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miércoles, 4 de agosto de 2010

CAMINO MISIONERO. 4/08/2010

  • Recordando a Monseñor Enrique Angelelli a 34 años de su martirio
  • Angelelli, Gabriel, Carlos, Wenceslao… ¡Mártires de una Iglesia Nueva para una Patria Nueva
  • XIX Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 12, 32-48) - Ciclo C: Estén preparados, con las lámparas encendidas
  • Mantener la Herencia y/o recrear la Vida (Conservadores X revolucionarios).
  • 175 años de la ordenación sacerdotal de San Antonio María Claret
  • Buen samaritano
  • Evangelio Misionero del Dia: 04 de Agosto de 2010 - SEMANA XVIII DURANTE EL AÑO - Ciclo C
  • Lecturas y Liturgia de las Horas: 04 de Agosto de 2010
Posted: 03 Aug 2010 08:55 PM PDT
"CON UN OÍDO EN EL PUEBLO Y EL OTRO EN EL EVANGELIO"
Monseñor Enrique Angelelli (pastor y martir)
(+ 4 de Agosto de 1976)
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 03 Aug 2010 08:51 PM PDT

Por Pbro. Carlos Baigorri *
Publicado por Adital

Haciendo Memoria

En estos días "el fuego sagrado" de la memoria se agiganta y nos convoca a recordar paginas importantísimas de nuestra historia, acontecimientos diocesanos, opciones eclesiales, persecución y muerte de hermanos y amigos, religiosos, sacerdotes y laicos. Ocasión propicia para traer a la mente y al corazón el testimonio vivo y consecuente de una iglesia que se hizo pueblo, asumiendo las alegrías y las esperanzas, las angustias y las tristezas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, en nuestra patria y en nuestra provincia. Tiempo providencial para reflexionar sobre nuestra fidelidad "hoy" a esta "herencia" y sobre nuestros silencios y omisiones con esta sangre mártir, sangre feliz. Momentos oportunos para celebrar el triunfo de la vida y la concreción de un rostro de iglesia y un proyecto de pueblo; tiempo para apostar una vez más por nuestro compromiso con Jesús y su reino, con la esperanza de que otra iglesia, otra patria y otro mundo son posibles .el martirio, decía Juan Pablo II, es un "lugar teológico", un lugar desde donde nos habla dios. Dios ha dicho una palabra en nuestra querida rioja, dios nos habla y tiene algo que decirnos y nos grita a través de este acontecimiento. El martirio de ayer y de hoy tiene su mensaje, y hacer memoria es recoger con más apertura y disponibilidad que nos dijo, y nos dicen hoy nuestros mártires y testigos.

La iglesia del concilio, agiornada y renovada volvió a recuperar su identidad. Iglesia ¿qué dices de ti misma? ¿Cuál es tu rol y misión? volvió a sus fuentes y a sus raíces más genuinas. la iglesia se hizo pueblo de dios! asumió el camino del hombre. nada de lo que vive y padece al hombre será ajeno a su misión. Desviada no, vuelta si, se dirá. Transitar el camino de los hombres y del pueblo, con una pastoral no solo para el pueblo sino desde el mismo pueblo será su nueva consigna. Para ello habrá que cultivar la escucha, el dialogo y el compromiso. Poner un oído al evangelio y al pueblo, escuchar lo que el espíritu dice a los hombres y a las iglesias, acoger sus mensajes, dialogar con todos, interactuar, sumar, y con todos y entre todos responder con generosidad, participación y compromiso. Un mensaje que sea buena noticia y bienaventuranza para todos, especialmente para los más pobres. Iglesia profética, con la palabra y los gestos, que anuncia el amor de dios y denuncia lo que atenta a la vida, lo que no es voluntad de dios. Iglesia samaritana, servidora de la humanidad, especialmente con los que están a la orilla del camino y a las orillas de los pueblos y ciudades, los excluidos, los que "sobran", los que no cuentan; que no tiene miedo de "meterse en el barro"; iglesia que se alimenta del pan de vida para alentar y construir la vida de sus hijos y hermanos, para que el pueblo en el tenga vida. Iglesia sacramento del amor del padre y entregada sacrificialmente por la salvación y liberación de los hombres.
Esta iglesia nueva, que acogió el llamado a la conversión y a responder a los nuevos desafíos, a una sociedad con mayor justicia y fraternidad, a los signos de los tiempos, es la iglesia que vivieron Wenceslao, Carlos Murias, Gabriel Longueville Y Enrique Angelelli. Hombres y mujeres de iglesia y del pueblo que estuvieron a la altura de las circunstancias como ciudadanos del reino. Urgidos y comprometidos con la hora de la iglesia y de la patria. "es signo de ignorancia el considerar que un cristiano, ya sea en forma individual u organizada, no le competa y no tenga el grave deber está metido en la construcción de la sociedad", exhortaba el obispo pastor. Invitar a la conversión pastoral de la iglesia y trabajar por la transformación de las estructuras de la sociedad riojana, fue el corazón del mensaje de la iglesia riojana. Una iglesia nueva para una patria nueva! una rioja nueva en una argentina nueva.

las fuerzas del mal y los poderes de este mundo quisieron acallar "la vos de los de tierra adentro", los feudos de los pueblos intentaron silenciar el mensaje liberador del evangelio; los dueños de la vida y de la muerte quisieron hacer desaparecer la propuesta pastoral de "la iglesia que tocaba campanas en el corazón de los pobres"; los hijos de las tinieblas pretendieron apagar la luz de esperanza de un pueblo que buscaba en la justicia el camino para hacer realidad el tinkunaco entre los riojanos .Carlos Murias, Gabriel Longueville, Wenceslao Pedernera, Enrique Angelelli, son expresiones de esta iglesia nueva, samaritana, profética y martirial. hombres de fe, hombres de iglesia, ciudadanos del reino, defensores de la vida, amigos de los pobres, servidores de la justicia, y artesanos de la paz, en esta rioja creyente, oprimida y esperanzada. Que junto a tantos y tantas hermanos y hermanas, siguiendo los aires nuevos del concilio o por diferentes caminos tenían un único objetivo: una rioja y una patria que merezca ser vivida con dignidad y justicia para todos. Por ellos y con ellos la iglesia riojana y argentina; la patria y Latinoamérica hacen memoria de todos aquellos que supieron "poner su oído en el evangelio y en el pueblo", aportaron lo mejor de sí a la construcción de una patria nueva.

