- Soñando un futuro nuevo para la mujer en la Iglesia
- Entre don Quijote y Sancho
- CIEN AÑOS DE TERNURA
- Sin bici no hay paraíso
- ¿De quién cree que es este texto?
- Acceder a Cristo es acceder a tu propia profundidad
- Evangelio Misionero del Dia: 7 de Setiembre de 2010 - SEMANA XXIII DURANTE EL AÑO
- Lecturas y Liturgia de las Horas: 7 de Setiembre de 2010
Posted: 06 Sep 2010 07:17 PM PDT Soñar es una manera de alentar el deseo y éste tiene una gran fuerza transformadora. Soñar es el primer paso para cambiar la realidad, es una manera de hacer verdad las utopías. Soñar y … empujar la historia en la dirección de lo soñado. Los sueños no siguen un orden lógico, ni teológico. Son caóticos, espontáneos, brotan libremente del inconsciente, no se ajustan a normas establecidas, en ellos no todo encaja en lo “políticamente correcto“… así me voy a permitir yo soñar. Sueño una Iglesia que es realmente una comunidad inclusiva y paritaria, donde mujeres y hombres concentramos nuestras fuerzas en hacer verdad la Buena Noticia, luchando por expulsar los “demonios” de la pobreza, la injusticia, la violencia, el sexismo, el patriarcalismo, la violación de los derechos humanos, la explotación y el tráfico sexual de mujeres y niñas, la explotación laboral, la violación como arma de guerra… Sueño una Iglesia toda ella ministerial, en la que los ministerios no estén concentrados en manos de los sacerdotes, sino que cualquiera de ellos pueda ser ejercido, desde la llamada de Dios, el reconocimiento de la comunidad que elije y designa a las personas que están capacitadas para ello, sin ninguna discriminación sexual. Entonces podrá ser de verdad una Iglesia servicial, apasionada por todas las personas que sufren exclusión por razón de su clase, raza, sexo, orientación sexual… una Iglesia cuidadora del cosmos y de toda la vida del planeta. Sueño una Iglesia en la que los lugares de decisión y gobierno no estén condicionados por el sexo sino por la preparación, el amor y la capacidad de servir a la comunidad y de un modo prioritario a los más necesitados. Una Iglesia donde las mujeres dejamos de ocupar los bancos como escuchadoras semi-mudas y pasantes de los cestillos, para tomar la palabra y constituirnos en sujetos activos de las celebraciones litúrgicas y sacramentales, en un servicio rotativo, igualitario, cuyo requisito no sea ser varón y clérigo, sino ser personas preparadas y dispuestas a servir así a la comunidad. Una iglesia toda ella tan sensibilizada a la lacra de la violencia machista, que sea la primera en salir a la calle y animar a hacer lo mismo a la comunidad social, cada vez que una mujer es asesinada o maltratada. Sueño una Iglesia donde ninguna mujer tenga que aceptar la situación clandestina de “amante secreta” de ningún clérigo, porque el celibato no sea una obligación sino una opción en libertad, separado del ejercicio del carisma sacerdotal. Una iglesia donde las congregaciones religiosas femeninas tengan los mismos derechos que las masculinas y no necesiten estar supervisadas, controladas ni “paternizadas” por ningún varón. Una Iglesia que haga imposible que se digan cosas como las que dijo San Juan Crisóstomo, llamado por su elocuencia “Boca de Oro”: “Qué soberana peste la mujer, ella es la causa del mal, la autora del pecado, la puerta del infierno, la fatalidad de nuestras miserias”. O como las de Tertuliano: “¿No os dais cuenta de que cada una de vosotras sois una Eva? La maldición de Dios sobre vuestro sexo sigue plenamente vigente en nuestros días. Culpables, tenéis que cargar con sus infortunios. Vosotras sois la puerta del mal, vosotras violasteis el árbol sagrado fatal; vosotras fuisteis las primeras en traicionar la ley de Dios; vosotras debilitasteis con vuestras palabras zalameras al único sobre el que el mal no pudo prevalecer por la fuerza. Con toda facilidad destruisteis la imagen de Dios, a Adán. Sois la únicas que merecíais la muerte; por culpa