasto no bajará con él. Aunque en vida se felicitaba: «Ponderan lo bien que lo pasas», irá a reunirse con sus antepasados, que no verán nunca la luz. El hombre rico e inconsciente es como un animal que perece. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor. Ant. 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria. Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12 Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria. LECTURA BREVE Rm 3, 23-25a Todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios; son justificados gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación. RESPONSORIO BREVE V. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. V. De alegría perpetua a tu derecha. R. En tu presencia, Señor. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo. PRECES Alabemos a Cristo, pastor y obispo de nuestras vidas, que vela siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes: Protege, Señor, a tu pueblo. Pastor eterno, protege a nuestro obispo N. y a todos los pastores de la Iglesia. Mira con bondad a los que sufren persecución y líbralos de todas sus angustias. Compadécete de los pobres y necesitados y da pan a los hambrientos. Ilumina a los que tienen la misión de gobernar a los pueblos y dales sabiduría y prudencia. Se pueden añadir algunas intenciones libres. No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre y admítelos en el festín de las bodas eternas. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro... ORACIÓN Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche, humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia, ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día de aquella luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------------ COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: SE INCLINA YA MI FRENTE Se inclina ya mi frente, sellado está el trabajo; Señor, tu pecho sea la gracia del descanso. Mis ojos se retiran, la voz deja su canto, pero el amor enciende su lámpara velando. Lucero que te fuiste, con gran amor amado, en tu gloria dormimos y en sueños te adoramos. Amén. SALMODIA Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. LECTURA BREVE 1Pe 5,8-9 Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN OREMOS, Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
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