En tiempos del bicentenario, recordamos a tantos hijos de la iglesia que supieron jugarse hasta las últimas consecuencias por la felicidad del pueblo y la construcción de la nación. Y con ellos queremos "continuar esta caminata"; acompañados por la multitud de santos, confesores, testigos y mártires que derramaron su sangre y entregaron todo, hasta sus propias vidas por la vigencia de los derechos humanos para todos en nuestra querida patria. Estamos en camino, nos encontramos buscando nuevas huellas que animen la conciencia y la participación ciudadana, viviendo una nueva y gran oportunidad que haga realidad la inclusión, el desarrollo, la equidad y la distribución de la riqueza y la justicia largamente esperada. Asumiendo en este bicentenario y entre todos, como ciudadanos y militantes de la vida, el gran desafío de la deuda social. Como iglesia y sociedad en estos días no podemos dejar de lado el cuestionamiento del génesis ¿qué hicieron con la sangre de sus hermanos? sabemos que clama al cielo y se hace grito de en el clamor de todo un pueblo. ¿Cómo recogemos hoy el legado, el mensaje y el llamado de nuestros mártires y testigos para seguir construyendo una nueva iglesia y comprometidos en la construcción de ciudadanía? estas muertes, y seguramente muchas otras, siguen clamando justicia, y solo con justicia podremos poner la simiente de la reconciliación que hará posible una nueva patria y una nueva nación.

hoy queremos asumir sus opciones, y sus sueños; si afinamos el oído a los mensajes nuevos que nos llegan desde nuestra sociedad; si abrimos de verdad el corazón al evangelio que "nos enamora" con la causa de Jesús y su evangelio; si continuamos transitando el camino del hombre y del pueblo, como el maestro, el señor de la historia, y redoblamos nuestro compromiso con la utopía de su reino; si nos hermanamos con todos los que quieren otro mundo y otra vida para todos; si hacemos de nuestras vidas una ofrenda agradable al padre y a la causa de los pobres; si nos disponemos a crear nuevos espacios de participación y compromiso ciudadano en nuestras comunidades y organizaciones; si como creyentes "nos arremangamos" en serio para servir a nuestra pueblo con una palabra profética, una presencia incisiva y transformadora, una solidaridad efectiva y un testimonio de unidad más nítido y coherente. si seguimos construyendo una iglesia más fiel al proyecto de Jesús y a los anhelos de justicia y equidad de nuestra gente, con mayor inclusión y posibilidades para todos. Solo así, su sangre unida a la del mártir del Gólgota, y a la sangre de otros hermanos, será semilla y fruto maduro de vida para un pueblo y una argentina nueva, donde como pueblo seamos corresponsables de un proyecto de pueblo y la construcción de nuestro destino común. solo así podremos decir con Juan Pablo II, que esto "es una herencia que no se puede perder y se ha de transmitir con el deber de gratitud y un renovado propósito de imitación" (NMI8).

Nuestros mártires y testigos viven y son testigos de una iglesia nueva, una rioja nueva y una patria nueva. Ya está "albeando"! Algo nuevo está naciendo, desde abajo, despacito. No solo resistiendo, sino construyendo, uniendo voluntades, tejiendo redes de esperanza, organizando la solidaridad, haciendo realidad fe y política, evangelio y vida.

Qué esta memoria agradecida, acreciente nuestra esperanza, alivie nuestros cansancios, y renueve nuestros compromisos con dios y nuestro pueblo, en esta rioja del bicentenario.


* Presbítero. Ulapes, La Rioja
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 03 Aug 2010 08:32 PM PDT

Publicado por Servicios Koinonía

Sab 18, 6-9: Castigabas a los enemigos y nos honrabas llamándonos a ti
Salmo 32: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Heb 11, 1-2. 8-19: Esperaba la ciudad cuyo arquitecto sería Dios
Lc 12, 32-48: Estén preparados, con las lámparas encendidas.

Primera Lectura

Los israelitas, oprimidos en Egipto, experimentaron que el Señor era su salvador, la noche en que murieron los primogénitos de los egipcios. Por eso aquella noche tuvo una significación trascendental para la historia de los hebreos. Les recordaba las promesas que Dios había hecho a sus padres; que desde entonces Israel fue un pueblo libre y consagrado al Señor. La primera cena del cordero pascual sirve de modelo a lo que había de ser centro de la vida religiosa y cultural.

La participación en un mismo sacrificio simbolizaba la unión solidaria de un pueblo en un destino común. La celebración pascual recuerda que Dios no cesa de elegir a su pueblo entre los justos y de castigar a los impíos.

Segunda Lectura

La fe de Abraham y de los patriarcas sirve de ejemplo. Para estimular la perseverancia en la fe que lleva a la salvación, la carta a los Hebreos aduce una serie de testigos. Abraham, lo mismo que los hebreos del siglo I, conoció la emigración, la ruptura respecto al medio familiar y nacional y la inseguridad de las personas desplazadas. Pero en esas pruebas encontró Abraham motivo para ejercer un acto de fe en la promesa de Dios.

La fe enseña a no darse por satisfechos con los bienes tangibles ni con esperanzas inmediatas. Abraham creyó por encima de la amenaza de la muerte. Sufrió los efectos de esterilidad de Sara y la falta de descendencia. Esta prueba fue para él la más angustiosa porque el patriarca se acercaba a la muerte sin haber recibido la prenda de la promesa. Aquí se hace realidad la última calidad de la fe: aceptar la muerte sabiendo que no podrá hacer fracasar el designio de Dios.

Más que el sufrimiento, es la muerte el signo por excelencia de la fe y de la entrega de uno mismo a Dios. Abraham creyó en un “por encima de la muerte”, creyó le sería concedida una posteridad incluso en un cuerpo ya apagado, porque le había sido prometida. Esta fe constituye lo esencial de la actitud de Cristo ante la cruz. También se entregó a su Padre y a la realización del designio divino, pero tuvo que medir el fracaso total de su empresa: para congregar a toda la humanidad, se encuentra aislado pero confiado en un por encima de la muerte que su resurrección iba a poner de manifiesto.

