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viernes, 3 de septiembre de 2010

CAMINO MISIONERO 3/09/2010

  • XXIII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 14. 25-33) - Ciclo C: NUESTROS «IDOLOS» PRIVADOS
  • Fuego
  • Excesivos sabios en circulación ...y escasea la sabiduría
  • XXIII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 14. 25-33) - Ciclo C: Riesgos, renuncias y la cruz.
  • XXIII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 14. 25-33) - Ciclo C: TIRARSE EN PARACAIDAS… SIN PARACAIDAS
  • LECTIO: 23º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: Las condiciones para poder ser discípulos de Jesús
  • Evangelio Misionero del Dia: 3 de Setiembre de 2010 - SEMANA XXII DURANTE EL AÑO
  • Lecturas y Liturgia de las Horas: 3 de Setiembre de 2010
Posted: 02 Sep 2010 04:36 PM PDT




Hay algo que resulta escandaloso e insoportable a quien se acerca a Jesús desde el clima de autonomía, autosuficiencia y afirmación personal del hombre del siglo veinte.

Jesús es radical a la hora de pedir una adhesión a su persona. El hombre debe saber subordinarlo todo al seguimiento incondicional a Jesús.

No se trata de un «consejo evangélico» para un grupo de cristianos selectos o una élite de esforzados seguidores. Es la condición indispensable de todo discípulo. Las palabras de Jesús son claras y rotundas. «El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío».

El hombre siente desde lo más hondo de su ser el anhelo de la libertad. La vida se nos ofrece con frecuencia como una verdadera lucha de los individuos y las comunidades por lograr su libertad y su independencia.

Y sin embargo, hay una experiencia que se sigue imponiendo generación tras generación. El hombre parece condenado a ser «esclavo de ídolos». Incapaces de satisfacernos a nosotros mismos, nos pasamos la vida entera buscando algo que responda a nuestras aspiraciones y deseos más fundamentales.

Cada uno buscamos un «dios», algo que nos parece esencial para vivir, algo que inconscientemente convertimos en lo esencial de nuestra vida. Algo que nos domina y se adueña de nosotros profundamente.

Paradójicamente, este hombre que busca ser libre, independiente y autónomo, no parece que pueda vivir sin entregarse a algún «ídolo» que oriente y determine decisivamente su conducta y su vida entera.

Estos «ídolos» son muy diversos. Dinero, salud, éxito, poder, prestigio, sexo, tranquilidad, felicidad a toda costa.... Cada uno sabe el nombre de su «dios privado» al que damos culto y rendimos secretamente nuestro ser.

Por eso, cuando en un gesto de «ingenua libertad» hacemos algo «porque nos da la gana», debemos preguntarnos honradamente qué es lo que en aquel momento nos domina y a quién estamos obedeciendo en realidad.

La invitación de Jesús es provocativa. Sólo hay un camino para acercarnos a la libertad y sólo lo entienden los que se atreven a seguir a Jesús incondicionalmente: vivir en obediencia total a un Dios Padre, origen y centro de referencia de toda vida humana, y en servicio desinteresado a los hombres sentidos como hermanos.
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 02 Sep 2010 04:16 PM PDT


Un gran descubrimiento, un gran temor o incluso un dios en algún punto de la historia,

un gran logro controlarlo, un poder, quizá un servicio, una comodidad, “¿tienes fuego?” ahora lo puedes llevar hasta en el bolsillo...
Pero, ¿te has parado a pensar qué es exactamente? ¿alguna vez te has quedado ensimismado mirando la llama de una vela? es luz, y es calor, así de simple. Tratarán de explicártelo con mil demostraciones, pero seguirá siendo un misterio inasible. Si te acercas te quema, y si lo soplas se apaga. No hay más. Existe, y es indescriptiblemente bello, y además, vuelve bello aquello que lo rodea...

Quizá algo así pueda ser el Espíritu.

Publicado por Pastoral SJ
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Posted: 02 Sep 2010 04:04 PM PDT


XXIII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 14. 25-33) - Ciclo C
Por A. Pronzato


- ...¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das sabiduría enviando tu santo espíritu desde el cielo?... (Sab 9,1319).
- Querido hermano: Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recorriendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión... (Flm 9-10.12-17).
- ... Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío... (Lc 14,25-33).

