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martes, 13 de julio de 2010

CAMINO MISIONERO 13/07/2010

  • LA SANTIDAD ES AMOR.
  • Tocando a nuestros seres queridos dentro del Cuerpo de Cristo
  • Si el Señor no construye la casa
  • Evangelio Misionero del Dia: 13 de Julio de 2010 - XV Semana del T.O. Ciclo C
  • Lecturas y Liturgia de las Horas: 13 de Julio de 2010
Posted: 12 Jul 2010 08:44 PM PDT


“La perfección no es para quienes se esfuerzan por sentir, parecer y actuar como si fueran perfectos: es únicamente para quienes son plenamente conscientes de que son pecadores, como el resto de los seres humanos, pero pecadores amados, redimidos y cambiados por Dios. La perfección no es para quienes se aíslan en las torres de marfil de una imaginaria impecabilidad, sino únicamente para quienes se arriesgan a empañar su supuesta pureza interior, sumergiéndose plenamente en la vida como hay que vivirla inevitablemente en este imperfecto mundo nuestro: la vida con sus dificultades, sus tentaciones, sus decepciones y sus peligros. La perfección no es tampoco para quienes viven sólo para sí mismos y se ocupan únicamente del embellecimiento de sus almas. La santidad cristiana no es meramente un asunto de recogimiento u oración interior. La santidad es amor: el amor a Dios por encima de todos los demás seres, y el amor a nuestros hermanos en Dios. Tal amor exige, en último término, el completo olvido de nosotros mismos” .

Thomas Merton
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 12 Jul 2010 08:39 PM PDT

Por Ron Rolheiser, omi
Publicado por Ciudad Redonda

Mistério de encarnación

Hace veintiocho años, cuando comencé a redactar esta columna, escribí un trabajo que titulé “Atando y desatando dentro del Cuerpo de Cristo”. Entre todos los artículos que he escrito en todo este tiempo, éste fue probablemente el que más reacciones provocó.

¿De qué se trata? ¿Cómo podemos atarnos y desatarnos unos a otros dentro del Cuerpo de Cristo? Aquí van las líneas esenciales:

Imagina que eres un padre o una madre que tiene un hijo que ya no va a la iglesia, que ya nunca reza, que ya no cumple los mandamiento morales de la Iglesia, que ya no respeta tu fe y es hasta abiertamente agnóstico o ateo. ¿Qué puedes hacer tú?

Puedes seguir orando por él y vivir responsablemente tus convicciones de fe, con la esperanza de que el ejemplo de tu vida ejerza poder eficaz donde tus palabras son ineficaces. Puedes ciertamente hacer eso, pero puedes hacer más todavía.

Puedes seguir amando y perdonando a tus hijos y, en la medida en que reciben ese amor y perdón, están recibiendo el amor y el perdón de Dios. Tu toque de afecto es el toque de Dios. Ya que eres parte del Cuerpo de Cristo, cuando los tocas, es Cristo quien los toca. Cuando les amas, es Cristo quien les ama. Cuando les perdonas, es Cristo quien les perdona, porque tu toque de afecto es el toque de la Iglesia.

Parte de la maravilla del misterio de la Encarnación consiste en el hecho asombroso de que podemos hacer unos por otros lo que Jesús hizo por nosotros. Jesús nos otorga ese poder: ‘Lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo; lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo’. Quedan perdonados los pecados de aquellos a quienes perdonéis.

Si formas parte del Cuerpo de Cristo, cuando perdonas a alguien, él o ella queda perdonado. Si amas a alguien, es Cristo quien le está amando, porque el Cuerpo de Cristo no es simplemente el cuerpo de Jesús, sino que es también el cuerpo de los creyentes. Sentirse tocado, amado y perdonado por un miembro del cuerpo de los creyentes es ser tocado, amado y perdonado por Cristo. El infierno es posible solamente cuando alguien se coloca a sí mismo completamente fuera del alcance del amor y del perdón, de modo que se vuelve incapaz de sentirse amado y perdonado. Y esto no es tanto una cuestión de rechazo de enseñanzas explícitas religiosas y morales, como de rechazo del amor tal como se nos ofrece en la comunidad de los que creen sinceramente en Jesús.