Evangelio

El evangelio de hoy nos presenta unas recomendaciones que tienen relación con la parábola del domingo anterior del rico necio. Los exegetas se diversifican en cuanto a la estructura que presente el texto y no determinan las unidades de las que se compone. La actitud de confianza con el que inicia el texto no debería de omitirse “no temas, rebañito mío, porque su Padre ha tenido a bien darles el reino”. Esta exhortación a la confianza, al estilo veterotestamentario y que gusta a Lucas, expresa la ternura y protección que Dios ofrece a su pueblo, pero expresa también la autocomprensión de las primeras comunidades: conscientes de su pequeñez e impotencia, vivían, sin embargo, la seguridad de la victoria. La bondad de Dios, en su amor desmedido, nos ha regalado el reino. Desde aquí tenemos que entender las exhortaciones siguientes. Si el reino es regalo, lo demás es superfluo (bienes materiales). Recordemos los sumarios de Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Lucas invita a la vigilancia, consciente de la ausencia de su Señor, a una comunidad que espera su regreso, pero no de manera inminente como sucedía en las comunidades de Pablo (cf. 1Tes.4-5). La Iglesia de Lucas sabe que vive en los últimos días en los que el hombre acoge o rechaza de forma definitiva la salvación que se regala. Cristo ha venido, ha de venir; está fuera de la historia, pero actúa en ella. La historia presente, de hecho, es el tiempo de la iglesia, tiempo de vigilancia.

Fitzmyer, ilustra esta afinada concepción de la historia, aparecen varias recomendaciones en lo que puede considerarse como los “retazos de una hipotética parábola”. Lo importante será descubrir en cuál de esas recomendaciones centramos la llegada que hay que esperar de manera vigilante. La predicación histórica de Jesús tienen estas máximas sobre la vigilancia y la confianza. Ahora, en este texto se les reviste de carácter escatológico. El punto clave reside en la invitación “estén preparados”; o lo que es lo mismo, lo importante es el hoy. A la luz de una certeza sobre el futuro, queda determinado el presente. Esta es la comprensión de la historia de Lucas: “se ha cumplido hoy” (4,21), “está entre ustedes” (17,20-21) y “ha de venir” (17,20).

El Reino es, al mismo tiempo, presente y algo todavía por venir. De aquí la doble actitud que se exige al cristiano: desprendimiento y vigilancia. Es necesario desprenderse de los cuidados y de los bienes de este mundo, dando así testimonio de que se buscan las cosas del cielo.

La vigilancia cristiana es inculcada constantemente por Cristo (Mc 14,38; Mt 25,13). La vida del cristiano debe ser toda ella una preparación para el encuentro con el Señor. La muerte que provoca tanto miedo en el que no cree, para el cristiano es una meditación: marca el fin de la prueba, el nacimiento a la vida inmortal, el encuentro con Cristo que le conduce a la Casa del Padre.

La intervención de Pedro, demuestra que la exhortación de Jesús sobre el significado de actuar y perseverar en vigilancia es en primer lugar referido a aquellos que son “la cabeza” de la comunidad, o mejor dicho para los que “están al servicio” de la comunidad. La resurrección a la vida depende del modo como ejercitaron ese servicio.

Parte del evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 105 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil, titulado «Un cielo nuevo y una nueva tierra». El guión y su guión y su comentario puede ser tomado de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1500105
Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap105b.mp3


Para la revisión de vida

¿Cuál es tu tesoro, lo que valoras más, lo que te mueve desde lo profundo...?
¿Cómo está de activa nuestra esperanza? ¿Somos personas apasionadas por el futuro, por un «sueño loco», por una Utopía?
¿Reconocemos al Dios-Misterio que viene en cada momento, y sobre todo en los desafíos del amor, en los más necesitados?


Para la reunión de grupo

- Esta palabra escuchada, ¿qué dice de importante y a qué nos alienta?
- ¿Cuál es la intención de Lucas al insistir en este tema escatológico? ¿Qué es «estar preparados»? «Preparados»... ¿para qué, frente a qué, cómo...?
- En http://www.servicioskoinonia.org/martirologio/hb11.htm hay una paráfrasis latinoamericana de Heb 11. Leerla y comentarla.
- Estudiar el artículo de Karl Rahner, que propugna un "concepto ampliado y actualizado de martirio" (http://servicioskoinonia.org/relat/142.htm). Comentarlo. Y preguntarse: ¿Ya no es tiempo de martirio?
- Sobre el tema de la fe: ¿puede ser que lo más importante que Dios puede querer de nosotros sea que «creamos»? Dificultades actuales para seguir pensando que la fe es la actitud central de la religiosidad.


Para la oración de los fieles

- Ilumina nuestros ojos para que podamos reconocerte en los acontecimientos y sobre todo en los necesitados, roguemos al Señor...
- Fortalece nuestra esperanza en el futuro de la humanidad para que no muera nuestra fe y amor, roguemos al Señor...
- Que nuestra vida se apoye en valores permanentes y no en los bienes materiales, roguemos al Señor...


Oración comunitaria

Dios Padre Nuestro: danos un corazón grande y potente, capaz de ver con claridad que, más allá de las apetencias y tentaciones de la vida, los valores verdaderos son los valores de tu Reino, y que dar la vida por ellos es lo que más puede alegrar y pacificar nuestro corazón, tal como nos enseñó Jesús, nuestro hermano mayor...
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Posted: 03 Aug 2010 08:05 PM PDT
Publicado por El Blog de X. Pikaza

En el último post he tratado de la herencia que divide (o vincula) a los hermanos, partiendo de un texto clásico del evangelio (Lc 12, 13-21). Como han mostrado muchos comentarios, ése es un tema que sigue apasionando y decidiendo nuestra vida, tanto en plano religioso como social. Para seguir pensando, a partir de lo que dice el evangelio y de los comentarios anteriores, propongo, de forma pausada, varios punto de reflexión que todavía han de seguir siendo pensados, Vivimos de una herencia, como la torre que brota de un suelo que ha desaparecido (de un suelo que se debe recrear cada día).

De eaa forma pongo de relieve, en principio, los valores de los conservadores y de los revolucionarios, de los que quieren mantener la herencia como está, y de los que quieren cambiar lo que existe, para lograr así un mundo distinto, con los riesgos que ello implica. Verá el lector que pienso que sólo se consrva lo que se transforma, que sólo la revolución (conversión) mantiene lo que existe, siempre que haya una experiencia de transcendencia... (es decir, de humanidd radical)... Pero siga leyendo quien quiera, a la luz del evnagelio. Buen día a todos .

1) Los tres principios de la religión (y de la vida): tradición, trascendencia y revolución.

Hace tiempo, en un libro titulado Fenomenología de la religión (Madrid 2000) me atreví a decir que la religión y la vida se sostiene en tres principios. (a) Uno que es la tradición: venimos de una Vida que nos precede, somos por aquello que nos han dado y debemos ser de alguna forma conservadores. (b) El segundo principio era la trascendencia: cada generación, cada persona ha de vincularse con el Origen y Fuente, que es Dios (la Vida), más allá de todas las tradiciones. (c) Para conservar lo que somos debemos transformar lo que existe (ser revolucionarios, en plano personal y social).