Ciertos maestros

El domingo pasado intentamos responder a la pregunta de si la humildad era todavía una virtud y la modestia tenía algo que hacer en el mundo en que vivimos.
Hoy podemos, inicialmente, plantear preguntas análogas respecto a la sabiduría.
Remitiéndonos al texto propuesto en la primera lectura, me parece que las preguntas no son excesivamente alentadoras. Intentemos poner algún ejemplo.
«¿Qué hombre conoce el designio de Dios? ¿Quién comprende lo que Dios quiere?». Personalmente, siento enojo hacia numerosas personas que alardean de una seguridad asombrosa acerca de la voluntad de Dios, de quien parece conocer todos los secretos, y la hacen comparecer desenvueltamente y con frecuencia por lo menos sospechosa, sobre todo cuando se trata de imponer a los otros su propia voluntad.
Estos individuos «afortunados» no se fatigan mucho para «imaginar qué quiere el Señor». Precisamente lo que ellos piensan.
Y luego están esos que no se preocupan lo más mínimo por preguntarse acerca de la voluntad de Dios, desde el momento que sospechan ya, de entrada, que no va de acuerdo con sus intereses, sus caprichos, sus operaciones no excesivamente transparentes.
Si se tiene presente la voluntad de Dios, las cuentas no salen nunca---
Y continúa el texto:
«Los pensamientos de los mortales son mezquinos y nuestros razonamientos son falibles».
No se diría esto leyendo cierta prensa, oyendo ciertas lecciones desde los púlpitos y desde las cátedras y desde las pantallas más diversas.
Los razonamientos más renqueantes (tanto del pie de la sintaxis como del de la lógica), los absurdos más evidentes se presentan con una presunción arrogante y con un tono tan perentorio que se queda uno pasmado y se congelan incluso las risotadas que merecen.
En todos los campos -incluido el eclesial- existen maestros, con títulos más bien sospechosos, que ofrecen como certezas lo que son simples balbuceos. Y cuanto más discutible es una opinión, más la presentan con una seguridad pasmosa, sin tener en cuenta la más mínima objeción, sin hacer ni siquiera una minúscula concesión al sentido común del pudor.
Si uno se arriesgase a apoyarse, un solo instante, en esas «sólidas realidades», caería en el vacío.
Los dogmatismos más bochornosos celebran triunfos inenarrables provocando preocupantes fenómenos de intolerancia y beaterías de signo contrario.
Estos supuestos maestros serían mucho más creíbles, si puntuasen sus discursos con algún «pero», «quizás», «puede ser», «me parece que..-».
O si tuviesen el coraje de reconocer «no sé», «no tengo respuesta para ese problema, porque no lo he entendido o porque no hay respuesta... ». Ofrecen, por el contrario, soluciones sin ni siquiera explicar cuál es el problema. Ellos saben todo y han descubierto todo, menos una cosa fundamental: la duda.
Sus construcciones parecerían mucho más sólidas si -como sugiera el libro de la Sabiduría- admitiesen que provienen«de una tienda terrestre».
Cuando no se invoca a Dios para que mande «su Espíritu Santo desde el cielo», sobre todo para que conceda «la sabiduría del corazón» (salmo responsorial), se engañan creyendo que amaestran sin ser antes «amestrados» y que enseñan el camino justo (el único justo) caminando por sendas tortuosas y frecuentando pensamientos «no enderezados».
Urge suplicar al Señor para que nos envíe un suplemento de sabiduría. Todos tenemos necesidad de ella. Y, particularmente, los muchos «sabios» que andan sueltos por ahí.
La sabiduría del discípulo
Una sabiduría particular, decididamente contra-corriente, es la que enseña Jesús en el evangelio.
Se coloca en la perspectiva de la elección que el discípulo ha de hacer porque le han llamado a hacerla. Y exige ponderación, clara conciencia de los riesgos y de las dificultades de la aventura (he ahí las dos parábolas: la construcción de una torre y la empresa militar).
No es una decisión que pueda ser tomada a la ligera, en un momento de euforia. Hace falta seriedad, inteligencia, capacidad de adoptar un programa comprometido a largo plazo, disponibilidad para la fatiga, aceptación de la cruz, determinación para llegar hasta el fondo.
Sobre todo, de entrada, la elección debe expresar una preferencia absoluta y concorde con Cristo y con las exigencias del Reino. Aunque se precise -como es obligado- que en el lenguaje de Lucas «odiar» (traducción frecuente) es «posponer» (como traduce el texto litúrgico), permanece el hecho de que el discurso de Jesús resulta más bien duro y su sabiduría ciertamente no es apta para legitimar perspectivas de comodidad.
Hay que subrayar de manera especial la frase programática que guía todo el discurso: «El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío».
Aquí es cuestión de una revisión total de la escala de valores. La prioridad del ser sobre el tener está fuera de discusión. Como también, después, la disponibilidad para entrar en la lógica loca del amor y de la donación, ahondando los cálculos egoístas y las reservas dictadas por el deseo de «administrar» prudentemente la propia vida.
La decisión fundamental de seguir a Cristo excluye las medias tintas, los compromisos, las excusas cómodas, las veleidades, las tácticas. La sabiduría (¿excesivamente tímida?) de Pablo.
Alguno encuentra ciertamente motivo para replicar a la esquela dirigida por Pablo a Filemón (segunda lectura) en la que lo invita a recobrar con amor, ya no como esclavo sino como «hermano querido», al siervo Onésimo que se había escapado.
Parece que aquellas líneas legitimen, implícitamente, la esclavitud, o al menos no afronten de raíz ese grave y peliagudo problema. ¿Pablo excesivamente diplomático y de todos modos preocupado sólo por resolver un caso que le preocupa, sin coraje para considerar la cuestión globalmente?
No es mi tarea hacer de defensor de oficio de Pablo «prisionero». Y no es esta la sede más apta. Será suficiente esclarecer la situación concreta.
-El apóstol escribe de su puño y letra esas pocas líneas entre finales del 63 y principio del 64, mientras está prisionero en Roma (no se trata de una encarcelación propiamente dicha: con terminología moderna se diría que estaba en régimen de «arresto domiciliario»).
En esta situación particular ve que llega a casa un esclavo: Onésimo (nombre bastante común y que significa «útil», así como un perro se llama «Fiel»). Este le cuenta su propia historia. Un percance complicado por el hecho de que ha huido de Colosas, donde estaba en casa de Filemón, un amigo querido de Pablo.
El «prisionero» lo escucha con benevolencia y vivo interés. Lo retiene junto a sí durante un poco de tiempo, aceptando sus preciosos servicios, lo instruye y lo prepara para el bautismo. Lo considera ya como un hijo.
Después, en la primera ocasión, reexpide el esclavo al amo, con una afectuosa carta de recomendación.
Pablo sabe que puede contar con la honestidad y la madera cristiana de Filemón. Este renunciará a cualquier venganza, tanto más cuanto que se encuentra ante uno igual a él, un hermano gracias al bautismo.
Pablo no arriesga la suerte de Onésimo. El se arriesga (con más que suficientes márgenes de seguridad) porque Filemón es un hombre y un cristiano. Ahí está todo.
-Queda abierto el problema sobre la postura de Pablo frente a la institución de la esclavitud. Aunque nunca la contestó abiertamente, en otras cartas ha afirmado claramente la igualdad fundamental de todos los hombres ante Dios y ha proclamado la abolición de todas las discriminaciones y de todas las fronteras (Gál 3, 38).
Es verdad que su discurso queda radicado en el terreno cristiano, sin pasar al político.
-Pablo no ataca la estructura. Prefiere coger la injusticia en la raíz: en el corazón del hombre.
No afronta el problema desde las alturas, sino desde abajo, en las profundidades. Y se arriesga a esperar mucho tiempo.
El apóstol hace su apuesta en el terreno específico de la fe cristiana. Pero él mismo no habría soñado en condenar o mirar con sospecha a quien hubiese hecho una elección distinta (con tal que sea compatible con la lógica del amor).
Cuando se trata de la libertad y de la dignidad del hombre, la lucha puede conducirse por distintos frentes.
La única elección equivocada es la «neutralidad».
El único compromiso imperdonable es el no comprometerse. La única posición intolerable es la indiferencia.
Teniendo en cuenta esta particular posición adoptada por Pablo, podemos concluir que una forma específica de sabiduría cristiana consiste en ser padecidos de fraternidad.
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Posted: 02 Sep 2010 03:30 PM PDT
Por P. Félix Jiménez Tutor, escolapio


