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martes, 10 de agosto de 2010

CAMINO MISIONERO. 10/08/2010

  • Iglesia: una lectura teológica
  • La Iglesia frente a los abusos: ¿debo quedarme o irme?
  • San Cayetano: caminamos con fe pidiendo tu protección
  • Mujeres en la Iglesia: Sor Lucia Caram
  • Evangelio Misionero del Dia: 10 de Agosto de 2010 - SEMANA XIX DURANTE EL AÑO - Ciclo C
  • Lecturas y Liturgia de las Horas: 10 de Agosto de 2010
  • 9 de agosto, fiesta de Edith Stein, “mártir del amor”
Posted: 09 Aug 2010 04:38 PM PDT


En los artículos anteriores reflexionábamos sobre una cuestión particular, la del poder en la Iglesia, centralizado en el clero y en el papa, de cariz absolutista. A algunos les chocó, pero la verdad es justamente esa. Ahora cabe una reflexión general, de cuño teológico, es decir, considerar las realidades divinas subyacentes a la Iglesia, entendida como comunidad que se forma a partir de la fe en Jesús como Hijo de Dios y Salvador universal.

Como es sabido, la intención primera de Jesús no fue la Iglesia, sino el Reino de Dios, aquella utopía radical de liberación total. Tanto es así que los evangelistas Lucas, Marcos y Juan ni siquiera conocen la palabra Iglesia. Es solamente Mateo el que habla tres veces de Iglesia. Al no realizarse el Reino debido a la ejecución judicial de Jesús, la Iglesia tomó su lugar. El Nuevo Testamento nos transmite tres formas diferentes de organizar la Iglesia: la sinagogal de san Mateo, la carismática de san Pablo y la jerárquica de los discípulos de Pablo, Timoteo y Tito. Esta fue la que prevaleció.

En primer lugar, la Iglesia se define como comunidad de fieles. Como comunidad, se siente anclada en el Dios cristiano, que es también comunidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esto significa que la comunidad es anterior a las instancias de poder cuyo lugar está en medio de ella, como servicio de animación y de cohesión. El amor y la comunión, esencia de la Trinidad, son también la esencia teológica de la Iglesia.

Esta comunidad se sustenta sobre dos columnas: Jesucristo y el Espíritu Santo. Jesús aparece bajo dos figuras: la del hombre de Nazaret, pobre, profeta ambulante que predicó el Reino de Dios (en oposición al Reino de César) y que acabó en la cruz; la otra es la figura del resucitado que alcanzó dimensión cósmica estando presente en la materia, en la evolución y en la comunidad, como anticipación del hombre nuevo y del fin bueno del universo.

La segunda columna es el Espíritu Santo. Él estaba presente en el acto de la creación del cosmos, siempre acompaña a la humanidad y a cada persona y llega antes que el misionero. Él suscita la espiritualidad: la vivencia del amor, del perdón, de la solidaridad, de la compasión y de la apertura a Dios. En la Iglesia Él mantiene vivo el legado de Jesús y es el responsable de su continua actualización con carismas, pensamientos creativos, ritos y lenguajes innovadores.

Bien dijo San Ireneo (+200): Cristo y el Espíritu son las dos manos del Padre, con las cuales nos alcanza y nos salva.

Cristo, por ser la encarnación del Hijo, representa el lado más permanente de la Iglesia, su carácter institucional. El Espíritu, el lado más creativo, su carácter dinámico. La Iglesia viva es simultáneamente algo estructurado pero también algo cambiante como las innovaciones que escapan al control de la institución.

Se dice también se dice que la Iglesia concreta, como comunidad y como movimiento de Jesús, posee dos dimensiones: la petrina y la paulina. La petrina (de san Pedro = Papa) es el principio de la Tradición y de la continuidad. La dimensión paulina (de san Pablo) representa el momento de ruptura, la creatividad. Pablo dejó el suelo judío y partió hacia la inculturación en el mundo helénico. Pedro es la organización, Pablo la creación.

Pedro y Pablo se encuentran unidos en la figura del Papa, heredero y guardián de las dos vertientes, simbolizadas por los túmulos de los dos apóstoles en Roma. Ambas se pertenecen mutuamente. Pero en los últimos siglos ha predominado la dimensión petrina, casi ahogando la paulina. Tal desequilibrio ha dado origen a una organización eclesiástica centralista, con el poder en pocas manos, conservadora y resistente a lo nuevo, tanto si proviene de la Iglesia misma, como si lo hace de la sociedad. El papa actual es casi exclusivamente petrino, contrario a toda modernidad.

Hoy se impone recuperar el equilibrio eclesiológico perdido. La Iglesia debe mantener la herencia intacta de Jesús (Pedro) y al mismo tiempo renovar las formas de su realización en el mundo (Pablo). Sólo así podrá superar su conservadurismo y mostrar su creatividad en la comunicación con los contemporáneos. Ella no puede ser fuente de aguas muertas, sino de aguas vivas.

Leonardo Boff es autor de Iglesia: carisma y poder, Sal Terrae, 72002.
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 09 Aug 2010 04:25 PM PDT

Por Timothy Radcliffe
Publicado por Mirada Global

Desde el principio y a lo largo de la historia, con frecuencia Pedro ha sido una roca inestable, fuente de escándalo, corrupto; sin embargo, es aquel cuya tarea radica en mantenernos unidos para que demos testimonio del triunfo de Cristo el Domingo de Resurrección sobre el poder corruptor del pecado.