2) Todos debemos ser conservadores

La “tradición” en un elemento esencial de la sociedad y de la vida humana. Sin un tipo de “herencia” (es decir, de tradición) no seríamos nadie. Vivimos de una herencia, es decir de aquello que gratuitamente nos ha dado la familia, la sociedad, quizá la Iglesia: vivimos del amor que nos han ofrecido, de la lengua que nos han enseñado para comunicarnos y hablar, de las tradiciones culturales y sociales, de la tierra que otros han cultivado antes que nosotros, de los animales que han domesticado etc. etc. Sin una inmensa herencia de tradición, cultura, humanidad… e incluso religión nos habríamos podido vivir, estaríamos muertos. Gracias, por tanto, a los que nos han dado por herencia la vida.

3. Las tradiciones unifican y enriquecen , pero también dividen y separan

Hay diversas formas de tradición, unas más externas (la herencia material) y otras de tipo cultural, social y religioso. En un sentido es bueno conservar las tradiciones: las civilizaciones, las culturas, las herencias jurídicas, culturales, científicas… Si olvidáramos esas tradiciones volveríamos a la “naturaleza” sin más, como el árbol o el animal. Pero las tradiciones pueden morir (convertirse en museo)… o separar a unos de otros, no dejándoles crear, renovar, enraizarse en la trascendencia…

4. Actualmente hay un fuerte problema de división por la herencia

Como sabe la Biblia, la herencia de la tierra (de la vida) es para todos. Pero algunos se han aprovechado de gran parte de ella: Poseen la mayor parte de los bienes del mundo, dejando a gran parte de la humanidad casi sin nada. Unos reciben en herencia mucho (tierras, casas, campos, ejércitos y bombas, naciones poderosas….), mientras otros reciben muy poco (nacen sin tener ni siquiera un pan bajo el brazo). ¿Es justo eso? Decían muchos Santos Padres que las “herencias” en sí (en su forma actual, en el siglo IV-V d. C.) constituían un pecado: Uno que es muy rico (individuo o sociedad) es porque ha robado él (es un ladrón), o ha robado su padre o abuelo (ha sido un ladrón y bandido). Quizá ese lenguaje es simplista, pero así hablado dicho los mejores Santos Padres cristianos.

5. Las grandes religiones (por ejemplo el judaísmo) empiezan siendo “revolucionarias” y acaban siendo conservadores.

Para nosotros, el ejemplo más claro es el judaísmo, que empieza con la gran revolución social y espiritual del Éxodo (y de los profetas) y que cae en manos de sacerdotes y “ancianos”, que administran lo que hay, para que nada cambie. Los judíos del tiempo organizaban de manera minuciosa las herencias de tipo familiar, social, cultural y religioso. La religión era para ellos “tradición”, mantener la buena herencia (el buen depósito), una herencia hecha de leyes buenas, buenos libros, normas de distinción. La tarea más importante de la religión era regular esas herencias, de manera que los escribas eran, ante todo, jueces y expertos en herencias (como verá quien ley el apéndice, con los dos capítulos de la Misná, con leyes del tiempo de Jesús, aunque codificados siglo y medio más tarde).

6. En principio, Jesús no quiso regular herencias, sino recrear la Vida.

Ciertamente, admitió el código o signo principal de la herencia de Israel (La Escritura, la confesión de fe), pero pensó que se debía superar el “etilo legal” de las herencias, al servicio de las familias más ricas de la sociedad. Jesús pensó que para tomar el camino del reino hay que superar este modelo social de posesión y dominio exclusivo de bienes, según la ley de herencias, al servicio de los ricos. Por eso pidió hombre que quiso seguirlo, teniendo muchos bienes, que los dejara todos, que se los diera a los pobres, para así poder seguirle en libertad y comunión de vida (Lc 18, 18-23). Para aplicar lo antes dicho:

a) Jesús apeló a las “buenas tradiciones”, a las originarias (del libro del Génesis), tanto en plano familiar, como social y religioso (matrimonio, dignidad humana).
b) Jesús puso la vida humana a la luz de la transcendencia: del Dios Padre que está en el fondo de la vida de los hombres, de un modo inmediato
c) Jesús buscó la revolución total, es decir, la “conversión”, la transformación radical de la vida (nacer de nuevo).

7. Textos básicos de Jesús sobre la (superación de la) Herencia:

Habría que reunirlos y comentarlos con más cuidado, porque no todos son fáciles de encuadrar en una visión de conjunto. Entre los fundamentales están:

a) Dejar padre-madre y familia… Hay que superar un tipo de orden dado, un tipo de herencia (donde la cosas son como son) para recrear la vida desde la libertad y la fraternidad (cf. Mc 3, 31-35; 10, 28-31).

b) Deja que los muertos entierren a los muertos… (Lc 9, 60; Mt 8, 22). La norma de la tradición es “cuidar” a los padres para cuidar la herencia… Jesús pide a sus discípulos que dejen este sistema de herencias, para iniciar un camino nuevo, en fraternidad universal. Sólo así, superando la ley de las herencias se puede y se debe cuidar en concreto a los padres necesitados como personas (Mc 7,10-12).

c) Vende todo y sígueme… (Mc 10, 17-22). Jesús dice al rico, de gran herencia, que la venda, que la dé a los pobres…, compartiendo de esa forma sus bienes con todos, para seguirle a él, es decir, para crear una humanidad donde los bienes son compartidos, donde la herencia es para todos, no para unas familias o grupos especiales.

d) A Jesús le han matado porque vino a decir que se “repartiera la herencia” (Mc 10, 1-12: Parábola de los renteros homicidas). Los renteros quieren quedarse con la herencia para ellos solos… y matan al “heredero” que es el Hijo (que es el signo de la humanidad entera). Según esa parábola, Jesús ha muerto para que todos los hijos puedan compartir en paz la heencia.

e) Hay otras parábolas y textos sobre la herencia que podrían y deberían estudiarse, desde la de los dos hijos (un que malgasta la herencia: Hijo Pródigo) hasta la de la viuda pobre que da todo, en contra de los “escribas” que comen la herencia de los pobres (cita ad sensum, no literal, de Mc 12, 38-44)

f) Eso significa que, según Jesús, no se puede hablar de “herencias particulares”, al servicio de familias o de particulares (progenies de buen apellido, nobles que dejan millones y millones a sus descendientes, reyes que hacen lo mismo…). Este sistema particular de herencias resulta a su entender injusto, pues él quiere que todos los bienes del mundo sean para todos (al menos en ámbito eclesial). Por eso no ha querido ser juez de herencias entre particulares, sino promotor de un movimiento de comunión universal de personas y bienes.