vuestra el Hijo de Dios tuvo que morir”. Sueño una iglesia donde no se considere palabra de Dios, sino palabra de varón, textos denigrantes para la mujer como las siguientes: “El ángel que hablaba conmigo me dijo: alza los ojos y mira, ¿qué aparece? Pregunté: ¿qué? Me contestó: Un recipiente de veinte y dos litros; así de grande es la culpa en todo el país. Entonces se levantó la tapadera de plomo y apareció una mujer sentada dentro del recipiente. Me explicó: Es la maldad. La empujó dentro del recipiente y puso la tapa de plomo” (Zac 5,5-8)”. Ni se vuelva a leer en ninguna liturgia otros textos, más cercanos, como los de Pablo, mandando callar a las mujeres en la Iglesia, pidiéndoles sometimiento a sus maridos, proclamando al varón cabeza de la mujer. Y si por casualidad se lean que sea para decir: “Ésta no es palabra de Dios y por ellas no te alabamos Señor.” Una Iglesia que recupere la memoria y reconozca que quién fue tentación no fue la mítica Eva, sino el personaje histórico Pedro a quien Jesús llamó Satanás. Sigo soñando una Iglesia en la que, ya que nos atrevemos a imaginar y proponer imágenes de Dios antropomórficas, éstas sean fieles a mostrar la verdad de que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y ya nunca más se excluya de la representación de Dios el cuerpo de la mujer y su sexualidad. Que de una vez por todas el cuerpo femenino deje de ser no apto para revelar a Dios. Una Iglesia en la que las orientaciones de moral sexual y familiar sean hechas por hombres y mujeres casados que desde su experiencia y su preparación y eficiencia puedan, de verdad, no sólo orientar, sino ser testigos creíbles de aquello que proponen a los demás. Una iglesia que tenga un lenguaje litúrgico no sexista, ni patriarcal y reconozca que Dios tiene hijos e hijas, hermanos y hermanas… y donde no ocurra, lo que acontece ahora tantas veces, que en una liturgia donde prácticamente sólo hay mujeres, la persona que presida la Eucaristía, las invisibiliza en su lenguaje y se dirige al público todo el tiempo en masculino. Una Iglesia que se tome en serio y sepa respetar no sólo la teología que elaboran los teólogos sino también la que elaboran las teólogas, y por tanto sea paritaria la presencia de mujeres y hombres en las facultades de teología y en los centros de formación sacerdotales y laicales. Aunque, pensándolo bien, quizá lo ideal es que desaparecieran el dualismo clerical/laical. Sueño y sueño y no dejo de soñar… una comunidad eclesial fiel a Jesús de Nazaret. Él hizo verdad una comunidad de iguales, sin exclusión alguna, no estructuró su grupo de seguidores y seguidoras desde el orden patriarcal dominante, sino como una familia de iguales, sin relaciones de poder jerarquizado. Lo expresó muy claro: llamándolos amigos y no siervos (Jn 15,15), pidiéndonos que no llamásemos padre, ni maestro a nadie más que a Dios, porque todos los demás somos hermanos y hermanas. Hizo visible la comunidad que quería lavando los pies a los suyos y diciéndole a Pedro que si no entiende ese gesto suyo no puede formar parte de la nueva familia (Jn 13,6-8). Sueño una Iglesia que, como Jesús, cambie radicalmente la mirada sobre las mujeres y visibilice de un modo nuevo nuestros cuerpos: No como objetos sino como sujetos autónomos y libres. No como reproductoras sino como constructoras de la Historia de Salvación, del Reino de Dios. No como cuerpos tentadores sino como amigas entrañables suyas, como quienes “aman mucho”, “tienen mucha fe”. No como inferiores en nada sino como iguales en todo: en dignidad, derechos, deberes, tareas en su comunidad. No para estar detrás y debajo de nadie sino junto a, al lado de… construyendo la historia. No como ignorantes que nada tienen que decir sino como “maestras” de las que él aprendió. No lejos de los espacios significativos sino dentro de la comunidad, ejerciendo los mismos roles y funciones que los varones. No dentro del hogar sino donde la vida