El escándalo por los abusos sexuales contra niños y su encubrimiento ha llevado a algunos católicos a replantearse su pertenencia a la institución. Aquí, quien fuera maestro de la orden de los dominicos explica por qué elige quedarse en la Iglesia y por qué ella debe seguir aceptándolo, pase lo que pase.
Nuevas revelaciones de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Alemania e Italia han provocado una ola de ira y disgusto. He recibido mensajes por correo electrónico de personas de toda Europa en los que me preguntan cómo permanecer en la Iglesia. Hasta recibí un formulario de renuncia: ¿qué razones tenía para seguir perteneciendo?

Algunas personas sienten que ya no pueden seguir asociadas a una institución tan corrupta y peligrosa para los niños. El sufrimiento de tantos chicos es, sin duda, espantoso. Deben ser nuestra principal preocupación. Nada de lo que voy a escribir tiene de ningún modo la intención de reducir nuestro horror ante el mal del abuso sexual. Sin embargo, las estadísticas que elaboró el colegio John Jay de justicia penal en 2004 a pedido de los Estados Unidos indican que el clero católico no comete más delitos que el clero casado de otras Iglesias. Algunos estudios registran que el número de delitos es menor en el caso de los sacerdotes católicos. Incluso menor que el de los maestros de escuela laicas, y tal vez la mitad respecto de la población general. El celibato no lleva a la gente a abusar de los niños. Es sencillamente falaz imaginar que dejar la Iglesia por otra confesión dará mayor seguridad a nuestros hijos. Debemos enfrentar el terrible hecho de que el abuso de niños es algo generalizado en cualquier sector de la sociedad. Hacer de la Iglesia el chivo expiatorio sería otra forma de encubrimiento.

¿Pero qué ocurre con el encubrimiento dentro de la Iglesia? ¿Acaso no han sido nuestros obispos terriblemente irresponsables al trasladar a los culpables de un lugar a otro, sin denunciarlos a la policía, perpetuando así los abusos? Sí, a veces. La gran mayoría de estos casos, sin embargo, se retrotrae a las décadas de los sesenta y setenta, cuando los obispos a menudo tendían a considerar el abuso sexual más bien un pecado que una patología, y cuando abogados y psicólogos con frecuencia los tranquilizaban diciéndoles que no había peligro en reasignar a los sacerdotes una vez que hubieran recibido tratamiento.

Es injusto proyectar hacia atrás una conciencia de la naturaleza y gravedad del abuso sexual que simplemente entonces no existía. A fines de los años setenta, con el feminismo en pleno desarrollo, exhibiendo la violencia de algunos varones contra las mujeres, se los alertaba del terrible daño que se infligía a niños vulnerables.

¿Pero qué ocurre con el Vaticano? Benedicto XVI, siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) adoptó al respecto una actitud firme, que mantiene siendo Papa. Hoy, un dedo acusador lo señala. Al parecer algunos casos informados a la CDF a su cargo no fueron investigados. ¿No socava esto la credibilidad del Papa? Frente a San Pedro hay manifestantes que exigen su renuncia. Tengo la certeza moral de que no es responsable de esto. Se suele imaginar que el Vaticano es una organización vasta y eficiente. En realidad es minúscula. La CDF sólo emplea a 45 personas que atienden cuestiones de doctrina y disciplinarias para una Iglesia de mil trescientos millones de miembros (el 17% de la población mundial) y unos 400.000 sacerdotes. En mi trato con la CDF como maestro de la orden de los dominicos, pude ver hasta qué punto se esforzaban por dar abasto con la tarea. Los documentos se colaban inadvertidamente por las rendijas. El cardenal Joseph Ratzinger se lamentó ante mí de que el personal era, sencillamente, demasiado escaso.

La gente está indignada por el hecho de que el Vaticano no abra sus archivos y ofrezca una explicación clara de lo ocurrido. ¿Por qué se muestra tan hermético? Católicos enojados y heridos sienten que tienen derecho a un gobierno transparente. Estoy de acuerdo. Pero, para ser justos, tenemos que entender por qué el Vaticano se protege tanto a sí mismo. Hubo más mártires en el siglo XX que en la totalidad de los siglos anteriores: obispos y sacerdotes, religiosos y laicos fueron asesinados en Europa occidental, países soviéticos, África, América latina y Asia.

Muchos católicos todavía hoy son tomados prisioneros y mueren por su fe. Por supuesto, el Vaticano tiende a hacer hincapié en la confidencialidad; algo necesario para proteger a la Iglesia de las personas que quieren su destrucción. Es comprensible, entonces, que el Vaticano reaccione de manera agresiva ante las demandas de transparencia y que perciba que los legítimos pedidos de apertura son una forma de persecución. En efecto, hay en los medios de comunicación personas que quieren dañar la credibilidad de la Iglesia. Pero también tenemos una deuda de gratitud para con la prensa por su insistencia en que la Iglesia enfrente sus fallas. De no haber sido por los medios de comunicación, la vergonzosa situación de los abusos podría haber seguido sin ser afrontada. La confidencialidad también es consecuencia de la insistencia de la Iglesia en que todo acusado tiene derecho a preservar su buen nombre hasta que se pruebe su culpabilidad.

Es muy difícil que esto se entienda en nuestra sociedad, cuyos medios de comunicación destruyen la reputación de la gente sin ningún reparo. ¿Por qué irse? Si es para hallar un cielo más seguro, una Iglesia menos corrupta, creo que van a sentirse defraudados. Yo también anhelo un gobierno más transparente, un debate más abierto, pero el secreto de la Iglesia es entendible y, a veces, necesario. Entender no siempre es condonar, pero resulta necesario para actuar con justicia. ¿Por qué quedarse? Pondré mis cartas sobre la mesa: aun cuando la Iglesia fuera evidentemente peor que otras Iglesias, tampoco me iría. No soy católico porque nuestra Iglesia sea la mejor, ni porque me guste el catolicismo.