8. Herencias, un problema de Iglesia.

De manera muy significativa, la Iglesia católica, al hacerse institución establecida, ha recreado una ley de herencias, parecida a la de la Misná y aún peor. De hecho, la ley de herencias judía ha procurado ser más neutral, ha defendido mucho más a los pobres, a pesar del aparente caos de su casuística. Entre los cristianos, en general, ha sido mucho peor, pues al ver que Jesús no decía nada sobre herencias, y al pensar que su mensaje era espiritualista, la Iglesia en su conjunto ha apoyado y sacralizado una ley de herencias que proviene del Derecho Romano y que es anticristiana.
En esa línea, las Grandes Iglesias, haciéndose ricas, han venido a ser en gran parte de Europa las Grandes Propietarias (con el estamento de reyes y nobles). Evidentemente, ellas han regulado bien, para su provecho, la ley de herencias. Es evidente que muchas iglesias han puesto parte de sus bienes al servicio de los pobres, pero, en conjunto, la Iglesia ha sido siempre bastante rica, hasta que han llegado las diversas “secularizaciones” (en el mundo protestante) y “desamortizaciones” (en el mundo católico), que han privatizado los bienes de la Iglesia para bien (de algunos), para mal (del arte y de los valores culturales)… dentro de un sistema que sigue dominado por el deseo de tener.

9. Un tema abierto…

Dejo el abierto… con las palabras inquietantes de Jesús, que dice que no ha venido a resolver el temas de “las herencias”, en un plano jurídico ¿Por qué lo ha dicho? ¿Simplemente para desentenderse? ¿Para que superemos un orden de herencias injusto? ¿Qué podría hacer, por ejemplo, el Estado con la ley de herencias y grandes patrimonios? ¿Es bueno que una familia pueda legar a sus hijos, por simple suerte biológica, sus grandes bienes? ¿Se debería dar a cada niño, al nacer, las mismas posibilidades económica?... El tema es difícil de resolver. Es claro que no tengo la respuesta, pero me gustaría haber ayudado a pensar.

10. De nuevo los tres niveles de la religión

a) La religión es tradición, por eso es conservadora: ella transmite una herencia de humanidad, de experiencia de respeto entre los hombres… Ella tiene unos tesoros espirituales y materiales que debe conservar….

b) Pero, al mismo tiempo, la religión sólo es verdadera en la medida en que permite que cada hombre o mujer puede acceder al misterio, teniendo un encuentro con su origen divino. Por eso, la religión nos lleva más allá de toda herencia y tradición, al lugar donde cada uno es quien es, lo que es (un absoluto) en manos de Dios (como experiencia de Dios).

c) La religión tiene que ser una experiencia revolucionaria, de cambio social, como quiso Jesús, en los textos citados. La única herencia verdadera es la posibilidad de compartir en amor y respeto los frutos de la viña, entre todos (Mc 12, 1-10). Hoy como en tiempos de Jesús, los hombres y mujeres tienden a apropiarse de esos frutos de la vida, matándose por ellos. Ignoran que o conservamos, mantenemos y compartimos la herencia entre todos… o terminamos matándonos todos.

Buen agosto a todos. Si tenéis tiempo seguirmos reflexionando sobre el tema, entre todos, desde las diversas perspectiva.
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 03 Aug 2010 07:26 PM PDT
Publicado por Ecclesalia

Carta del actual superior general de los Misioneros Claretianos, Josep María Abella Batlle, con este motivo. La carta, dirigida a la Congregación Claretiana, se titula “Haced esto en memoria mía”

Estas palabras de Jesús a sus discípulos durante la última cena marcan indeleblemente la vida de la comunidad cristiana. Se trata de hacer memoria de una vida que tuvo como único objetivo cumplir la voluntad del Padre, como único principio inspirador el amor, como horizonte permanente construir la comunión con Dios y con los hermanos y como marco de comprensión de la realidad la Alianza de Dios con la humanidad.

La comunidad que celebra la memoria dela Pascua de su Señor, está llamada a vivir de tal modo que se convierta en signo y testimonio del Misterio que celebra. Quien “celebra de corazón la memoria” se siente llamado a “ser memoria” de Jesús y signo del Reino en la historia de todos los tiempos y de todos los pueblos. Es la misión difícil y gozosa de la Iglesia.

Para cumplir esta misión el Espíritu suscita en la Iglesia carismas y ministerios. Este año el Papa ha pedido que nos fijemos particularmente en el ministerio de los presbíteros. Lo ha llamado “año sacerdotal”. La iniciativa ha sido secundada con diversas iniciativas en las distintas iglesias particulares. Estoy seguro de que muchos claretianos se habrán sumado a ellas encontrando una oportunidad para profundizar en la conciencia y vivencia de su vocación como religiosos presbíteros, como misioneros del Reino.

Es una coincidencia gozosa el que este año, precisamente, conmemoremos el 175 aniversario de la ordenación sacerdotal de nuestro Padre Fundador. El día 13 de junio de 1835 era ordenado sacerdote en la capilla de la residencia del Obispo de Solsona. Allí se reunirán algunos claretianos para recordar este momento importante de la vida del Fundador. Nosotros nos unimos a ellos desde diversas partes del mundo.

El Padre Fundador se sintió llamado al sacerdocio ya de pequeño (cf. Aut 40), aunque las circunstancias de la vida le llevaron por otros caminos. De joven redescubrió esta llamada que fue clarificándose paulatinamente. Pasó por la fase de ruptura con el mundo y se materializó en una opción por ser sacerdote (Aut 93). Al final de su proceso formativo fue ordenado presbítero, después de haber hecho cuarenta días de ejercicios espirituales con “gran pena y tentación” (cf. Aut 102). Fue seguramente un momento de purificación de las motivaciones y del ideal de sacerdote del seminarista Claret. Inquieto, siguió buscando cómo vivir su vocación sacerdotal, acompañado siempre en esta búsqueda por los textos de la Palabra de Dios en los que sentía una poderosa llamada del Señor y por su contacto con el pueblo al que descubría necesitado de escuchar esta Palabra.