Érase una vez una mujer que caminando por las montañas encontró una piedra preciosa en un riachuelo.
Al día siguiente se encontró con un viajero hambriento. Nuestra mujer abrió su bolsa para compartir la comida. El viajero que vio la piedra preciosa, lleno de avaricia, se la pidió y ella se la dio sin más. El viajero siguió su camino feliz, sabía que esa piedra preciosa tenía mucho valor y le iba a proporcionar mucho dinero.
Unos pocos días después, el viajero volvió y le devolvió la piedra a la mujer. He estado pensando y vengo a devolverle su piedra y espero me dé algo mucho mejor. Déme lo que usted lleva dentro y le da el poder de desprenderse, sin más, de esta piedra preciosa.
¿Verdad que esta historia viene a cuento con el evangelio de hoy?
Sí, hay algo más precioso y más valioso que las joyas o las cadenas de oro que se pueden comprar en una joyería.
Lo más valioso está dentro de nosotros, en nuestro corazón:
la libertad frente a las cosas y las personas,
el desprendimiento de las riquezas,
la mirada limpia,
la sabiduría para discernir lo permanente de lo efímero,
el Espíritu Santo que me ayuda a renunciar a todo para seguir a Jesús.
Déme lo que lleva dentro y le da el poder de desprenderse, sin más, de esta piedra preciosa.
Nos dice Lucas: "Caminaban con Jesús grandes multitudes y dirigiéndose a ellos, les dijo: No puede ser mi discípulo el que prefiere a su padre, a su madre… El que no cargue con su cruz. El que no renuncia a todos sus bienes.
En los evangelios y en la predicación hay un Jesús peligroso, un Jesús que nos escandaliza, un Jesús difícil de entender y hay también un Jesús dulce, manso y comprensivo.
Jesús es siempre peligroso. Escucharle y seguirle exige valentía y correr riesgos que el hombre corriente nunca alcanza a comprender.
¿Verdad que usted prefiere a un Jesús hecho de bizcocho que a un Jesús exigente y bravo?
¿Verdad que usted prefiere un Jesús alto, hermoso y amable a un Jesús ensangrentado y crucificado?
Hay cosas que ninguna persona puede imponer a otra.
Nadie le va a imponer o decir: renuncia a tus bienes; le dirá enriquézcase, robe si es necesario, pero hágase rico.
Nadie le va a decir: cargue con su cruz; le dirá más bien, disfrute, goce, beba…
Nadie le dirá: deje a su padre y a su madre…
Sólo Jesús nos lo dice. Sólo Jesús tiene autoridad para exigirlo a los suyos. Sólo Jesús tiene poder para vincularnos a su persona.
Sólo Jesús puede ser el todo de un cristiano.
Sólo Jesús dejó los suyos para predicar el Reino de Dios.
Sólo Jesús cargó con la cruz y murió en la cruz.
Sólo Jesús renunció a todo para hacer la voluntad del Padre.
Sólo Jesús es modelo para nosotros.
Y hoy le escuchamos y nos dice: "No puede ser discípulo mío si…
no vive desprendidamente, no es libre interiormente, no experimenta la liberación de los afectos humanos y de las posesiones humanas, no permite que todo lo suyo sea vivificado por el amor absoluto de Dios.
Tal vez no tenga que renunciar a nada.
Pero como la señora del cuento tiene que estar interiormente tan desprendido que puede darlo todo cuando el Señor Jesús se lo pida. Jesús es peligroso y se lo puede pedir en cualquier momento.
Jesús también nos ha contado hoy dos cuentos.
Érase una vez un hombre que quería construir una casa en su campo y comienza a calcular los gastos…
Jesús nos invita a reflexionar, a calcular los gastos, a aceptar el riesgo, a mantenernos firmes.
Seguir a Jesús no es cuestión de un entusiasmo pasajero, de una súbita emoción, de una conversión superficial.
Jesús no promete a sus discípulos éxito, fama, poder…sino riesgos, renuncias y la cruz.
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Posted: 02 Sep 2010 03:23 PM PDT