Amo muchas cosas de mi Iglesia, no obstante existan aspectos de ella que me disgustan. No soy católico por una “opción consumista” que prefiere una marca a otra, sino porque creo que encarna algo que es esencial al testimonio cristiano de la Resurrección: la unidad visible. Cuando Jesús murió, su comunidad se desmoronó. Había sido traicionado y negado, y la mayoría de sus discípulos huyeron. Fueron principalmente las mujeres quienes lo acompañaron hasta el final. El domingo de Resurrección, se apareció a sus discípulos. Fue más que la resurrección física de un cuerpo muerto. En él, Dios triunfó por sobre todo lo que destruye a la comunidad: el pecado, la cobardía, las mentiras, la incomprensión, el sufrimiento y la muerte.

La Resurrección se hizo evidente al mundo en la asombrosa visión de una comunidad renacida. Estos cobardes y negadores fueron otra vez reunidos. No era gente proba, y estaban avergonzados por lo que habían hecho, pero de nuevo eran uno. La unidad de la Iglesia es signo de la victoria de Cristo sobre las fuerzas que fragmentan y dispersan.

Todos los cristianos son uno en el Cuerpo de Cristo. Siento el más profundo respeto y afecto hacia los cristianos de otras Iglesias que me nutren e inspiran. Pero esta unidad en Cristo precisa una encarnación visible. El cristianismo no es una vaga espiritualidad sino una religión de encarnación en la que las más profundas verdades asumen forma física y, en ocasiones, institucional. Históricamente, esta unidad encontró su foco en Pedro: la Roca en Mateo, Marcos y Lucas; y el pastor del rebaño en el evangelio de Juan.

Desde el principio y a lo largo de la historia, con frecuencia Pedro ha sido una roca inestable, fuente de escándalo, corrupto; y sin embargo es aquel —y sus sucesores— cuya tarea radica en mantenernos unidos para que podamos dar testimonio del triunfo de Cristo el Domingo de Resurrección sobre el poder corruptor del pecado. Por eso, la Iglesia tendrá que cargar conmigo pase lo que pase. Quizás nos avergüence admitir que somos católicos, pero Jesús anduvo con gente que suscitaba vergüenza ya entonces.

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Timothy Radcliffe. Fue maestro de la Orden de Predicadores, único miembro de la provincia inglesa de los dominicos que ha ejercido ese cargo desde la fundación de la orden en 1216. Texto de The Tablet, 10 de abril, 2010, también publicado por revista Criterio, www.revistacriterio.com.ar Traducción: Silvina Floria
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Posted: 09 Aug 2010 04:21 PM PDT
Por Cardenal Jorge Mario Bergoglio

El lema de este año es muy especial. Como siempre, fue el más elegido por los peregrinos. Es bien directo y con un pedido concreto. Le pedimos a nuestro querido San Cayetano que nos proteja: es que somos peregrinos, gente que va de camino, y ya sabemos que el que sale a la calle necesita protección. Por eso le decimos: "San Cayetano, caminamos con fe pidiendo tu protección".

Es linda la primera afirmación: San Cayetano, caminamos con fe. Lo nombramos primero al santo para que nos mire, como diciendo "San Cayetano mirá que caminamos con fe". Nos alegra y enorgullece que nos veas aquí, haciendo la fila, caminando en la fe de la Iglesia.

La fe la tenemos. Nuestro pueblo tiene fe. Creemos en Dios nuestro Padre. Creemos en Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor. Creemos en Dios Espíritu Santo, Señor y dador de Vida. Creemos en nuestra Madre la Iglesia, creemos en la Comunión de los Santos, que nos hace venir a vos, junto con todos nuestros hermanos y hermanas, a pedirte que, junto con la Virgen y todos los santos del cielo, intercedan por nosotros que necesitamos protección.

La protección que pedimos es para todas las necesidades de nuestra vida: la salud, el pan, el trabajo… También pedimos protección ante la inseguridad que produce tanta violencia desatada en nuestra sociedad. Pero junto con estas cosas pedimos de manera especial protección para nuestra fe. Te pedimos que protejas, conserves y aumentes nuestra fe.

Porque vivimos en medio de una cultura cada vez más pagana. Una cosa es ser pagano si uno nació en una cultura que no conoce aún la verdad del Evangelio y la bondad de Jesucristo. Pero para nosotros, hacer como si Jesucristo no hubiera venido a salvarnos, es dar un paso muy atrás. Es como negar a nuestros padres y a nuestros abuelos. Es como querer no tener historia. Es como si eligiéramos ser huérfanos, gente desamparada, que tiene que empezar de cero sin contar con el tesoro de la sabiduría de nuestros mayores. Al hacer como si Jesucristo no existiera, al relegarlo a la sacristía y no querer que se meta en la vida pública, negamos tantas cosas buenas que el cristianismo aportó a nuestra cultura, haciéndola más sabia y justa; a nuestras costumbres, haciéndolas más alegres y dignas…

Si somos personas de bien no debemos desconocer tantas gracias recibidas. Nosotros hemos escuchado el anuncio del Evangelio, somos gente bautizada en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, gente que ha vivido cuidada con el amor infinito de la providencia de nuestro Padre Dios y amparada bajo el manto de ternura de la Virgen María. Nosotros hemos sido marcados con el signo de la cruz y le pertenecemos a Jesús que nos compró con su Sangre. Si en algo fallan nuestros valores es porque no los vivimos a fondo. No es que tengamos que remplazarlos por otros sino que tenemos que arrepentirnos de no haberlos guardado bien y comenzar a vivirlos en toda su plenitud.