Sabemos que se sintió, finalmente, llamado a consagrarse totalmente a Dios en el seguimiento radical de Jesús a través de un ministerio profético: sería “misionero apostólico”. En torno al seguimiento radical de Jesús se articulan todas las dimensiones de su existencia. El don de la vocación sacerdotal lo vivió en la entrega absoluta a Dios: que le exigía ser testigo, “reproduciendo en sí mismo aquella forma de vida que el Hijo de Dios abrazó” (cf. LG 44); que le llenaba de deseos de anunciar la Palabra que él mismo escuchaba y meditaba con asiduidad;
que le hacía estar atento a las situaciones de sus hermanos, hijos e hijas queridos de Dios, y le impulsaba a buscar creativamente nuevos modos de responder a sus necesidades;
que le orientaba continuamente hacia nuevos horizontes misioneros y le desplazaba hacia las fronteras de la evangelización; que le llenaba el corazón de una caridad apostólica que se convirtió en el dinamismo que movió toda su vida; que le llevó a descubrir en María el Corazón totalmente abierto a la Palabra de Dios y a las necesidades de sus hijos e hijas; que le ayudó a apreciar la vocación de los demás y a proponer nuevas iniciativas que potenciaran el dinamismo evangelizador de la Iglesia.

Claret se sintió, además, llamado a vivir este don de la vocación sacerdotal en la fraternidad misionera, compartiendo la vida con otros sacerdotes y laicos (integrados éstos muy pronto a la comunidad misionera) animados de su mismo espíritu (cf. Aut 489) y alimentando en ella su entrega al Señor y el carácter misionero de su servicio ministerial.

La celebración de este aniversario dentro del año sacerdotal nos invita a pensar sobre las exigencias que conlleva vivir el ministerio ordenado en esta clave misionera. Estamos llamados a insertarnos en las iglesias particulares, pero sin perder nunca el horizonte de la universalidad de nuestra vocación misionera. Estamos llamados a caminar conjuntamente con los demás miembros de la comunidad cristiana, pero atentos siempre a las necesidades de todos, más allá de las fronteras de la Iglesia. La consagración a Dios, que define nuestra vida, crea en nosotros un ámbito de libertad que nos prepara para vivir la misión desde el carisma misionero que el Espíritu nos ha dado. El discernimiento en la fraternidad misionera, con sus diversas mediaciones, nos garantiza el enraizamiento evangélico y eclesial de nuestras opciones.

Será bueno releer y meditar lo que nos dicen las Constituciones en los nn. 82-85. Allí se nos indican los rasgos que deben caracterizar el ejercicio del ministerio ordenado en nuestra comunidad misionera. Nos corresponde acentuar la dimensión profética de este ministerio, tanto al servicio de la Iglesia particular como de la Iglesia universal. La vida del P. Fundador nos alienta a ello.

Retomamos el encargo de Jesús a sus discípulos: “haced esto en memoria mía”, y nos sentimos llamados, en cada uno de los lugares donde hemos sido enviados, a unirnos a su entrega para que el mundo tenga vida y la tenga en abundancia (cf Jn 10,10). Que nuestro servicio ministerial ayude a la comunidad cristiana a ser “memoria de Jesús” y de su anuncio del Reino.

Josep M. Abella, cmf.
Superior General
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 03 Aug 2010 04:53 PM PDT

“¿Y quién es mi prójimo?”. Lucas 10:29. En el Reino, no hay nadie que no es tu prójimo.

Por Nathan Stone, S.J.

Hay preguntas ingenuas, que se formulan para suscitar información. Estas nacen de una curiosidad sincera. Son las preguntas de los niños, “¿por qué...?”. Hay también pregunta retóricas, las que son declaraciones invertidas. “¿Para qué tenemos bandera?”, por ejemplo. No necesitan respuestas, pues, ¿para qué contestar, si todos saben la respuesta?

Existe además otra especie de pregunta, la insidiosa y mal intencionada, cuya ironía clava como un cuchillazo por la espalda. Éstas son las capciosas. Pretenden silenciar y amenazar, lanzar la piedra y esconder la mano. “Estamos preguntando, no más”. “Conteste, pues”... “¿y el diálogo?”.

Así es el caso del doctor de la Ley, cuando pregunta a Jesús, “¿y quién es mi prójimo?”. El doctor desea distanciarse, calcular los costos colaterales del famoso prójimo. En este mundo estrecho y dividido, se requiere una cierta definición sobre quiénes hay que contar como cercanos, y quienes descontar como quienes no cuentan para nada.

Su lógica es así: “¿Dónde pongo la línea?”. “¿Quiénes son mis amigos, y quiénes mis enemigos?”. “¿Quién pertenece a mi bando, y quiénes son de la pandilla de la otra esquina?”. “¿Hasta dónde llega mi responsabilidad?”. “¿Me quedo con mi secta, mi curso, mi patrulla?”. “¿Mi movimiento, mi club, mi comunidad?”. “¿El uniforme, la camiseta, la onda?”. “¿Mi barrio, mi región, mi nación?”. “Y, los demás, hasta luego”. El amor es para un grupo selecto. Si no, parece chacota.

Jesús no se deja silenciar. La pregunta del doctor es mezquina. El Maestro responde con una historia. “Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó”...

Y ahí está el pobre doctor de la Ley, obligado a meditar al enemigo cercano, un samaritano. Este supuesto traidor se conmueve por el dolor ajeno, y venda las heridas de un hijo de Israel, abandonado por los suyos. Los esquemas y presupuestos del doctor han caído en manos de un santo ladrón. Le han despojado de todo. Ha tenido que considerar lo inconcebible, imaginarse lo impensable, sopesar lo imposible.

Ahora, cierra los ojos y trata de no imaginártelo. Un chileno muestra compasión a un argentino. Un tutsi recibe a un hutu en su casa. Un vietnamita consuela a un soldado del tío Sam. Un negro de Soweto le salva la vida a un afrikáner. Un dalit ofrece protección a un brahmán. Un evangélico socorre a un católico. Un comunista defiende a un hacendado. Un palestino le tiende la mano a un israelí. Uno de tu colegio le presta dos-cincuenta a uno de mi colegio. Con enemigos como éstos, ¿para qué quiero amigos?

¿Cuál de estos se portó como un cercano? La pregunta no es capciosa, esta vez, sino socrática. El tono del Maestro es de ironía cariñosa, “¿cómo puedes preguntar eso?”. El pobre desamparado doctor, contesta mirando hacia abajo, malherido en el debate, pero rescatado por el amor de Jesús que alcanza a todos, incluyendo a él. En el Reino, no hay nadie que no es tu prójimo.
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Nathan Stone, S.J. Sacerdote jesuita, magíster en literatura y teólogo.
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Posted: 03 Aug 2010 04:31 PM PDT

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 15, 21-28

Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio». Pero Él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y le pidieron: «Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos».
Jesús respondió: «Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel».
Pero la mujer fue a postrarse ante El y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
Jesús le dijo: «No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros».
Ella respondió: «¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!»
Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!» y en ese momento su hija quedó sana.