nos cite, donde Dios nos llame, en la vida, en la historia, en la plaza publica, en todos los ministerios eclesiales. También, por supuesto, en el hogar, compartiendo tareas y cuidados con los varones. No como imposibilitadas para mostrar el rostro de Dios sino como revelación suya. Es hora de despertar y no quiero, no quiero encontrarme con la realidad que ahora vivimos las mujeres en la Iglesia, pero es preciso despertar, levantarnos, liberarnos de nuestros encorvamientos ancestrales, arriesgar a tocar lo prohibido por leyes y preceptos patriarcales, es preciso unirnos, trabajar al unísono mujeres y hombres en la Iglesia para ir empujando esta Iglesia nuestra, santa y pecadora, fiel e infiel en la dirección del sueño de Dios: una comunidad de hijas/os, hermanas/os. En esta hermosa y ardua tarea todos y todas necesitamos convertirnos a la Buena Noticia del Reino y su llamada a creer en ella y a hacerla verdad en la historia, en la Iglesia. *Extracto del artículo publicado en la revista Critica, enero-febrero 2010 Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 07:11 PM PDT Por Pedro Miguel Lamet sj Más que personajes de ficción, don Quijote y Sancho son gente que se tropieza uno por la calle. Quizás por esa razón en Alcalá de Henares, enfrente de la supuesta casa natal de Cervantes, han situado, sentados en un banco, estas estatuas en bronce de los héroes de la genial novela. Todos tenemos algo de los dos. Del sentido práctico y materialista de Sancho y de la locura soñadora de don Quijote; aunque quizás, según los casos y caracteres, predomine un personaje más que el otro en nuestra vida. Como el señor de la foto, equidistante entre ambos, lo importante es preguntarnos por nuestro mundo interior. Si hemos alcanzado la cordura, con su “hagámonos pastores, Sancho amigo”, de don Alonso Quijano el bueno; o la capacidad de ensueño del último Sancho, que añora volver a cabalgar los caminos idealistas del caballero andante. Creo que en el ambiente actual predominan los Sanchos de la primera etapa, embotados y muchos de ellos incapaces de convertirse al desfacedor de entuertos Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 04:56 PM PDT Por Koldo Aldai Había que conocer Calcuta, atravesar su infierno en la tierra. Nadie es el mismo tras un paseo por esa realidad tan cruda. Tarde o temprano, toca integrar la noción de un dolor tan desparramado por el mundo. A cada quien nos aguarda nuestra Calcuta, más o menos sórdida, su tremendo interrogante al echar la última mirada hacia atrás y decirle adiós, noqueados, despistados. En el itinerario personal es recomendable incluir esos claxones que rasgan los tímpanos, esas jóvenes madres que mendigan en cada esquina, esos tullidos sin piernas que avanzan veloces tras el turista, esa ciudad que concita tanta luz y tanta sombra y que ya no olvidaremos jamás… A veces el viaje es una forma de descubrir vivos ejemplos que, en medio de esas extremas y lacerantes Calcutas, lo dan todo y en ese darse por entero entreven genuina felicidad. En esta ocasión viajar fue también sólo una excusa para encontrar a esos seres de desbordante entrega, para rendirse junto a ellas, para hincar las rodillas a su vera en la otra punta del mundo. Despertaba el día en la enorme casa gris, en el baluarte de la entrega desde el que la Madre de los pobres iniciara su apostolado de amor en Kolkata (Calcuta en bengalí). Era la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad en Bose Road, era la misa de las 6 de la mañana en un día corriente en los comienzos de este año. Sobrecogidos, agradecíamos la oportunidad de estar en tan sagrado lugar, en el corazón de tan virtuosa casa, de tan heroico movimiento, que tanto amor ha irradiado por todo el planeta. Agradecíamos la ocasión de compartir oración con esos ángeles de humilde “shari” blanco que pusieron morada en medio de los infiernos. Renuncia total al mundo y consagración plena a los últimos de