Y mientras caminamos con fe pedimos tu protección para nuestro amor. Te pedimos que cuides, conserves y acrecientes nuestro amor. Creemos con todo el corazón que es verdad lo que dice el Evangelio: que el que recibe los mandamientos de Jesús y los cumple, ése lo ama y el que ama a Jesús es amado por el Padre, que lo cuida y lo protege como a su hijo querido.

Te pedimos San Cayetano que cuides este amor en el corazón de nuestro pueblo, en cada familia, en cada institución. Que nos cuides el amor misericordioso para compadecernos de los que sufren y ayudarlos como hizo el buen Samaritano. Te pedimos San Cayetano que nos cuides nuestro amor de caridad, ese amor gratuito que nos hace alegres en todo lo que sea positivo y creativo, en busca de un bien siempre mayor. Te pedimos San Cayetano que cuides nuestro amor familiar: el amor con que se aman los esposos, el amor que hace que los hijos honren a sus padres y que los padres tengan paciencia con sus hijos y los alienten. Te pedimos San Cayetano que protejas en nosotros nuestro amor de amistad, que establece vínculos de igualdad entre las personas de toda condición y es la base de las relaciones sociales.

Y mientras caminamos con fe y amor, te pedimos también que protejas nuestra esperanza. Nosotros somos conscientes de que hemos recibido una bendición y que esa bendición es al mismo tiempo una promesa. Queremos transmitir esta bendición-promesa a nuestros hijos. Decirles: "Que el Señor te bendiga y te proteja…" –como dice tan lindo la primera lectura-. "Que el Señor haga brillar su rostro sobre vos y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro de Padre bueno y te conceda la paz". San Cayetano, cuidá nuestra esperanza. Protegela de los males que la amenazan: el bajar los brazos, el tirar la toalla, el apagar la mirada pensando que no vale la pena, que en este país no se puede… ¡Nada de eso! Con tu ayuda levantamos los brazos, para bendecir al Cielo y para trabajar la tierra. Con tu ayuda nos ceñimos la toalla, como hizo Jesús en la última cena y le lavamos los pies a nuestros hermanos. Con tu ayuda encendemos la mirada y contemplamos el futuro con esperanza: ¡cuánto nos ha dado el Señor! ¡Cómo no soñar con todo lo que tiene para darle a nuestros hijos!

"San Cayetano: caminamos con fe pidiendo tu protección".


Buenos Aires, 7 de agosto de 2010.


Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.
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Posted: 09 Aug 2010 03:51 PM PDT
Publicado por Religión Digital

Comenzamos la serie de entrevistas a las bloggeras de Religión Digital. Recuerdo a los lectores que hace unos días hablé de las mujeres en la Iglesia, de su mirada.Y propuse esta serie de entrevistas. No estarán todas las que son, algunas no han aceptado la invitación de responder a una serie de preguntas, que no tienen otro objetivo que dar a conocer su labor. Podría haber añadido otras preguntas, haber sido más personal. Pero después de meditar qué es lo que más puede interesar a cualquier persona que no conoce la vida religiosa, estas son las ocho respuestas que sor Lucia Caram ha tenido la amabilidad de responder. Ella inicia esta serie. Le quiero agradecer su disponibilidad a responder.

1º ¿Qué representa ser dominica. Cómo te presentarías al mundo de hoy?:

Déjame que te explique desde el comienzo quienes somos las Dominicas Contemplativas, para poder leer hoy nuestro presente en fidelidad a las raíces. Fuimos fundadas por Santo Domingo en Prulla, al Sur de Francia, antes que los Frailes. Domingo hacía poco tiempo, estando en el Cabildo de Osma, como Canónigo, había visto cómo una gran hambruna se cobraba la vida de las personas. Decidió vender sus libros y fundar una limosna para atender a los pobres diciendo: "No puedo estudiar sobre pieles muertas -los pergaminos- mientras mis hermanos, pieles vivas, se mueren de hambre". Al poco tiempo pasó por el sur de Francia y allí tomó contacto con la realidad de los cátaros. Decidió predicar desde la pobreza y la itinerancia, y así lo propusieron a los legados pontificios. Con un grupo de mujeres Cátaras que aceptaron su anuncio del Evangelio y a las que convenció su autenticidad de vida, fundó -sin pretenderlo- la primera Comunidad de hermanas dedicadas fundamentalmente a la oración y a la predicación. El monasterio fue, desde el comienzo, el cuartel general de la predicación. Compartían la Palabra, la oraban, y era una casa de predicación.

Las Dominicas, fieles a Domingo, somos orante y predicadoras. Como a Domingo, nos llegan los clamores de los pobres -de todo tipo- y viviendo la compasión, intentamos ser misericordia para la humanidad, y pedirla a tiempo y a destiempo para la humanidad.

Apasionadas por la verdad, por la humanidad, por el Evangelio, dejamos que él nos guie e ilumine en cada momento, que nos envíe y nos instruya, ya dijo Jesús que su Espíritu nos instruiría y en la oración agudizamos el oído y preparamos el corazón para no cerrar nuestras entrañas al reclamo de Dios, que se sigue manifestando en los gemidos de la humanidad.

2º Es una interesante descripción, pero ¿cómo es el día a día de una dominica en la actualidad en este incipiente siglo XXI?