Compartiendo la Palabra
Por CELAM -CEBIPAL

Ante la humildad de la mujer cananea:
¿Qué tan grande es mi fe?
“Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas”

En este día en que recordamos al santo patrono de los sacerdotes diocesanos, nos encontramos con un maravillo itinerario de fe y con un magnífico ejemplo de atención pastoral.

Con el relato del itinerario de fe de mujer cananea entramos en el cuarto cuadro de la galería presentada por el evangelista Mateo. El cuadro anterior había sido el del proceso lento y doloroso vivido por Pedro en medio del lago, a él Jesús le habló de su “poca fe”, de su “duda”. El de hoy, por el contrario, es un cuadro radiante: la fe valiente de una mujer que fue felicitada por Jesús y a quien conocemos como “la cananea”.

Mateo ha preferido llamarla “cananea” y no “sirofenicia” -como hace el evangelista Marcos- quizás para hacernos sentir más la grandeza de su confesión de fe: de un cananeo no se esperaría tanto. De hecho, el pueblo cananeo es recordado continuamente en el mundo del Antiguo Testamento como un pueblo confuso e idólatra; incluso, ya desde las antiguas gestas de la ocupación de la tierra, el pueblo de Israel consideraba estos antiguos pobladores de Canaán como gente primitiva y bruta. Pues esta mujer emerge repentinamente desde dentro de esa penumbra.

No solo frente a la fe todavía germinal de Pedro, sino también frente a la falta de fe de los fariseos y los saduceos, a los cuales Jesús les ha recordado la profecía de Isaías 29,13 (“Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí”, citado recientemente en Mateo 15,8), la mujer, madre de familia, cananea, pero también sufriente, emerge como paradigma de fe: “¡Mujer, grande es tu fe!” (v.28).

El grito de fe de la cananea nos pone en contacto con una realidad profundamente humana: ¿Qué no haría una madre de familia para lograr que su hija se cure y se salve?

Esta madre de familia presentada como una de las mujeres fuertes del Evangelio, nos enseña su propio camino de fe a través de la ruta de la oración que pasa por diversos tropiezos. Notemos:

1. La mujer ora de lejos

La mujer va gritando detrás del grupo que acompaña a Jesús. En su grito podemos captar su agitación interna, su confusión, su sufrimiento. El contenido de su grito tiene una gran fuerza que se capta en cada término que utiliza:
• Ella invoca “piedad”, así como se hace frecuentemente en los Salmos (por ejemplo 6,2; 9,13; 24,16, 51,3 y muchos otros). Nos han dicho que es una pagana, de ahí que sorprenda que ponga en sus labios lo mejor de la oración de Israel.
• Le da dos títulos a Jesús, “Señor” e “Hijo de David”, títulos que evocan el misterio de Jesús que los discípulos han venido conociendo gradualmente. Su oración se inserta en una experiencia de Jesús y no es simplemente un favor que se pide sin involucrarse en su misterio.
• Le expresa la realidad de su hija: “está malamente endemoniada” (15,22). No pide que la cure, simplemente dice que es lo que pasa. La mujer apela a un Jesús “pastor” para quien es suficiente “ver” para “compadecerse” y “actuar”.

2. Los discípulos quieren deshacerse de ella

Los discípulos intervienen y hacen que se rompa el silencio que hasta el momento ha guardado Jesús. Sus palabras suenan más a un “quitársela de encima” que a un verdadero gesto de misericordia. Ellos están cansados de los gritos de la señora, no parecen realmente interesados en ella.

La respuesta de Jesús nos recuerda su dicho sobre los destinatarios de la misión en Mateo 10,6, allí limitó su misión al mundo de Israel (ver también 10,40 y 21,37). Pero cuando miramos la totalidad del evangelio de Mt comprendemos que esta aparente limitación se refiere a una etapa de la misión, no a la totalidad, puesto que al final del evangelio, el destinatario de la misión es el mundo entero (ver Mt 20,19-20).

De ahí que las palabras de Jesús se comprenden mejor como una advertencia al pueblo de Israel (el pueblo de la oración sálmica), que ha sido el primer destinatario de su obra salvífica pero que ha venido progresivamente cerrándose a su anuncio. Por tanto, la fe de la mujer, será un juicio para Israel, y la sanación de su hija, el preludio de la nueva etapa misionera.

3. La mujer ora de cerca

Ahora la mujer aparece frente a Jesús, a quien ya puede abordar directamente. Da la impresión de que la mujer no hubiera escuchado el diálogo anterior de Jesús con los discípulos. Ella irrumpe de repente con su súplica, que esta vez aparece más rica y profunda:
• Se “postra” en adoración (nos recuerda el gesto de la mujeres en la mañana de la pascua, 28,9.17).
• Llama a Jesús de nuevo “Señor” (recordemos el grito de Pedro sobre el lago).
• Expresa su solicitud: “Socórreme” (que nos recuerda los Salmos 43,26; 69,5; 78,9; 108,26 y otros).

En el diálogo con Jesús ocupa un lugar central el don del pan, que significa la plenitud del bien y que es el don propio de un padre para sus hijos.

Sagazmente la mujer retoma las palabras de Jesús y las pone a su favor: a los perritos les tocan las migajas que caen de la mesa de los patrones. Ella hace una profunda reflexión: ve a los hijos como a sus patrones, comprendiendo la obra de Jesús con ella como la extensión de su misión al pueblo judío, su rebaño (ver Isaías 53,6; Miqueas 2,12). La mujer se sabe colocar en el lugar de los pequeños que entran en el Reino (ver 18,4). Entonces Jesús le concede lo pedido.

¿Cómo ve esta mujer a Jesús? La mujer sospecha que este Hijo de Israel tiene un corazón grande y que el banquete en el que él da el pan es de una abundancia tan grande, tan extraordinaria, que es para todos, no importan los comensales: incluso los perritos. Esta mujer intuye que donde está la salvación todos se pueden beneficiar.

Este itinerario de fe y de oración de la mujer es importante para nosotros, nos permite ver el trasfondo espiritual, los gestos, las palabras y sobre todo la actitud fundamental de una oración de intercesión. Y un dato importante: se trata de una oración autoincluyente, o sea, al pedir por su hija esta mujer pide también por sí misma (“Ten piedad de mí”, “Socórreme”), mostrando así que lleva en su corazón orante el dolor de su hija y que, por tanto, también la madre necesita sanación.

Esta identificación de fondo, haciendo propio el dolor de aquél por el cual se suplica es característica de una auténtica oración.