Más claro todavía:

Si algún ser querido tuyo se descarría y se aleja de la Iglesia en el campo de la práctica de la fe y de la moralidad, mientras tú sigas amando a esa persona y manteniéndola en tu amor y perdón, está ella tocando la “orla del manto de Cristo”, se mantiene unida al Cuerpo de Cristo y Dios la perdona, independientemente de su relación oficial y externa con la Iglesia. ¿Cómo?

Esas personas están tocando el Cuerpo de Cristo porque tu toque afectivo es toque de Cristo. Cuando tocas a alguien, a no ser que esa persona rechace activa y abiertamente tu amor y tu perdón, esa persona se está relacionando con el Cuerpo de Cristo. Y esto es así incluso más allá de la muerte: Si alguien muy cercano tuyo muere en un estado en el que, al menos externamente, se muestra reñido con la iglesia visible, tu amor y tu perdón seguirá “atando” a esa persona al Cuerpo de Cristo y seguirá ofreciendo perdón a esa persona, aun después de la muerte.

El famoso pensador y escritor inglés G.K. Chesterton expresó esto en una curiosa parábola: “Un hombre totalmente descuidado en asuntos espirituales y religiosos murió y aterrizó en el infierno. Y sus viejos amigos en la tierra le echaron mucho de menos. Su agente de negocios bajó a las puertas del infierno para ver si habría alguna posibilidad de recuperar al amigo. Pero, aunque suplicó que se abrieran las puertas, las barras de hierro nunca cedieron. Su párroco fue también y arguyó así: ‘Realmente no era él un mal hombre; si se le hubiera dado tiempo, habría madurado. ¡Déjenle salir, por favor!’ La puerta permaneció tercamente cerrada contra todas sus presiones. Finalmente se acercó al infierno la madre del pobre hombre; no pidió que liberaran a su hijo. Con calma, y con una extraña inflexión en su voz, le dijo a Satanás: ‘Déjame entrar’. Inmediatamente el enorme portalón se abrió girando sobre sus goznes…, porque el amor baja al infierno y penetra por sus puertas y… allí redime a los muertos”.

En el misterio de la Encarnación Dios se hace hombre: en Jesús, en la Eucaristía y en todos los que son sinceros en su fe. El poder y la misericordia increíbles que vinieron a nuestro mundo en la persona de Jesús están todavía con nosotros, al menos si optamos por activarlos. Somos el Cuerpo de Cristo. Lo que hizo Jesús por nosotros podemos hacerlo también nosotros, los unos por los otros. Nuestro amor y perdón son los cables que conectan a nuestros seres queridos con Dios, con la salvación y con la comunidad de los santos, aun cuando ya no caminen por el camino de la fe explícita.

¿Demasiado bonito para ser verdad? Sí, sin duda. Si no, ¿de qué otra manera podemos describir el misterio de la Encarnación?

Traducido por: Carmelo Astiz, cmf
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Posted: 12 Jul 2010 08:36 PM PDT
El salmo 126 nos ayuda a reflexionar sobre la inutilidad del esfuerzo humano si Dios no está presente en él. En la primera parte de este salmo hay tres preocupaciones sustanciales de la vida diaria de un judío: La casa, la guarda de la ciudad y el sustento:

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles,
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

Todo el salmo es una auténtica exhortación a la confianza en Dios. “No por mucho madrugar amanece más temprano”, dice el dicho popular. Porque en realidad el amanecer es obra de Dios. “Dijo Dios: Que se haga la luz, y hubo luz. Vio Dios que la luz era buena y apartó Dios la luz de la tiniebla y llamó Dios a la luz día y a la tiniebla noche. Y atardeció y amaneció”.

