- XVII Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 20, 20-28) - Ciclo C: Mi cáliz lo beberán ustedes
- Evangelio Misionero del Dia: 23 de Julio de 2010 - XVI Semana del T.O. Ciclo C
- Lecturas y Liturgia de las Horas: 23 de Julio de 2010
Posted: 22 Jul 2010 05:14 PM PDT ![]() Publicado por Servicios Koinonia Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2: Muerte de Santiago Salmo responsorial: 66: Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben 2 Co4 4,7-15: Llevamos en nuestros cuerpos la muerte de Jesús. Mt 20, 20-28: Mi cáliz lo beberán ustedes. El texto evangélico lo podemos dividir en dos partes: la primera corresponde a los vv. 20-23 y en ellos encontramos la petición a Jesús de parte de la madre de los Zebedeos para que sus hijos se sienten uno a la derecha y el otro a la izquierda en el Reino. La segunda parte la encontramos en los vv. 24-28 los cuales presentan la reacción de los otros discípulos contra los dos hermanos y la actitud de Jesús frente a todos los discípulos. La madre de los Zebedeos se acerca a Jesús con actitud reverente y suplica para pedirle “que sus hijos se sienten uno a la derecha, el otro a la izquierda, en su Reino". La petición es disonante en contraste con el programa que Jesús le ha ido trazando a sus discípulos mientras van subiendo a Jerusalén (20, 17-19); se pone una vez más en relieve la incomprensión del misterio de la cruz. Por otra parte, la suplica traduce una absoluta confianza en el poder de la palabra del maestro y en el próximo advenimiento de su Reino. Pero también expresa los problemas que se están dando al interior de la comunidad apostólica por los primeros puestos. La respuesta de Jesús no está dirigida a la madre de los Zebedeos, sino a los doce discípulos; les dijo: “no saben lo que están pidiendo”. Con la pedagogía de quien reprende para enseñar, Jesús llama la atención sobre la falta de inteligencia de quienes estaban destinados por vocación a comprender los misterios del Reino de Dios. Luego Jesús les llama la atención sobre la capacidad de asumir su proyecto: ¿pueden beber el cáliz que yo voy a beber? La pregunta introduce el tema de fondo que Jesús les está proponiendo a sus discípulos: la comunión de destino entre el Mesías y sus seguidores, que caminan hacia Jerusalén, el lugar de la pasión, muerte y resurrección. Los discípulos dicen que están en capacidad de asumir el cáliz, es decir, de correr la misma suerte del maestro, de entregar la propia vida; ellos están dispuestos a “com-padecer”, ser “crucificados” y “morir con Cristo”. Pero Jesús disimulando sus ilusiones presentes y pensando en la fidelidad a la hora de la verdad, les dice: “Mi cáliz, ciertamente, lo beberán, pero el sentarse a mi derecha o mi izquierda no me toca a mí concederlo; será para los que mi Padre tiene designados”. Cuando en la comunidad se recordaba esta escena, la profecía de Jesús ya significaba una muestra de predilección sobre el primer mártir entre los doce: Santiago, el que dio testimonio de sangre bajo Herodes Agripa, hacia el año 42-43 d.C, cuya memoria estamos celebrando hoy. La petición de la madre de los Zebedeos genera en los otros discípulos indignación, recelo y división. Esta situación la aprovecha el maestro para corregir pedagógicamente los fallos de los discípulos. Frente al egoísmo de todos, el maestro pronuncia unas reflexiones sobre el nuevo concepto de la autoridad transfigurada en servicio. Su pensamiento se desarrolla en tres estrofas: “Los jefes de las naciones las tiranizan y los grandes las oprimen”. Jesús coloca el énfasis en la manera como se impone la autoridad en el régimen político de las naciones. Esta manera de ejercer la autoridad no puede ser el modelo de las relaciones en la comunidad de los discípulos. “El que quiera ser el más grande entre ustedes, sea el servidor”. Esta sentencia de Jesús esta en paralelo de contraste con “los jefes de las naciones” que ocupan un puesto de dirección y responsabilidad. Jesús no quiere una comunidad sin autoridad, pero pone como condición a quienes la ejerzan han de tener un alma de pobre y una actitud de servicio como un esclavo. El candidato a ser “el primero” deberá hacerse servidor y esclavo de todos, porque la novedad del espíritu de gobierno, según el Evangelio, está en servir incondicionalmente a los otros. “El Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos”. Con estas sentencias, Jesús autodefine su misión como servicio y entrega de la propia vida por los demás. Con esto queda claro lo que quiso decir Jesús al hablar de su “cáliz”. Se corrige la falta de inteligencia de los que soñaban con los primeros puestos en el Reino y se ponen las condiciones