Comenzamos nuestra Jornada a las 6 de la mañana, concretamente a las 5:55 toca implacable la campana. Tenemos una hora de oración en silencio ante el Santísimo, precedida del rezo del ángelus y de la invocación al Espíritu para que nos asista en la Jornada que comenzamos. Es el mejor momento del día. El silencio se escucha y todo se ve de una manera mucho más diáfana. Es el momento de cargar las pilas para la jornada. A las 7:30 tenemos la eucaristía compartida con un grupo de personas y luego media hora de oración personal de acción de gracias por el don del Pan y la Palabra... Este sólido alimento fecunda nuestras vidas y nos dispone a dar gratis lo que gratis recibimos cada mañana. A las 9:00 rezamos juntas el rosario y luego la oración de tercia. Parece mucho, pero cada día se pasa rápido y son momentos que nutren la jornada que suele estar llena de imprevistos y que exige apertura y receptividad.

Después de desayunar cada una va a su oficina o al trabajo comunitario que tiene asignado. Yo, después de ir a la enfermería a levantar a Sor Neus, que tiene 94 años y que es un auténtico regalo para la Comunidad, me voy a mi despacho a escribir, preparar artículos, el programa de radio y Tv, etc... A las 13:00 Tenemos el oficio de Lecturas y sexta. Un alto en la jornada antes de la comida.

Durante la comida que es a las 13:30, una hermana lee la Palabra de Dios y noticias diversas de periódicos, de actualidad... Luego comienza el tiempo en el que se levanta el silencio, recogemos la cocina y el refectorio -comedor- y tenemos recreo hasta las 15:00 que vamos a rezar nona y luego quien quiere puede ir a descansar.

A las 16:30 tenemos media hora de Lectio Divina a la que sigue una hora de estudio -o clase algún día a la semana-. Antes de vísperas tenemos media hora de tiempo libre.

La oración de la tarde comienza a las 18:30 con el rezo de vísperas seguido de una hora de oración como a la mañana. Luego tiempo libre, preparación de la cena, y lo que cada una tenga que hacer y a las 20:45 cena, también en silencio, pero esta vez con música de fondo que ayude a "estar", a ser conscientes de cada momentos.

A la cena sigue el recreo de la noche y luego el rezo de completas, que concluye con el canto de la Salve. De esta forma cerramos el día como lo comenzamos: invocando a María, mujer creyente y peregrina de la Fe.

3º Desde luego no hay mucho tiempo para aburrirse. Sin embargo hay algo que a muchos les puede llamar la atención y es precisamente cómo se lleva en comunidad el silencio y la oración constate:

Nuestra Jornada está marcada por el silencio que favorece la oración. Es verdad que siendo éste no es estrictísimo y que si se necesita hablar se habla, pero cualquiera que viniera de fuera, se percataría del ambiente de silencio. Éste es esencial para nuestra vida. No es un silencio de ausencia de ruidos y palabras -también- es un silencio de ESCUCHA a quien habla al corazón.

El silencio es nuestro hábitat y de él sacamos las fuerzas para avanzar. Es un compañero de camino, un buen compañero de camino que nos trae noticias del que ES el Camino.

4º Muchos se preguntan qué hacen las monjas encerradas entre cuatro paredes, de qué viven. En definitiva qué actividad se realiza para el sustento diario:

Actualmente trabajo para algunas editoriales y revistas y para una Radio -La Cadena SER de la Catalunya Central- y el Canal Taronja.

5º Otra de las cosas que llaman más la atención es qué grado de autonomía tienen las dominicas y de quién dependen las decisiones últimas

En la Orden, que tiene un sistema democrático de Gobierno, cada comunidad elige a sus superiores y las decisiones se toman en comunidad. Explican que la Primera Constitución de la Orden, sirvió de referencia para la redacción de la Constitución de los EEUU.

En la Comunidad se elige al Prior/a, que es el primero entre iguales - Primus inter pares- que actúa con un Consejo y que toma las decisiones importantes con el Capítulo de la Comunidad, que está formado por todas las hermanas de votos solemnes.

Los Monasterios son autónomos, estamos federados por regiones, a fin de ayudarnos mutuamente, pero la Federación no suple la autonomía de cada Comunidad.

Las monjas profesamos obediencia al Maestro de la Orden, a la Virgen María, a santo Domingo, y a la priora de la Comunidad.

Algunos Monasterios dependen del ordinario del lugar y otros directamente del Maestro de la Orden.

6º Ya, pero queda pendiente una cuestión fundamental, ¿cómo se vive la obediencia en un mundo lleno de individualismo?-

La obediencia es un ponernos juntas a la escucha de la voluntad de Dios que se manifiesta en la historia y también en cada una de las hermanas y de los dones y carismas con los que Dios la ha enriquecido. La obediencia es un acto libre de ponernos en manos de las hermanas y de vivir la disponibilidad para el servicio. En la Orden se busca el diálogo y en consenso porque el bien aprobado conjuntamente es más fácilmente promovido.

El estar en comunión con las hermanas y el buscar juntas, nos ayuda a superar el individualismo y el ego que nos reconcentra y nos deja ver sólo nuestro punto de vista. La obediencia madura, dialogada, fiel, disponible, es una fuente de riqueza, nunca debe ser un infantilismo que nos libra de responsabilidades. La obediencia es un acto libre de una persona madura o que aspira a serlo. Fue lo que llevó a Jesús a ponerse en manos del Padre y a anunciar con libertad el Reino.

Quien lo ha dejado todo por el Reino, no tiene nada que perder. La obediencia es una forma de disponibilidad para vivir expropiados para el Evangelio y lo que requiera en cada instante.... Aunque sea también romper con la rutina de una vida en la que todo está muy bien organizado: Los imprevistos, ¡también son la voz de Dios!