“¡Mujer, grande es tu fe!” (15,28). Como a Jesús, a uno le sorprende cómo muchas veces a las mujeres –especialmente en su amor y en su dolor de madres- les sea concedido llegar –más allá de toda previsión- a una relación más profunda con Dios.



Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón:

1. (Para las mujeres:) ¿Qué me enseña la cananea para mi identidad y misión de mujer en la Iglesia y en la sociedad?

2. (Para los varones:) ¿Reconozco y valoro la identidad y la espiritualidad de la mujer en el hogar, en mi comunidad, en la sociedad?

3. ¿Mi experiencia de fe se traduce en actitudes de confianza filial en la misericordia de Dios? ¿En qué se nota?
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Posted: 03 Aug 2010 04:11 PM PDT

SEMANA XVIII DURANTE EL AÑO
Lectura del libro de Jeremías 31, 1- 7

En aquel tiempo -oráculo del Señor- Yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi Pueblo.
Así habla el Señor:
Halló gracia en el desierto
el pueblo que escapó de la espada;
Israel camina hacia su descanso.
De lejos se le apareció el Señor:
Yo te amé con un amor eterno,
por eso te atraje con fidelidad.
De nuevo te edificaré y serás reedificada,
virgen de Israel;
de nuevo te adornarás con tus tamboriles
y saldrás danzando alegremente;
de nuevo plantarás viñas
sobre los montes de Samaría:
los que las planten tendrán los primeros frutos.
Porque llega el día en que los vigías gritarán
sobre la montaña de Efraím:
«¡De pie, subamos a Sión,
hacia el Señor, nuestro Dios!»
Porque así habla el Señor:
¡Griten jubilosos por Jacob,
aclamen a la primera de las naciones!
Háganse oír, alaben y digan:
«¡EI Señor ha salvado a su pueblo,
al resto de Israel!»


Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL Jer 31, 10-12b. 13

R. ¡El Señor nos cuidará como un pastor!

¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño». R.

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.

Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
Yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción. R.




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 15, 21-28

Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio». Pero Él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y le pidieron: «Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos».
Jesús respondió: «Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel».
Pero la mujer fue a postrarse ante El y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
Jesús le dijo: «No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros».
Ella respondió: «¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!»
Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!» y en ese momento su hija quedó sana.


Palabra del Señor.


LITURGIA DE LAS HORAS
TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XVIII
Del Común de pastores para un santo presbítero. Salterio II


4 de agosto


SAN JUAN MARÍA VIANNEY, presbítero. (MEMORIA)

Nació cerca de Lyon el año 1786. Tuvo que superar muchas dificultades para llegar por fin a ordenarse sacerdote. Se le confió la parroquia de Ars, en la diócesis de Belley, y el santo, con una activa predicación, con la mortificación, la oración y la caridad, la gobernó, y promovió de un modo admirable su adelanto espiritual. Estaba dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que los fieles acudiesen a él de todas partes, para escuchar sus santos consejos. Murió el año 1859.


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Himno: ALFARERO DEL HOMBRE, MANO TRABAJADORA

Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto los primeros animales.

De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro, vigor, origen, meta
de los profundos ríos de la vida.

El árbol toma cuerpo, y el agua melodía;
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.

No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia; vivir es este encuentro:
tú, por la luz; el hombre, por la muerte.

¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios?

Salmo 76 - RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.

Alzo mi voz a Dios gritando,
Alzo mi voz a Dios para que me oiga.

En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.

Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos,
recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:

¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
y ya no volverá a favorecernos?
¿Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa?
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?

Y me digo: ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas.

Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?

Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.

Te vio el mar, ¡oh Dios!,
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.

Las nubes descargaban sus aguas,
retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban.

Rodaba el fragor de tu trueno,
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida.

Tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:

mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios?

Ant. 2. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.

Cántico: ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10

Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.

No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
él es quién pesa las acciones.

Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos se marchita.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.

Él guarda los pasos de sus amigos,
mientras los malvados perecen en las tinieblas,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.

El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.

Ant. 3. El Señor reina, la tierra goza.

Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.

Delante de él avanza fuego
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.

Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.

Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;

porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.

El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.

Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El Señor reina, la tierra goza.

LECTURA BREVE Hb 13,7-9a

Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.

RESPONSORIO BREVE

V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.

V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. No sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre quien habla por vosotros.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. No sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre quien habla por vosotros.

PRECES

Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo:

Apacienta a tu pueblo, Señor.

Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.

Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.

Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.

Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios todopoderoso y lleno de bondad, que nos has dado en san Juan María Vianney un modelo de pastor apasionadamente consagrado a su ministerio, concédenos por su intercesión, dedicar como él nuestras vidas a ganar para Cristo a nuestros hermanos por medio de la caridad y alcanzar, juntamente con Ellos, la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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VÍSPERAS
Oración de la tarde

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.

Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.

Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.

Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.

Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro salvador.

Salmo 61 - DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro salvador.

Ant. 2. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

Ant. 3. Todo fue creado por él y para él.

Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Todo fue creado por él y para él.

LECTURA BREVE 1Pe 5, 1-4

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

RESPONSORIO BREVE

V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Te doy gracias, Cristo, pastor bueno, porque has querido glorificarme; te suplico que las ovejas que pusiste a mi cuidado participen conmigo eternamente de tu gloria.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Te doy gracias, Cristo, pastor bueno, porque has querido glorificarme; te suplico que las ovejas que pusiste a mi cuidado participen conmigo eternamente de tu gloria.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:

Salva a tu pueblo, Señor.

Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.

Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos.

Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.

Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios todopoderoso y lleno de bondad, que nos has dado en san Juan María Vianney un modelo de pastor apasionadamente consagrado a su ministerio, concédenos por su intercesión, dedicar como él nuestras vidas a ganar para Cristo a nuestros hermanos por medio de la caridad y alcanzar, juntamente con Ellos, la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: CRISTO, SEÑOR DE LA NOCHE

Cristo, Señor de la noche,
que disipas las tinieblas:
mientras los cuerpos reposan,
se tú nuestro centinela.

Después de tanta fatiga,
después de tanta dureza,
acógenos en tus brazos
y danos noche serena.

Si nuestros ojos se duermen,
que el alma esté siempre en vela;
en paz cierra nuestros párpados
para que cesen las penas.

Y que al despuntar el alba,
otra vez con fuerzas nuevas,
te demos gracias, oh Cristo,
por la vida que comienza. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

Salmo 30 - SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS.

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;

ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;

por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.

En tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

Ant. 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor.

Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Desde lo hondo a ti grito, Señor.

LECTURA BREVE Ef 4,26-27

No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

OREMOS,
Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.

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