1.- Buen comienzo de semana, dijo uno que le ahorcaban en lunes. Digo, porque el comienzo del nuevo curso nos toca un evangelio tan duro. Para desbrozar el camino, no se os ocurra pensar en frío si amáis a padres, hermanos, mujer o marido, novio o novio más que a Dios… porque el resultado va a ser religiosamente decepcionante.

Hay ocasiones en la vida en que sin apenas darse uno cuenta, pero no sin un desgarramiento interior, da uno el paso, y se tira al vacío en paracaídas. Cuando nos ofrecieron a ir de misioneros a Japón nos dijeron que nunca volveríamos a España (y lo malo es que se lo dijeron a nuestros padres y resultó falso, claro) ya que lo que sí era el quitarse el paracaídas y tirarse al espacio.

Entre mis compañeros de Teología hubo dos, los Padres Oono y Koono, que para entrar en la Compañía de Jesús tuvieron que escaparse de su casa en una poco gloriosa huida aunque ambos habían sido oficiales del ejército japonés. Como veis otros dosque tiraron el paracaídas… y se lanzaron al espacio en caída libre. Llegó la ocasión y lo hicieron.

2.- El Señor es muy radical. Claro que ofrece nada menos que una eternidad de felicidad, si entendemos lo que eso significa. Y lo menos que no pide es coherencia. Fue coherente el mercader de perlas finas, que vende todo lo que tiene y compra aquella maravilla que encontró. O el que encontró el tesoro en un campo y vendió todo lo que tenía y compró el campo.

La dificultad está en si creemos en ese tesoro que Jesús nos ofrece. Jesús nos dice que merece la pena dejarlo todo por comprar el Reino: “Vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo”. Es el Hijo de Dios el que lo ofrece y promete. Y nos achicamos por miedo a tomar una postura definitiva. Calculamos demasiado los gastos, nos da miedo un enemigo superior a nosotros. No tenemos fuerzaspara tomar una postura para toda la vida.

Somos incoherentes teniendo como enseña la cruz (no de marfil oro y plata sino de dura madera sin cepillar). Para no sentir el peso de la cruz nos ponemos almohadillas en los hombros.

Déjalo todo y sígueme, no por unas semanas, sino por toda la vida. Y esto es lo que nos falta, la decisión a entregar toda la vida a algo que merece la pena. A jugárselo todo a una misma carta, lo mismo en la vida matrimonial que en la vida religiosa. Que por eso hay tantos fracasos entre los casados y por eso no hay vocaciones religiosas.

Hay muchos que se entregan a una ONG unos meses o unos años, y son muy de alabar. Pero se pregunta uno si no puede haber en eso un poco de engaño, si no es que con eso nos sentimos ya cumplidos, si no es que no queremos soltar el paracaídas. ¿Qué nos pasa? Que todo lo hacemos a medias, que no somos ni chicha, ni limoná, que queremos nadar y guardar la ropa, que nos gusta tocar la campana e ir en la procesión.

Con tantos derechos humanos nunca se habla de de obligaciones humanas. Nos hemos hecho unos blandengues. Lo mismo nos pasa con la salud corporal, que vivimos en una campana aséptica, que yo no tenemos defensas propias. Bajando la carretera de Humera en bici en dirección a la estación de Pozuelo, te caías sobre los excrementos que a su paso habían dejado lo mulos del cuartel militar de Campamento. Ibas a casa y mamá te lavaba la herida con agua oxigenada y a lo más te ponía yodo y a montar en bici de nuevo. Hoy te llevan a urgencias, te ponen una enorme inyección antitetánica y si te descuidas sales de allí con la pierna sana cortada. Pues que reobremos la reciedumbre cristiana que fue en tiempos una cualidad tan española.
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Posted: 02 Sep 2010 03:17 PM PDT


Lucas 14,25-33
Publicado por Los Carmelitas

Oración inicial


Shadai, Dios de la montaña,
que haces de nuestra frágil vida
la roca de tu morada,
conduce nuestra mente
a golpear la roca del desierto,
para que brote el agua para nuestra sed.
La pobreza de nuestro sentir
nos cubra como un manto en la oscuridad de la noche
y abra el corazón para acoger el eco del Silencio
para que el alba
envolviéndonos en la nueva luz matutina
nos lleve
con las cenizas consumadas por el fuego de los pastores del Absoluto
que han vigilado por nosotros junto al Divino Maestro,
el sabor de la santa memoria.