7º Bien, me surge otra pregunta ¿Por qué un blog y para qué?

Las nuevas formas de comunicación, son una buena plataforma para compartir la vida y la fe, para predicar el Evangelio y para pensar la fe y la vida. El Blog es una ventana al mundo y es la oportunidad de compartir con otros las convicciones que animan la propia vida.

El blog ha venido a ser, una fuente de paciencia ya que internet favorece el anonimato, y en los comentarios se padece la impertinencia y la mala educación de los que se creen poseedores absolutos de la verdad.... Es también una oportunidad para contrastar con otros lo que uno piensa, siente y escribe. Una nueva forma de predicación, para una dominica de la Orden de Predicadores. Hoy diría, más que de predicadores, de comunicadores.

8º Lucía hay algo que me llama mucho la atención ¿Cómo se compagina una vida contemplativa con actividades tan variadas, desde la ONG, el banco de alimentos y la radio?

En cada momento el Espíritu nos va diciendo qué es lo que quiere Dios de cada uno. Y hemos de entender que la totalidad del Evangelio, es también para las contemplativas. En tiempos de crisis, Jesús también nos dice a nosotras: "dadles vosotras de comer"... y hay que adaptarse para dar pan al hambriento.... Todo lo que hacemos ha de hundir sus raíces en la oración, que es donde resuena la voz del que nos envía y que a cada una le pide algo diferente. Lo importante es estar disponibles, priorizar y vivir a tope el AMOR, el SER... El hacer, es una exigencia o una consecuencia de la oración.
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Posted: 09 Aug 2010 03:37 PM PDT

FIESTA DE SAN LORENZO, MARTIR

Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este mundo la conservará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme será honrado por mi Padre».

Compartiendo la Palabra
Por CELAM - CEBIPAL

Dar vida con la fuerza de la Cruz
“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere…”

Ayer celebramos la memoria de la mártir Edith Stein o Teresa Benedicta de la Cruz, filósofa y luego monja carmelita de origen hebreo que dio su vida en los horrores de Auschwitz, en la segunda guerra mundial, y quien decía: “Con la fuerza de la Cruz, puedes estar en todos los lugares de aflicción”.

Hoy celebramos otro mártir, éste proveniente de los primordios de la Iglesia. En Lorenzo, diácono martirizado en Roma en el año 258 dC, asado en una parrilla –según una piadosa leyenda- en tiempos del emperador Valeriano, encontramos un ejemplo concreto de la vivencia del evangelio en el día de ayer: un hombre libre frente a su sociedad.

Por cierto, los testigos de su persecución cuentan que cuando las autoridades imperiales lo presionaron para que entregara los supuestos tesoros de la Iglesia que estarían bajo su responsabilidad, san Lorenzo extendió la mano hacia un grupo de pobres y mendigos que estaban cerca y dijo: “He aquí los tesoros de la Iglesia”.

El testimonio de Lorenzo nos motiva y la Palabra de Dios, hoy en el evangelio de Juan, nos ofrece razones para que demos el paso valiente de Jesús al tomar la cruz, esto es, de dar la vida con generosidad y amor.

Las palabras de Jesús nos dan la clave interpretativa del misterio de la pasión en tres frases contundentes. Comienza con una comparación, de allí se extrae la aplicación para la vida y finalmente se indica que todo ello se vive junto con Jesús.

1. Plantar el grano de trigo (Juan 12,24)

Si nosotros somos de los que pensamos que es absurdo perder algo en la vida, nos viene bien la comparación del grano de trigo: “si muere da mucho fruto”. Según esta lógica para ganar hay que perder.

Por cierto, nadie dice que la muerte de la semilla, al plantarla en lo frío y oscuro de la tierra, para que luego brote el árbol, sea un absurdo.

Jesús enseña que la muerte es un paso “necesario” y que de ninguna manera es un absurdo si la miramos no desde el ángulo de la pérdida sino de la ganancia. Lo que hay que mirar es la vida que brota y que se hace visible en su máximo esplendor.


2. Dar la vida para ganar la vida (12,25)

La paradoja del grano de trigo que para dar vida en el árbol muere a sí misma en cuanto semilla, se constata en la vida de un discípulo de Jesús.

El seguimiento de Jesús exige renuncias para optar por el camino de la vida. Esto se comprende mejor dentro del horizonte indiscutible de todo el evangelio que es la Cruz. El reconocimiento, el aplauso del mundo, las imágenes de felicidad de las que nos antojan los medios de comunicación y las canciones de moda, tienen su gratificación, “sus ganancias”, pero en realidad dan en nada porque no dan la vida en plenitud. La verdadera realización está en el salir de sí mismo (como el grano de trigo cuando revienta dentro de la tierra). No es viviendo para sí mismo que alcanza la vida sino siguiendo el camino de servicio de Jesús.

3. Estar con Jesús dónde él está por mí (12,26)

Todo lo anterior se hace posible en el marco de una relación profunda con Jesús y una relación de “servicio” a él en los hermanos.

Como dice Jesús, esta relación tiene un presupuesto, el “seguimiento”, y tiene una consecuencia, “el Padre lo honrará”, es decir, lo reconocerá como su hijo en la gloria.

En el centro de este versículo aparece la idea central de toda esta experiencia de Jesús: estoy llamado a estar con Jesús allí donde él está por mí, o sea, en la cruz, envueltos en esa única vivencia de amor en la entrega a lo demás para que todos tengan vida. Ahí está el sentido, el valor y la verdadera realización de nuestra vida.



Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. ¿Qué grano de trigo temo arriesgar? ¿Qué pasos importantes en la vida –que suponen renuncias importantes- tengo que dar?

2. ¿Qué dicen las canciones de moda y la iconografía de los medio de comunicación sobre el dónde está la realización de la persona? ¿Dónde está la verdadera realización de una persona según Jesús?

3. ¿Cuál es el “lugar” espiritual y social donde yo quiero estar sirviendo a Jesús?
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Posted: 09 Aug 2010 03:28 PM PDT

SAN LORENZO
Diácono y mártir

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 9, 6-11

Hermanos:
Sepan que el que siembra mezquinamente tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad cosechará abundantemente.
Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría.
Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras. Como dice la Escritura: "El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su justicia permanece eternamente".
El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia.


Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL 111, 1-2. 5-6. 7-8. 9

R. Dichoso el que se compadece y da prestado.

Feliz el hombre que teme al Señor
y se complace en sus mandamientos:
su descendencia será fuerte en la tierra,
la posteridad de los justos es bendecida. R.

Dichoso el que se compadece y da prestado,
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre. R.

No tendrá que temer malas noticias:
su corazón está firme, confiado en el Señor.
Su ánimo está seguro, no temerá,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.

Él da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad. R.




Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este mundo la conservará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme será honrado por mi Padre».


Palabra del Señor.


LITURGIA DE LAS HORAS
TIEMPO ORDINARIO.
MARTES DE LA SEMANA XIX
Del Común de un mártir


10 de agosto


SAN LORENZO, diácono y mártir. (Fiesta).

Era diácono de la Iglesia de Roma y murió mártir en la persecución de Valeriano, cuatro días después de Sixto II, papa, y sus compañeros, los cuatro diáconos romanos. Su sepulcro se halla junto a la vía Tiburtina, en el «ager Veranus»; Constantino Magno erigió una basílica en aquel lugar. Su culto se había difundido en la Iglesia ya en el siglo IV.


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Himno: PALABRA DEL SEÑOR YA RUBRICADA.

Palabra del Señor ya rubricada
es la vida del mártir ofrecida
como una prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.

Fuente de fe y de luz es su memoria,
coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.

Martirio es el dolor de cada día,
si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que, en la alegría
de servir al Señor, es consumado.

Concédenos, oh Padre, sin medida,
y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Mi alma está unida a ti, ya que por ti, Dios mío, ha sido quemada mi carne con el fuego.

SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Mi alma está unida a ti, ya que por ti, Dios mío, ha sido quemada mi carne con el fuego.

Ant. 2. El Señor ha enviado a su ángel y me ha librado del fuego; así no he sentido el ardor.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. El Señor ha enviado a su ángel y me ha librado del fuego; así no he sentido el ardor.

Ant. 3. El bienaventurado Lorenzo oraba, diciendo: «Te doy gracias, Señor, porque he merecido entrar en tu reino.»

Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El bienaventurado Lorenzo oraba, diciendo: «Te doy gracias, Señor, porque he merecido entrar en tu reino.»

LECTURA BREVE 2 Co 1, 3-5

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.

RESPONSORIO BREVE

V. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.

V. Él es mi salvación.
R. Y mi energía.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Hijo mío, no temas, que contigo estoy yo; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Hijo mío, no temas, que contigo estoy yo; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.

PRECES

Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios, aclamémosle diciendo:

Nos has comprado, Señor, con tu sangre.

Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe,
concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.

Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.

Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.

Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios nuestro, que inflamaste con el fuego de tu amor a san Lorenzo, para que brillara por la fidelidad a su servicio diaconal y por la gloria de un heroico martirio, haz que nosotros te amemos siempre como él te amó y practiquemos lo que él enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.




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VÍSPERAS
Oración de la tarde

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: OH DIOS, QUE ERES EL PREMIO

Oh Dios, que eres el premio, la corona
y la suerte de todos tus soldados,
líbranos de los lazos de las culpas
por este mártir a quien hoy cantamos.

El conoció la hiel que está escondida
en la miel de los goces de este suelo,
y, por no haber cedido a sus encantos,
está gozando los del cielo eterno.

Él afrontó con ánimo seguro
lo que sufrió con varonil coraje,
y consiguió los celestiales dones
al derramar por ti su noble sangre.

Oh piadosísimo Señor de todo,
te suplicamos con humilde ruego
que, en el día del triunfo de este mártir,
perdones los pecados de tus siervos.

Gloria eterna al divino Jesucristo,
que nació de una Virgen impecable,
y gloria eterna al Santo Paracleto,
y gloria eterna al sempiterno Padre. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Lorenzo entró en el combate como un mártir y confesó el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Salmo 114 - ACCIÓN DE GRACIAS

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Lorenzo entró en el combate como un mártir y confesó el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Ant. 2. El bienaventurado Lorenzo exclamó: «Me siento totalmente feliz, porque me he convertido en hostia de Cristo.»

Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El bienaventurado Lorenzo exclamó: «Me siento totalmente feliz, porque me he convertido en hostia de Cristo.»

Ant. 3. Te doy gracias, Señor, porque he merecido entrar en tu reino.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Te doy gracias, Señor, porque he merecido entrar en tu reino.

LECTURA BREVE 1Pe 4, 13-14

Queridos hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.

RESPONSORIO BREVE

V. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.

V. Nos refinaste como refinan la plata.
R. Pero nos has dado respiro.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El bienaventurado Lorenzo dijo: «Mi noche no tiene oscuridad alguna, todo en ella está iluminado con una gran luz.»