para ser parte de la comunidad de los discípulos. El ejemplo de Santiago y de los otros discípulos nos exige a todos nosotros el construir otro tipo de vida eclesial, donde la autoridad se ejerza como servicio y no como privilegio; jerarquía o autoridad, donde seamos capaces de entregar la propia vida por el hermano empobrecido como lo hizo el mismo Jesús que no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate por todos. El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 94 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil, titulado «A la derecha y a la izquierda». El guión y su guión y su comentario puede ser tomado de aquí: http://untaljesus.net/texesp. Puede ser escuchado aquí: http://untaljesus.net/audios/ Para la revisión de vida «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres...». Hay obligaciones de conciencia que uno sabe que están por encima de toda conveniencia, miedo al qué dirán, presión social, incluso precepto humano que pudiera interponerse. ¿Qué convicciones en mi vida tienen una tal fuerza? ¿Tienen que ver con qué? ¿Las experimento con frecuencia? ¿En qué sector de mi vida son menos fuertes esas convicciones? Para la reunión de grupo - En el evangelio de hoy Jesús explica su ideal, su visión del mundo, como una sociedad organizada de muy distinta manera a como la organizan “los jefes de los pueblos”... Tracemos un esquema de comparación (paralelismo antitético) entre los dos sistemas de sociedad, el del “mundo” y el de Jesús. - El que cree en Jesús ya ha comenzado a vivir su vida nueva, ya está salvado, justificado, glorificado; ¿creo que esto es un optimismo ingenuo o es la verdad que Dios ha producido en mi vida? ¿Vivo con ese sentimiento de amado por Dios, de salvado? - ¿He descubierto lo que es verdaderamente el Reino de Dios? ¿Siento mi vida llena de gozo y alegría por ese hallazgo? ¿Soy capaz de venderlo todo por ese tesoro, por esa perla? Para la oración de los fieles - Por la Iglesia, para que transparente ante el mundo el rostro visible del amor de Dios Padre. Roguemos al Señor. - Por todas las personas, para que tengamos la sabiduría y el discernimiento suficientes para distinguir el bien de las gentes y trabajemos por él. Roguemos... - Por todos los que trabajan por el Reino de Dios, Reino de justicia, de amor y de paz, para que vean recompensados sus trabajos con un mundo mejor. Roguemos... - Por quienes obedecen sobre todo al reino de sus propios intereses, para que se haga la luz en sus vidas y cambien de mentalidad. Roguemos... - Por todos los que tienen la oportunidad de conocer el Evangelio, para que lo descubran como el mayor y mejor tesoro por el que merece la pena darlo todo a cambio. Roguemos... - Por todos nosotros, para que el Señor nos conceda aquellos dones con los que mejor podamos servir a los hermanos. Oración comunitaria Dios, Padre nuestro, concédenos sabiduría para descubrir el significado y la importancia del Reino que tu Hijo anunció e inauguró entre nosotros; que lo acojamos en nuestra existencia como el tesoro más precioso, y que dediquemos a él toda nuestra vida. Por Jesucristo. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 22 Jul 2010 05:09 PM PDT ![]() Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 18-23 Jesús dijo a sus discípulos: Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta enseguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno. Compartiendo la Palabra Por CELAM - CEBIPAL Atención a lo interior: Las vicisitudes de la Palabra en la vida del discípulo “El que oye la Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce” Anteayer leímos la parábola del sembrador (13,3b-9), hoy tenemos la oportunidad de profundizarla. La parábola del sembrador retoma muy bien lo que le sucede a uno en la experiencia de la Palabra. De hecho, el primer enunciado de la parábola nos hizo caer en cuenta que Dios nos ofrece el don de su palabra-semilla sin fijarse inicialmente qué tipo de terrenos somos. Es claro desde el principio que hay un terreno ideal, pero sucede en un caso de cada cuatro. La otra cara de la moneda que nos presenta la parábola nos confronta con la seriedad o no con que acogen el don de la semilla. La palabra, como fuerza de vida que es (por eso se la compara con una semilla) comienza a generar procesos en la vida de quien la recibe. Es aquí donde cuenta mucho nuestra responsabilidad: “Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino” (13,19ª). (1) El caso de quien no comprende la Palabra del Reino (13,19b) Mateo enfatiza el término “comprender”, que aquí es “aferrar” o “arraigar”, es decir, que le permitió un espacio en su vida y se dejó confrontar por ella. Algunas experiencias