1. LECTIO
a) El texto:

25 Caminaba con él mucha gente y, volviéndose, les dijo:26 «Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío.27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
28 «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla?29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: 30 `Éste comenzó a edificar y no pudo terminar.' 31 O ¿qué rey, antes de salir contra otro rey, no se sienta a deliberar si con diez mil puede salir al paso del que viene contra él con veinte mil? 32 Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz.33 Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
b) Momento de silencio:

Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros.

2. MEDITATIO
a) algunas preguntas:
- Si uno viene a mí y no odia...no puede ser mi discípulo: ¿Estamos convencidos que es necesario llegar a separarse de todo lo que ata el corazón: afectos recibidos y dados, la vida misma, por seguir a Jesús?
- Quien no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo: ¿Llevo en mí la lógica de la cruz, es decir, la lógica del amor gratuito?
- Los medios para llevarlo a cabo: ¿La capacidad de pensar informa mi vida de fe o más bien ésta se reduce a un impulso interior que se desvanece en el devenir de las tareas cotidianas?
- Para evitar que todos los que lo vean empiecen a burlarse: ¿Vale para mí también la recompensa de quien empieza a seguir al Señor y después no tiene medios humanos, o sea la burla de la incapacidad?
- Quien no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo: ¿Estoy convencido de que la clave del seguimiento es la pobreza del no poseer, sino la felicidad de pertenecer?
b) Clave de lectura:
Entre la gente que sigue a Jesús estamos también nosotros con nuestras maletas repletas de páginas leídas y vividas. Uno entre tanto, nuestro nombre se pierde. Pero cuando Él se vuelve y su palabra alcanza el dolor de los lazos que estrechan con fuerza los pedazos de nuestra vida, las preguntas se enredan en el valle de los ecos más antiguos y una sola humilde respuesta emerge de las ruinas de las construcciones incumplidas: Señor ¿a quien iremos? Tú sólo tienes palabras de vida eterna.
v. 25-26. Caminaba con Él mucha gente y volviéndose les dijo: “Si alguno viene junto a mi y no odia a su padre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida no puede ser discípulo mío”. Al Señor no le interesa tener en cuenta las personas que vienen a Él. Sus palabras son fuertes y liberan de toda ilusión. ¿Quién no sabe lo que significa odiar? Si yo odio una persona, no estoy lejos. Esta discriminación entre el Señor y los afectos familiares es la primera exigencia del apostolado. Para aprender de Cristo es necesario encontrar en Él el núcleo de todo amor e interés. El amor de quien sigue al Señor no es un amor de posesión, sino de libertad. Andar tras una persona sin la seguridad que puede dar un lazo de sangre como es el de los vínculos familiares y el lazo de la propia sangre o sea con la propia vida, equivale a hacerse discípulos, lugar de vida que nace de la Sabiduría divina.
v. 27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío. El único lazo que ayuda a seguir a Jesús es el de la cruz. Este símbolo del amor que no se arredra, capaz de ser palabra incluso cuando el mundo pone todo a callar con la condena y la muerte, es la lección del Rabí nacido en la pequeña aldea de Judea.
v. 28. ¿Quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla?Construir una torre exige un gasto no indiferente para el que tiene pocos recursos. El buen deseo de construirse a sí mismo no es suficiente para hacerlo, es necesario sentarse, calcular los gastos, buscar los medios para llevar adelante el trabajo. La vida del hombre queda incumplida e insatisfecha, porque a veces ¡tanto el proyecto de la construcción es maravilloso, cuanto más enorme son las deudas de la obra! Un proyecto sobre medida: no saber calcular lo que está en nuestra capacidad de cumplir, no es la sabiduría del que luego de haber arado espera la lluvia, sino es la inconciencia de quien espera la granazón y la siega de las semillas arrojadas entre piedras y rocas, sin fatigarse en preparar el terreno.
v. 29-30. No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: “Éste comenzó a edificar y no pudo terminar”.
La burla de los otros que llega como granizo sobre los sentimientos de esperanza de quien quería llegar al final con solo sus fuerzas, es el precio a la propia arrogancia vestida de buena voluntad. Cuántas humillaciones lleva cada quien consigo, pero qué pocos frutos recogemos de estas experiencias de dolor. Poner los cimientos y no terminar la construcción, sirve de bien poco. Los deseos que se quiebran alguna vez son buenos tutores de nuestro ingenuo afirmarnos.... pero nosotros no lo comprenderemos hasta que intentamos cubrir el fracaso y la desilusión del despertar del mundo fabuloso de los sueños de la infancia. Jesús nos pide hacernos niños sí, pero un niño no pretenderá nunca construir ¡una torre “verdadera”!. Se contentará con una pequeña torre sobre la arena del mar, porque conoce bien su capacidad.
vv. 31-32. O ¿qué rey, antes de salir contra otro rey, no se sienta a deliberar si con diez mil pueda salir al paso del que viene contra él con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz. Ninguna batalla se podrá jamás ganar sin embajadas de paz. Combatir por obtener la supremacía real sobre otro, es de por sí una batalla perdida. Porque el hombre no ha sido llamado a ser rey para el dominio, sino señor de paz. Y acercarse al otro mientras está todavía lejano es la señal más bella de la victoria, donde ninguno pierde ni gana, sino todos son siervos de la única soberana del mundo: la paz, la plenitud de los dones de Dios.
v. 33. Pues de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío. Si se declinan los vicios capitales, se descubren las modalidades de tener de las que habla Jesús. Un hombre que modela su vida sobre el tener es un hombre vicioso: el que pretende tener poder sobre todo (soberbia), de gozar a todo placer (lujuria), de salir del límite como derecho que le pertenece (ira), de estar saturado de bienes (gula), de robar lo que es de los demás (envidia), de quererlo todo para sí (avaricia), de arrojarse en la apatía, sin empeñarse en hacer algo (pereza). El discípulo al contrario que viaja sobre los rieles de la virtud, vive de los dones del Espíritu: un hombre que posee el sentido de las cosas de Dios (sabiduría) y lo dona sin apropiárselo, que penetra el significado esencial de todo lo que es Vida (entendimiento), que escucha la voz del Espíritu (consejo) y se hace eco de todo discernimiento (consejo), que sabe dejarse proteger por el límite de su ser hombre (fortaleza) y no cede a las lisonjas de la trasgresión, que sabe conocer los secretos de la historia (ciencia) para construir horizontes de bien, que no se arroga el derecho de dar sentido, sino que acoge la fuente de lo divino (piedad), que bebe en los abismos del silencio, que da gracias por todas las maravillas de su Creador (temor de Dios) sin temer su pequeñez. Un discípulo así, es otro Jesús.
c) Reflexión:
El corazón del hombre es una red de lazos. Ligaduras de ternura y de gratitud, de amor y de dependencia, lazos con todo lo que toca al sentimiento. Jesús parte de los lazos de consaguinidad: padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas, y lazos de la propia vida que en la mentalidad semita está simbolizada por la sangre. Pero el corazón debe estar libre de estos lazos para poder andar con Él y crear un vínculo nuevo que da vida, porque deja a la persona la libertad de ser lo que es. Todo discípulo sólo tiene una tarea: la de aprender, no la de depender. Los lazos de sangre crean dependencia: ¡cuantos chantajes afectivos impiden a los hombre construir la torre de su existencia! ¡Cuantas veces esas palabras de¡Si tú me quieres , haz así! O ¡Si me quieres, no lo hagas! La misma vida te puede aprisionar cuando te une a lo que no te va fisiológicamente o a lo que piensas para las condiciones de una historia trabajada o a lo que se escoge desordenadamente por una voluntad hecha débil por multitud de lazos. La cruz no ata, te constriñe para que de todo lo que cargues en ti salga, sangre y agua, hasta la última gota: toda la vida como don que no espera recompensa.
Pertenecer más que poseer: el secreto del amor gratuito del Maestro y del discípulo, Quien sigue a Jesús no es un discípulo cualquiera que aprende cualquier clase de doctrina, sino que se convierte en discípulo amado, capaz de narrar las maravilla de Dios, cuando el fuego del Espíritu hace de él una llama sobre el candelero del mundo.