la tierra es lo que se respira entre las paredes desnudas de ese lugar santo. En la gran sala oratorio, se sitúan a un lado las hermanas, al otro los voluntarios. No hay más mobiliario que unas esteras en el suelo. Sobre ellas nos arrodillamos dichosos. Todas las ventanas permanecen abiertas, pues esa suerte de tan digna y voluntaria pobreza no sabe de aires acondicionados. El ruido de la calle a veces apaga incluso la voz del oficiante, pero el estruendo del tráfico, por enorme que sea ya desde primera hora, no puede devorar el santuario de paz, devoción y entrega allí creado. En medio de ese recogimiento matutino, de ese lugar santo entre los santos, vamos recuperando la fe que ha ido mermando cada paso entre tantas calles que acumulan tanta miseria. Cuando tanto horror puede hacerte llegar a pensar que todo está perdido; cuando la mirada a poco se torna neutra, insensible; cuando la esperanza estaba a punto de apagarse, alcanzamos tan austero como inolvidable altar. Cuando rebelde empezaba a aporrear las puertas del Cielo, llegaron a estos oídos esos sublimes cantos. En el lado de las hermanas todo es el blanco de las postulantas y el blanco con las conocidas franjas azules de las ya consagradas y con votos. La mayoría de ellas orientales, pero sorprende ver también muchas occidentales. En el lado de los voluntarios todo es colorido, razas, culturas y lenguas diferentes. Sólo estas mujeres y su elevado testimonio son capaces de hacer caminar hasta la sagrada forma de la comunión a “rastas” y demás tribus variopintas de todo el mundo. Los cantos de esas mujeres piadosas llenan toda la atmósfera. Sus gargantas celestiales, sus melodías divinas, su corazón puro, son su infinita fortaleza. Nada, ni nadie puede atacarlas. Después de la misa vendría un sencillo desayuno de “chaid” bien dulce y pan para todos los voluntarios. Tras el refrigerio, en otra sala contigua a la calle, tiene lugar la repartición de las tareas del día. Se abre la persiana de metal y salen hermanas y voluntarios a prodigar amor por esas calles de inframundos. Se sumergen en la ciudad gris las mujeres de bendito blanco. En realidad uno hubiera querido que esa persiana no se abriera nunca, que el mundo y todos sus sufrimientos aguardaran allí fuera. Uno hubiera querido esconderse y permanecer entre esos muros impregnándose de todo lo que le falta. El egoísmo busca refugio y distancia con respecto a esa ciudad inmensamente pobre. Semeja sólo una persiana, pero en realidad es un abismo... Retrasamos todo lo que podemos el abismo. Nos recogemos unos momentos en la tumba de Madre Teresa. Junto a ese mármol liso, sencillo, austero, pedimos por esas mujeres, para que Dios las llene de fuerza, y si aún les cabe, de más amor, para proseguir su valiente y extraordinaria misión. ¡Que quienes todo lo dan, sigan siendo inundadas de fe y de coraje, que puedan seguir siendo exponente de compasión infinita! Merecía la pena todo el precio de sinsabores y ruidos para llegar hasta poner la frente en ese mármol frío. Un excepcional amor, que después revestiría humilde shari blanco, tomó cuerpo hace cien años. ¡Que podamos aprender la lección de caminar nosotros también sobre la tierra sufriente, con los pies descalzos, con sus plantas negras, si es preciso! Vino hace 100 años al mundo quien inspiró tanto y tan comprometido silencio, quien hizo arremangarse a tantas mujeres (también hombres) de todo el mundo para tan suprema labor, quien inició esos cantos en medio del más atronador ruido, quien creó la orden y mojó las primeras frentes, quien cargó sobre sus hombros los primeros desvalidos… Hay ejemplos excelsos que es preciso aventar. No he visto galones comparables a las tres rayas azules sobre el blanco, al crucifijo en el hombro que ellas llevan, con ejemplarizante humildad. Poco nos importa el itinerario de la Madre Teresa a los altares de brillante oro, tiene ya encendidas todas las velas en altares de más