En la actualidad con la técnica nos parece que todo se puede lograr y Dios queda relegado. El salmista nos invita a interiorizar cuan necesario es pensar que en nuestros trabajos Dios tiene el primer lugar y que sin su intervención nos afanamos inútilmente. Él es quien nos da el ser y la vida y la fuerza para realizarlos y Él quien corona con el éxito las empresas de los justos.

Antes de iniciar un trabajo es bueno confiarlo a Dios, que él bendiga nuestro esfuerzo sin olvidar aquel otro refrán popular: “A Dios rogando y con el mazo dando” y tampoco lo que dice Jesús: “Sin mi no podéis nada”. Hay que hacer nuestra tarea pensado como si todo dependiera de nosotros y estando convencidos de que todo depende de Dios.

Pienso ahora en una campesina que quedó viuda con seis hijos menores. Le tocaba trabajar duro pero su confianza en el Señor que no la abandonaría, le hacía exclamar llegaba cierta hora del día: “Ahora ya tengo el pan de mis hijos para mañana, el Señor me dará la fuerza para empezar de nuevo”.

Texto: Hna. María Nuria Gaza.
Publicado por Mi Vocacion
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Posted: 12 Jul 2010 06:39 PM PDT

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 20-24

Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú».

Compartiendo la Palabra
Por CELAM -CEBIPAL

La otra cara de la moneda: la resistencia a la conversión

“Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido”
(En los otros países)


Veamos ahora la otra cara de la moneda del evangelio que acabamos de abordar.

Volviendo algunas páginas atrás en el evangelio de Mateo, nos encontramos en el capítulo 11 con las palabras duras de Jesús “a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido” (11,20).

El punto es que la “conversión” resulta más dura allí donde Jesús y sus misioneros más milagros hicieron, donde más signos del amor de Dios y del poder de Reino se revelaron. ¿No será esta una constante en la historia?

En el evangelio vemos que las ciudades de Corazón y de Betsaida, ciudades bien conocidas en el entorno geográfico de la misión de Jesús en Galilea, personifican la reacción desentendida frente al evangelio. Su indiferencia de los que más han recibido es injustificable y por eso el juicio aparece más duro.

Las ciudades no judías de Tiro, Sidón y Sodoma –ciudades emblemáticas del paganismo y del pecado- parecerían mejor dispuestas para la conversión que el mismo pueblo de Israel, quien “se encumbraba” (11,23; o, en otros términos, se creía “el mayor”) por la convicción de tener de su parte la gracia salvadora de Dios.

He aquí uno de los elementos que la mentalidad de Jesús promueve en el ámbito de la transformación de las estructuras sociales difíciles: la toma de conciencia de la necesidad de salvación, la necesidad de la misericordia y del perdón. Quien no siente necesidad de conversión no puede dar el más mínimo paso para la entrada en el Reino (ver el pasaje que aparece en el contexto anterior: 11,16-19).

Oremos para que, en nuestro caminar con Jesús, la advertencia aquí planteada por el evangelio, nos sacuda de nuestra comodidad y acogiendo agradecidamente las obras del Señor en nuestras vidas, su amor nos conduzca hacia niveles más altos de compromiso con la propuesta del Reino de la vida, expresión patente de conversión evangélica.



Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón


1. ¿Qué quiere decir esto de que para ser el “mayor” hay que “hacerse pequeño” como un niño?

2. ¿A qué conversión en mi vida personal me invita el texto del evangelio de hoy?

3. La comparación que Jesús hace entre las ciudades paganas y las ciudades hebreas nos lleva a un cuestionamiento personal sobre nuestra docilidad o nuestra dureza de corazón para aceptar el evangelio de Jesús. ¿Me considero una persona que se ha adormecido en el título de “cristiano” y necesita sacudirse un poco para entrar por el camino correcto de la conversión?