3. ORATIO
Salmo 23
Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.

Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.
Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.

Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.

4. CONTEMPLATIO
Señor, mientras te vuelves y tu mirada se posa sobre mi, tus palabras bullen en mi mente para ponerme delante lo que es toda mi vida. Es como si unas tijeras me cortase dulcemente, pero sin temblor, los muchos cordones umbilicales de los que saco el alimento para poder ir adelante. Y esta acción decidida y necesaria me devuelve el pleno respiro de mi ser libertad. La Escritura lo dice en las primeras páginas de la historia humana: El hombre dejará a su padre y a su madre y andará hacia una realidad nueva toda suya, hacia la unidad de un amor persona, capaz de fecundidad y de vida nueva. Pero nosotros no hemos cogido la palabra clave de todo este maravilloso proyecto, una palabra que embaraza porque es como las olas del mar sobre las cuáles no se puede dejar andar con seguridad, la palabra: movimiento. La vida no se para. Un amor y una vida recibida de un padre y de una madre. Sí, un amor lleno, pero que no cierra los horizontes. El hombre dejará andará… Un hombre y una mujer, dos en uno, de los hijos que serán el rostro de su amor, pero que mañana dejarán para andar otra vez...si te paras, para aferrarte a la vida, la vida muere en tu presa. Y con ella muere también tu sueño nunca escuchado, aquel del amor pleno que no se acaba jamás. Danos Señor, el entender que amor es seguir, escuchar, andar, pararse, perderse para encontrarse en un movimiento de libertad que cumple toda ansia de posesión perenne. No permitas que por el deseo de tener la vida, yo pierda el gozo de mi pertenecía a la vida, a aquella Vida divina que entra y sale en mí para otros y en los otros y de los otros para mí, para hacer de los días que pasan olas de Libertad y de Don en los confines de todo lo vivido. Que yo sea por siempre el discípulo amado de la Vida que muere, capaz de acoger en herencia la filiación y la custodia en tu espíritu de toda auténtica maternidad.
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.
Posted: 02 Sep 2010 03:12 PM PDT


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 5, 33-39


Los escribas y los fariseos dijeron a Jesús: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben».
Jesús les contestó: «¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar».
Les hizo además esta comparación: «Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a éste no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. El vino nuevo se pone en odres nuevos. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: el añejo es mejor».