de escucha no tienen el espacio suficiente para que ella haga su efecto y entonces se pierde rápidamente el primer esfuerzo. Hay oyentes distraídos que no se dan al menos un espacio de oración para asimilar la Palabra oída (o leída), o más exactamente, para “comprenderla”. (2) El caso de quien no cultiva procesos (13,20-21) Sucede a veces que se vive una vida espiritual hecha de momentos puntuales pero no se cultivan procesos. Esto no es conveniente, y mucho más cuando se trata de una experiencia de la Palabra: la semilla necesita surco. A ésta realidad se está aludiendo cuando se advierte que uno de los factores que provocan fracasos y desilusiones es la “falta de raíz en sí mismo”, la cual está acompañada de la “inconstancia”. Se vive de emociones, de momentos luminosos y bellos, de ahí que ésta se vuelva pasajera. Mucho más cuando se viven momentos duros de confrontación, “una tribulación o persecución por causa de la Palabra” (13,21), entonces la persona “se escandaliza” porque sólo quiere gloria pero no cruz (precisamente aquí está hablando del “escándalo de la cruz” que provoca deserciones). (3) El caso de quien no se deja tocar hondamente por la fuerza transformadora de la Palabra (13,22) Hay personas que han realizado un camino de vida espiritual serio y prolongado, pero descuidan la necesaria “vigilancia” espiritual. Existen dos factores que hay que discernir constantemente en la vida espiritual para que el camino de maduración sea siempre ascendente y provechoso: (a) las preocupaciones del mundo (que es el stress; ver el evangelio sobre el stress en 6,24-35); (b) la seducción de las riquezas (o los apegos que distraen el corazón de lo esencial). Ambos casos ya fueron tratados en el Sermón de la Montaña: tenemos aquí un signo claro de una Palabra que ha sido oída, aceptada con gusto, pero que no ha purificado verdaderamente el corazón. (4) El oyente ideal de la Palabra (13,23) Al final, en el perfil del oyente ideal de la Palabra, nos encontramos de nuevo el término “comprender”. Este conocimiento profundo, que había sido señalado en 13,14-15, supone una experiencia vital de la Palabra que, en cuanto semilla, ha germinado y está en condiciones de dar lo frutos de vida del cual es portadora. A veces nos preguntamos por qué, a pesar de tantos esfuerzos, seguimos todavía en el mismo punto, sin percibir avances reales en la vida espiritual. Hoy el evangelio nos explica por qué. Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón 1. ¿Qué enfatiza la explicación de parábola del sembrador? 2. ¿Cuál de los cuatro tipos de “oyente” se parece más a mí? 3. ¿Qué decisiones voy a tomar para hacer posible –en lo que a mí respecta- un camino de maduración en la fe que sea siempre ascendente y que le da a mi vida la fecundidad prometida en el evangelio del Reino? Cómo entró santa Teresa en un renovado camino de oración (II) “Cuando comencé a leer las ‘Confesiones’ (de san Agustín), paréceme me veía yo allí. Comencé a encomendarme mucho a este glorioso Santo. Cuando llegué a su conversión y leí cómo oyó aquella voz en el huerto (‘Toma y lee’), no me parece sino que el Señor me da dio a mí, según sintió mi corazón. Estuve por gran rato que toda me deshacía en lágrimas, y entre mí misma con gran aflicción y fatiga. ¡Oh, qué sufre un alma, válgame Dios, por perder la libertad que había de tener de ser señora, y qué de tormentos padece! Yo me admiro ahora cómo podía vivir en tanto tormento. Sea Dios alabado, que me dio vida para salir de muerte tan mortal” (Santa Teresa de Jesús). Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 22 Jul 2010 04:23 PM PDT ¡Vuelvan, hijos apóstatas -oráculo del Señor- porque Yo soy el dueño de ustedes! Yo los tomaré, a uno de una ciudad ya dos de una familia, y los conduciré a Sión. Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y prudencia. y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar. En aquel tiempo, se llamará a Jerusalén "Trono del Señor"; todas las naciones se reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y perverso. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL Jer 31, l0-12b. 13 R. El Señor nos cuidará como un pastor ¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor, anúncienla en las costas más lejanas! Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo cuidará como un pastor a su rebaño». R. Porque el Señor ha rescatado a Jacob, lo redimió de una mano más fuerte que él. Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor. R. Entonces la joven danzará alegremente, los jóvenes y los viejos se regocijarán; Yo cambiaré su duelo en alegría, los alegraré y los consolaré de su aflicción. R. Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 18-23 Jesús dijo a sus discípulos: Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta enseguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno. Palabra del Señor. LITURGIA DE LAS HORAS TIEMPO ORDINARIO VIERNES DE LA SEMANA XVI De la feria. Salterio IV 23 de julio LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. El Señor es bueno, bendecid su nombre. Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: POR EL DOLOR CREYENTE QUE BROTA DEL PECADO. Por el dolor creyente que brota del pecado, por no haberte querido de todo corazón, por haberte, Dios mío, tantas veces negado, con súplicas te pido, de rodillas, perdón. Por haberte perdido, por no haberte encontrado, porque es como un desierto nevado mi oración; porque es como una hiedra sobre el árbol cortado el recuerdo que brota cargado de ilusión, Porque es como la hiedra, déjame que te abrace, primero amargamente, lleno de flor después, y que a ti, viejo tronco, poco a poco me enlace, y que mi vieja sombra se derrame a tus pies. Amén SALMODIA Ant. 1. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme. Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO Misericordia, Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud. Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, Dios, Salvador mío!, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen; si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme. Ant. 2. Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los pueblos. Cántico: ACCIÓN DE GRACIAS POR LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO - Tb 13, 10-15. 17-19 Anuncien todos los pueblos sus maravillas y alábenle sus elegidos en Jerusalén, la ciudad del Santo; por las obras de tus hijos te azotará, pero de nuevo se compadecerá de los hijos de los justos. Confiesa dignamente al Señor y bendice al Rey de los siglos, para que de nuevo sea en ti edificado su tabernáculo con alegría, para que alegre en ti a los cautivos y muestre en ti su amor hacia los desdichados, por todas las generaciones y generaciones. Brillarás cual luz de lámpara y todos los confines de la tierra vendrán a ti. Pueblos numerosos vendrán de lejos al nombre del Señor, nuestro Dios, trayendo ofrendas en sus manos, ofrendas para el rey del cielo. Las generaciones de las generaciones exultarán en ti. Y benditos para siempre todos los que te aman. Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos, que serán congregados, y al Señor de los justos bendecirán. Dichosos los que te aman; en tu paz se alegrarán. Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes, pues en ti se alegrarán contemplando toda tu gloria, y se regocijarán para siempre. Bendice, alma mía, a Dios, rey grande, porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas será reedificada, con piedras preciosas sus muros y con oro puro sus torres y sus almenas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los pueblos. Ant. 3. Sión, alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra. Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas y ha bendecido a tus hijos dentro de ti; ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz; manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza; hace caer el hielo como migajas y con el frío congela las aguas; envía una orden, y se derriten; sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sión, alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra. LECTURA BREVE Gal. 2, 19b-20 Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. RESPONSORIO BREVE V. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí. R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí. V. Desde el cielo me enviará la salvación. R. El Dios que hace tanto por mí. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto. PRECES Confiados en Dios, que cuida con solicitud de todos los que ha creado y redimido con la sangre de su Hijo, invoquémosle diciendo: Escucha, Señor, y ten piedad. Dios misericordioso, asegura nuestros pasos en el camino de la verdadera santidad, y haz que busquemos siempre cuanto hay de verdadero, noble y justo. No nos abandones para siempre, por amor de tu nombre no olvides tu alianza con nosotros. Con alma contrita y espíritu humillado te seamos aceptos, porque no hay confusión para los que en ti confían. Tú que has querido que participáramos en la misión profética de Cristo, haz que proclamemos ante el mundo tus maravillas. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Dirijámonos al Padre, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro... ORACIÓN Te pedimos, Señor, tu gracia abundante, para que nos ayude a seguir el camino de tus mandatos, y así gocemos de tu consuelo en esta vida y alcancemos la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------------ VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: ERES LA LUZ Y SIEMBRAS CLARIDADES. Eres la luz y siembras claridades, eres amor y siembras armonía desde tu eternidad de eternidades. Por tu roja frescura de alegría, la tierra se estremece de rocío, Hijo eterno del Padre y de María. En el cielo del hombre, oscuro y frío, eres la luz total, fuego del fuego, que aplaca las pasiones y el hastío. Entro en tus esplendores, Cristo, ciego; mientras corre la vida paso a paso, pongo mis horas grises en tu brazo, y a ti, Señor, mi corazón entrego. Amén. SALMODIA Ant. 1. Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas. Salmo 144 I - HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza; una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas. Alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas; encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones; difunden la memoria de tu inmensa bondad, y aclaman tus victorias. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus creaturas. Que todas tus creaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas; explicando tus proezas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas. Ant. 2. Los ojos de todos te están aguardando, Señor, tú estás cerca de los que te invocan. Salmo 144 II El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. Satisface los deseos de sus fieles, escucha sus gritos, y los salva. El Señor guarda a los que lo aman, pero destruye a los malvados. Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Los ojos de todos te están aguardando, Señor, tú estás cerca de los que te invocan. Ant. 3. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4 Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! LECTURA BREVE Rm 8,1-2 No hay ya condenación alguna para los que están en Cristo Jesús, porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me libró de la ley del pecado y de la muerte. RESPONSORIO BREVE V. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. R. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. V. Muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu. R. Para llevarnos a Dios. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a nuestros padres. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a nuestros padres. PRECES Invoquemos a Cristo, en quien confían los que conocen su nombre, diciendo: Confirma, Señor, lo que has realizado en nosotros. Señor Jesucristo, consuelo de los humildes, dígnate sostener con tu gracia nuestra fragilidad, siempre inclinada al pecado. Que los que por nuestra debilidad estamos inclinados al mal, por tu misericordia obtengamos el perdón. Señor, a quien ofende el pecado y aplaca la penitencia, aparta de nosotros el castigo merecido por nuestros pecados. Tú que perdonaste a la mujer arrepentida y cargaste sobre los hombros la oveja descarriada, no apartes de nosotros tu misericordia. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Tú que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz, abre las puertas del cielo a todos los difuntos que en ti confiaron. Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, digamos al Padre celestial: Padre nuestro... ORACIÓN Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que tu Hijo sufriese por la salvación de todos, haz que, inflamados en tu amor, sepamos ofrecernos a ti como víctima viva. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------ COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría. Si poco fue el amor en nuestro empeño de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran amor que todo lo engrandece. Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora en justa, e ilumina la senda de la vida y de la muerte del hombre que en la fe lucha y camina. Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la esperanza de esperar cada noche tu gran día. Amén. SALMODIA Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Salmo 87 - ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar. Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido? Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro? Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores, pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido: me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una; alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. LECTURA BREVE Jr 14, 9 Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN OREMOS, Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos , gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |



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