"No sé cómo puedo hacer otra cosa que contemplarle y amarle.
¿Qué quieres, si Jesucristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca?
Es martirio el que padezco al ver que…
corazones agradecidos a las criaturas no lo sean con Aquel que los sustenta,
que les da la vida y los sostiene;
que les da y les ha dado todo, hasta darse Él mismo"
(Santa Teresa de los Andes, Carta a su hermano Luís el 11 de junio de 1919)
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Posted: 12 Jul 2010 06:21 PM PDT

SEMANA XV DURANTE EL AÑO
Lectura del libro de Isaías 7, 1-9

En tiempos de Ajaz, hijo de Jotám, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar. Cuando se informó a la casa de David: «Arám está acampado en Efraím», se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
El Señor dijo a Isaías: «Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero. Tú le dirás: Mantente alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Arám y del hijo de Remalías. Porque Arám, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo: "Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico, sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel".
Pero así habla el Señor:
Eso no se realizará,
eso no sucederá.
Porque la cabeza de Arám es,Damasco,
y la cabeza de Damasco, Resín;
la cabeza de Efraím es Samaría,
y la cabeza de Samaría, el hijo de Remalías.
-Dentro de sesenta y cinco años,
Efraím será destrozado, y no será más un pueblo-.
Si ustedes no creen, no subsistirán».


Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL 47, 2-8

R. El Señor afianzó para siempre su Ciudad.

El Señor es grande y digno de alabanza,
en la Ciudad de nuestro Dios.
Su santa Montaña, la altura más hermosa,
es la alegría de toda la tierra. R.

La Montaña de Sión, la Morada de Dios,
es la Ciudad del gran Rey:
el Señor se manifestó como un baluarte
en medio de sus palacios. R.

Porque los reyes se aliaron
y avanzaron unidos contra ella;
pero apenas la vieron quedaron pasmados
y huyeron despavoridos. R.

Allí se apoderó de ellos el terror
y dolores como los del parto,
como cuando el viento del desierto
destroza las naves de Tarsis. R.




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 20-24

Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú».


Palabra del Señor.


LITURGIA DE LAS HORAS
TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA XV
De la feria. Salterio III


13 de julio


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Ant. Al Señor, al gran Rey, venid adorémosle.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Himno: GRACIAS, SEÑOR POR EL DÍA

Gracias, Señor, por el día,
por tu mensaje de amor
que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría,
te doy las gracias, Señor.

Gracias, Señor, por la espina
que encontraré en el sendero,
donde marcho pregonero
de tu esperanza divina;
gracias, por ser compañero.

Gracias, Señor, porque dejas
que abrase tu amor mi ser,
porque haces aparecer
tus flores a mis abejas,
tan sedientas de beber.

Gracias por este camino,
donde caigo y me levanto,
donde te entrego mi canto
mientras marcho peregrino,
Señor, a tu monte santo.

Gracias, Señor, por la luz
que ilumina mi existir;
por este dulce dormir
que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA

Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.

Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?

¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»

La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Càntico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4. 7-9. 12

Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:

Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.

Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:

La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.

Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

LECTURA BREVE 1Jn 4, 14-15

Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.

V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.

PRECES

Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes:

Acuérdate, Señor, de tu pueblo.

Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día,
y haz que no deje nunca de glorificarte.

Que nunca, Señor, quedemos confundidos
los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.

Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra,
ya que sin ti nada podemos hacer.

Acuérdate de los pobres y desvalidos;
que este día que comienza les traiga solaz y alegría.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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VÍSPERAS
Oración de la tarde

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: COMO EL NIÑO QUE NO SABE DORMIRSE

Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.

Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.

Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tu cuidarás los sueños de la noche,
tu borrarás las huellas de mi llanto.

Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo.

Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.

Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.

Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.

No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.

Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El Señor rodea a su pueblo.

Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN BRAZOS DE DIOS.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

LECTURA BREVE Rm 12, 9-12

Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

RESPONSORIO BREVE

V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.

V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

PRECES

Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:

Escúchanos, Señor.

Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo;
haz que por él crezcamos en todo conocimiento.

En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar.

Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.

Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.

Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE

Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.

SALMODIA

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA

Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

LECTURA BREVE 1Pe 5,8-9

Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.


RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

OREMOS,
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,

ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.

Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.

Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.

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