Compartiendo la Palabra
Por CELAM - CEBIPAL

En torno a Jesús: una comunidad con características nuevas
“El vino nuevo debe echarse en pellejos nuevos”

Una vez que Simón Pedro y sus compañeros comienzan a seguir a Jesús, salen abruptamente de su pequeño mundo del lago y de la pesca cotidiana, tratando de responder por sus propias vidas, hacia el mundo amplio y cruel del dolor humano. En el nuevo y amplio panorama del seguimiento los discípulos son testigos de cómo Jesús hace hombres nuevos.

1. La fiesta de la misericordia

Jesús y sus discípulos pasan del lago al mundo urbano, donde se encuentran con un primer marginado: un leproso. Éste es reintegrado plenamente a su comunidad (5,12-14). Luego esta acción se multiplica (5,15), y a pesar de la intensidad del trabajo, Jesús nunca pierde sus espacios de oración (5,16).

Pero la obra de Jesús va más a fondo. Jesús reintegra al hombre a la comunión con Dios y los hermanos mediante el gesto del perdón, por eso la curación siguiente va unida al perdón de los pecados (5,17-26). Y esto alcanza su punto alto cuando al llamar a su comunidad al publicano Leví, Jesús declara abiertamente: “No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores” (5,32).

Observando este conjunto de pasajes lucanos, entre 5,12 y 5,32, vemos cómo el evangelio se convierte en una fiesta de la misericordia: la misericordia con el leproso, con el paralítico perdonado, con Leví y sus compinches pecadores. Es la fiesta de los que el médico Jesús ha salvado recuperándolos para la vida: “este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado” (15,32).

2. La comunidad festiva vista por dentro

Jesús va más allá: al ir al encuentro de “los que están mal” (5,31), el gesto de salvación es el punto de partida de una realidad duradera: va formando comunidad con ellos.

Esta comunidad es diferente, es una comunidad que siempre está en fiesta y que no encaja en los parámetros ascéticos de comunidades ya conocidas, como las de Juan Bautista y los fariseos: “Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, peroles tuyos comen y beben” (5,33).

La reacción de los fariseos y escribas, que acabamos de citar, es muy diciente. Ellos notan que en torno a Jesús se ha formado una comunidad con características nuevas. Jesús les va a responder mostrándoles que lo que está sucediendo es algo de fondo: es el buen vino de la alegría del evangelio que transforma todo desde dentro.

El tema de la discusión es el ayuno que se supone que los discípulos de Jesús también deberían practicar en los días prescritos como expresión de la conversión. Al fin y al cabo, como lo acaba de decir en 5,32, Jesús vino a llamar a la conversión a los pecadores.

Pongámosle atención a la manera como responde Jesús a sus críticos. Lo hace con tres imágenes.

(1) El comportamiento de los invitados en un banquete de bodas (5,34-35). Jesús se proclama como el esposo mesiánico que inaugura un tiempo nuevo en las relaciones entre Dios y los hombres; los discípulos son los invitados al banquete de bodas. Con la presencia de Jesús en medio de los pobres, sufrientes y marginados, comienza el tiempo festivo, el del gozo de la salvación, el de la “alegría del cielo” (ver 15,10.32), signo y realización de la esperanza colmada de todos los hombres. Sin embargo, los días del ayuno vendrán pronto, serán los días del sufrimiento del Maestro.

Vienen enseguida dos imágenes que tienen por finalidad contraponer lo antiguo y lo nuevo. Lo primero que se dice es que lo antiguo y lo nuevo en principio no pueden ir juntos; unir lo uno y lo otro es arruinarlos a ambos. De esta manera, Jesús enseña que el apego a las cosas y costumbres viejas, a lo mejor puede ser algo placentero, pero destruye lo nuevo, lo nuevo que irrumpe en el tiempo a partir de Jesús.

Pero, también hay otra posibilidad de lectura que invitamos a explorar.

(2) El absurdo de intentar remendar un vestido viejo destrozando un vestido nuevo (5,36). La comparación podría apuntar también a la idea de no echar a perder los dos: lo viejo y lo nuevo. Según esto, la novedad del Reino no implica un rechazo de las antiguas tradiciones, pero –eso sí- tampoco es válido anquilosarse en el pasado, es necesario dar nuevos pasos, sin oponer fastidiosas resistencias, hacia lo nuevo. Lo nuevo no se sacrifica por lo antiguo (para darle gusto a quien está apegado a lo antiguo), es lo antiguo lo que debe adaptarse a lo nuevo.

(3) El absurdo de intentar depositar vino nuevo en recipientes ya utilizados (5,37-39). La imagen anterior podría dejar una ambigüedad que habría que aclarar con una nueva comparación. Se estaría diciendo que tampoco hay que sacrificar lo nuevo desbaratando lo antiguo, que debe haber armonía con la antigua tradición.

Jesús termina diciendo: “Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo, porque dice: ‘el añejo es el bueno’” (5,39). Esta frase, que es propia de Lucas, coloca el acento en qué es “lo mejor”. Lo nuevo no es necesariamente lo mejor, como tampoco lo es necesariamente lo viejo. Lo que importa, en última instancia, no es el recipiente que lo contiene sino el vino mismo: el vino viejo añejo es mejor que el nuevo –eso nadie lo duda- pero éste necesita de un recipiente nuevo –esto tampoco nadie lo duda-. Así es la Buena Nueva del Reino.