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El bienaventurado Lorenzo dijo: «Mi noche no tiene oscuridad alguna, todo en ella está iluminado con una gran luz.»

PRECES

En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos, presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz, aclamemos al Rey de los mártires, diciendo:

Te glorificamos, Señor.

Te damos gracias, Señor, principio, ejemplo y rey de los mártires, porque nos amaste hasta el extremo.

Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos y les das parte en los premios de tu reino.

Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la alianza nueva y eterna.

Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte.

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios nuestro, que inflamaste con el fuego de tu amor a san Lorenzo, para que brillara por la fidelidad a su servicio diaconal y por la gloria de un heroico martirio, haz que nosotros te amemos siempre como él te amó y practiquemos lo que él enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.




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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: CRISTO, SEÑOR DE LA NOCHE

Cristo, Señor de la noche,
que disipas las tinieblas:
mientras los cuerpos reposan,
se tú nuestro centinela.

Después de tanta fatiga,
después de tanta dureza,
acógenos en tus brazos
y danos noche serena.

Si nuestros ojos se duermen,
que el alma esté siempre en vela;
en paz cierra nuestros párpados
para que cesen las penas.

Y que al despuntar el alba,
otra vez con fuerzas nuevas,
te demos gracias, oh Cristo,
por la vida que comienza. Amén.

SALMODIA

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA

Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

LECTURA BREVE 1Pe 5,8-9

Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.


RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

OREMOS,
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
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Posted: 09 Aug 2010 02:27 PM PDT
El 9 de agosto es la festividad litúrgica de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), filósofa, de raza judía, monja carmelita descalza, mártir y compatrona de Europa

Lunes, 9 ago (RV).- El Santo Padre mencionó ayer durante el Ángelus en Castelgandolfo, a santa Teresa Benedicta de la Cruz que hoy recordamos. Teresa Benedicta de la Cruz junto a Santa Brígida de Suecia y Teresita del Niño Jesús es Patrona de Europa. De nombre, Edith Stein nació el 12 de octubre de 1891 en la entonces ciudad alemana de Breslau.
Proveniente de una familia judía, Edith era la menor de 11 hermanos. Siendo adolescente abandona la escuela y su religión porque no encuentra en ellas sentido para la vida. Edith, de personalidad tenaz y racional, recibió el titulo de Filosofía por la universidad de Friburgo, un gran logro para una mujer en la época.

Siendo una mujer de gran seguridad en si misma y completamente atea, en el fondo de su corazón sentía un profundo vacío existencial. Decidió enlistarse en la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial, la razón la escribió ella misma “si los que están en las trincheras tienen que sufrir calamidades, por qué he de ser yo una privilegiada?”

Años más tarde, la que se iba ganando fama de gran filosofa, acompañó a una amiga, Hedwig Conrad, en el entierro de su marido. Le impactó ver que su amiga no sólo no estaba desconsolada sino que tenía una gran paz y fe en Dios. Viéndola Edith desea conocer esa fuente de paz. Mientras estaba en casa de Hedwig descubre el libro de la biografía de Santa Teresa de Jesús. Después de leerlo durante a lo largo de toda una noche exclama “esta es la verdad”. Desde este momento la vida de Edith da un giro sustancial. Atraviesa crisis profundas a las que su voluntad se resiste, y finalmente, el 1 de enero de 1922 entra en una Iglesia y después de escuchar Misa le comunica a un sacerdote su deseo de ser bautizada.

Después de su conversión emerge en ella la seguridad de su vocación a la vida religiosa, en la que deseaba entrar casi inmediatamente, pero su director espiritual le aconseja seguir durante un tiempo más como laica, ya que consideraba que aún tenía mucho que hacer por medio de sus actividades en el mundo. Y así fue. Trabajó como profesora, escribió y tradujo textos religiosos y se convirtió en una reconocida conferenciante hasta que en 1933, el gobierno nazi decide expulsar de las escuelas a los profesores no arios. Momento en que Edith ve concluida su labor pastoral en el exterior y decide abrazar definitivamente la vida religiosa. Un año más tarde toma el hábito carmelitano y cambia su nombre por el de Teresa Benedicto de la Cruz.

Viendo las calamidades que sufrían los judíos perseguidos por los nazis en aquellos años, como católica, la hermana Teresa vive su realidad de judía en plenitud y quiere responder a favor de su pueblo, desea colaborar en la Pasión de Cristo y cargar con su propia cruz.

En 1942 empiezan las deportaciones de judíos. En este mismo año las SS invaden el convento Carmelo de Echt y se llevan a dos monjas judías conversas: Edith y su hermana Rosa, para conducirlas al campo de concentración de Auschwitz. Se cumple la petición que mucho tiempo antes la Hermana Teresa había dejado por escrito en un momento de oración “dígnate, Señor, coronar con el martirio la cabeza de tu indigna sierva”.

Durante los días que tuvo lugar el horrendo trayecto en los trenes, los prisioneros quedaban admirados de la serenidad de Edith. Muchos de los supervivientes la recordarían “consolando, ayudando y tranquilizando como un ángel lleno de paz”. Muchas madres, a punto de enloquecer, no se habían ocupado de sus hijos durante días. Edith se ocupaba inmediatamente de los pequeños, los lavaba, peinaba y buscaba alimento. Nada más llegar a Auschwitz, el 9 de agosto, los prisioneros son conducidos a la cámara de gas.

La hermana Teresa muere como mártir con la oración del Padrenuestro entre los labios. Edith Stein fue canonizada en octubre de 1998 por Juan Pablo II, quien le dio el nombre de “mártir del amor”. En 1999 fue declarada co-patrona de Europa.
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