Bajo esta luz, Simón Pedro y sus compañeros comprenden la profundidad de su vocación para una vida nueva en el seguimiento de Jesús. La Palabra de Jesús vertida en sus corazones genera actitudes nuevas frente a las diversas realidades de la vida: “nuevos” comportamientos, “nuevos” hábitos distintivos. De nada sirve el evangelio si la novedad no es total y a fondo. Es la nueva ética del Reino de Dios.



Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. ¿Qué nos quiere decir Jesús con la comparación que hace del vino y los odres y del remiendo nuevo en vestido viejo?

2. ¿Me considero una persona alegre que busca actuar como actuó Jesús? ¿Si les preguntara a las personas que conviven conmigo si me ven alegre, qué me dirían?

3. ¿Nuestra familia, nuestra comunidad, sabe valorar lo nuevo y lo antiguo respecto a las ideas, opiniones, personas? ¿Me cuesta aceptar aquello que me pide actitudes nuevas, desprendimientos nuevos, caminos nuevos? ¿Qué debo hacer?
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Posted: 02 Sep 2010 03:03 PM PDT

SEMANA XXII DEL TIEMPO ORDINARIO
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 4, 1-5


Hermanos:
Los hombres deben consideramos simplemente como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se pide a un administrador es que sea fiel.
En cuanto a mí, poco me importa que me juzguen ustedes o un tribunal humano; ni siquiera yo mismo me juzgo. Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor, Por eso, no hagan juicios prematuros. Dejen que venga el Señor: Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y manifestará las intenciones secretas de los corazones. Entonces, cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL 36, 3-6. 27 -28a. 39-40

R. ¡La salvación de los justos viene del Señor!

Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y Él colmará los deseos de tu corazón. R.

Encomienda tu suerte al Señor,
confía en Él, y Él hará su obra;
hará brillar tu justicia como el sol
y tu derecho, como la luz del mediodía. R.

Aléjate del mal, practica el bien,
y siempre tendrás una morada,
porque el Señor ama la justicia
y nunca abandona a sus fieles. R.

La salvación de los justos viene del Señor,
Él es su refugio en el momento del peligro;
el Señor los ayuda y los libera,
los salva porque confiaron en Él. R.




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 5, 33-39

Los escribas y los fariseos dijeron a Jesús: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben».
Jesús les contestó: «¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar».
Les hizo además esta comparación: «Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a éste no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. El vino nuevo se pone en odres nuevos. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: el añejo es mejor».


Palabra del Señor.


LITURGIA DE LAS HORAS
TIEMPO ORDINARIO
VIERNES DE LA SEMANA XXII
Del Común de pastores para un santo papa y del Común de doctores de la Iglesia. Salterio II


3 de Septiembre


SAN GREGORIO MAGNO, papa y doctor de la Iglesia (MEMORIA).

Nació en Roma hacia el año 540. Desempeñó primero diversos cargos públicos, y llegó luego a ser prefecto de la Urbe. Más tarde se dedicó a la vida monástica, fue ordenado diácono y nombrado legado pontificio en Constantinopla. El día 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los pobres, en la propagación y consolidación de la fe. Tiene escritas muchas obras sobre teología moral y dogmática. Murió el día 12 de marzo del año 604.


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Ant. Venid adoremos a Cristo, pastor supremo.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Himno: CRISTO, CABEZA, REY DE LOS PASTORES.

Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.

Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
le armó guerrero y le nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.

El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.

Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.

Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.

Ant. 2. En Tu juicio, Señor, acuérdate de la misericordia.

Cántico: JUICIO DE DIOS - Ha 3, 2-4. 13a. 15-19

¡Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra!
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto acuérdate de la misericordia.

El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.

Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.

Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar.
Tranquilo espero el día de la angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.

Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi salvador.

El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. En Tu juicio, Señor, acuérdate de la misericordia.

Ant. 3. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Glorifica al Señor, Jerusalén.

LECTURA BREVE Hb 13, 7-9a

Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.

RESPONSORIO BREVE

V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.

V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Gregorio, pastor eximio, fue un modelo acabado de vida pastoral y nos legó una regla segura para seguir esa vida.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Gregorio, pastor eximio, fue un modelo acabado de vida pastoral y nos legó una regla segura para seguir esa vida.

PRECES

Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo:

Apacienta a tu pueblo, Señor.

Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor,
haz que por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.

Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.

Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.

Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa san Gregorio Magno, concedas el espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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VÍSPERAS
Oración de la tarde

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.

Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.

Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.

Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.

Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.

Salmo 114 - ACCIÓN DE GRACIAS

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.

Ant. 2. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Ant. 3. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

LECTURA BREVE 1Pe 5, 14

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

RESPONSORIO BREVE

V. Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El papa san Gregorio realizaba en su vivir lo que enseñaba con sus labios; así fue ejemplo vivo de aquella vida cristiana que explicó con su palabra.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El papa san Gregorio realizaba en su vivir lo que enseñaba con sus labios; así fue ejemplo vivo de aquella vida cristiana que explicó con su palabra.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:

Salva a tu pueblo, Señor.

Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.

Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos.

Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.

Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa san Gregorio Magno, concedas el espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.




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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE

Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.

SALMODIA

Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.

Salmo 87 - ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.

Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.

Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.

Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.

Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.

Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla
o tu justicia en el país del olvido?

Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?

Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:

me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.

LECTURA BREVE Jr 14, 9

Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

OREMOS,
Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor.
Amén

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos , gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.

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