adentro. Poco nos interesan las polémicas sobre su ideología “conservadora” en ciertos aspectos, la caricia no tiene color, ni ideología y ellas las prodigan a cada enfermo, necesitado y desvalido. Las hermanas sugieren no escribir sobre ellas, no dar propaganda a su labor abnegada, pero es que ahora hace cien años que tanto amor tomó carne. ¿Para qué la palabra, sino para dar a conocer heroísmos diarios, sino para revelar esta apasionante historia que dio comienzo hace ahora cien agostos? ¿Cuándo, si no es ahora? En el ocaso del verano será preciso interrogarse por la esencia de esa primavera que nunca marchita, de ese servicio que nunca se rinde, de esa fe que jamás desfallece. No podía ser de otra manera. A los cien años de su primer aliento en Skopje (Macedonia), siquiera una fugaz mención de la santa de Calcuta que nunca muere, cien años de ternura y una breve loa a tan colosal ejemplo. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 04:50 PM PDT Por Merche Mas Solé Oda poetica de Jordi Miralles (Barcelona. www.terra.es ) El paraíso es la realidad que imaginamos cuando deseamos más compartir que gozar. Y la bici es este símbolo inequívoco de vivir en armonía desde la propia realidad amorosa por nuestro entorno. La bici transmite fuerza suficiente para lavar nuestros pecados de excesos y destrucción para con ella atender necesidades básicas sin dañar el entorno. EL INFIERNO SIN BICI En el infierno no hay bicis; reina la oscuridad de la indigestión del oro negro convertida en aparente tesoro envenenado del que nos hemos hecho adictos hasta llegar a aparcar nuestro vehículo celestial para dar paso a la riqueza efímera motorizada que acalla los sollozos de nuestra alma abandonada en un mar de asfalto. En el infierno no hay bicis, sólo el pestilente humo de los autos privados que van minando la salud colectiva. Un mar de asfalto y cemento que ha ennegrecido todos los paisajes sin distinción de escenarios, un mar que nos ha robado preciados bienes naturales a nuestra alma y a miles de seres de vivos que comparten nuestra única tierra. Y todo por lanzarnos a la vorágine en la que sólo las explosiones a cuatro tiempos nos sitúan en el centro del mayor tsunami de la historia y que ha conseguido arrebatarnos nuestro más noble espíritu.en la polución, donde nos sentimos dueños de la creación aunque perdamos vidas humanas a raíz de cuarenta mil almas al año. Imaginando, eso si, que nuestra capacidad tecnológica sabrá resolver o mejor dicho reconstruir un futuro del que sentirnos orgullosos en lugar de ver un futuro brillante del que tengamos que reconocer que nos hemos equivocado. EL PARAISO CON BICI En el paraíso solo se llega y se vive en bici y con un auto menos. Con bici y sin prisas. Para recorrer callejuelas, ramblas y paseos, avenidas y bulevares, por las podemos descubrir nuestra más insigne herencia como usufructuarios de la Tierra. Una Tierra, un hábitat edificado sobre las reglas de la economía solar, de cielos azules y limpios ambientes de calles sosegadas y viviendas autoproductoras de energía, de verdes entornos que nos reconecte.y permitan la vivencia ciudadana que no es otra que la de esforzarse para edificar la utopía, pedazo a pedazo sobre este asfalto vicioso que nos separa de la tierra y del que tendremos que desprendernos. Porque cada bicicleta nos permite nuestras mejores labores sin huella, sobre un planeta finito en recursos pero infinito en oportunidades para amar sobre pedales.pedales elegantes para ofrecer belleza al paraíso, para sentir las caricias del aire contento, para citas románicas, para satisfacer los sueños alquímicos que hay que poder transmitir a las futuras generaciones.. Una bici es algo más que un amasijo de hierro y caucho entre las piernas. Mucho más. No es sólo una máquina para correr sino una declaraciòn de amor hacia nuestro planeta. Una bici puede llevar todo el bagaje de una vida destinada a repartir felicidad por el mundo, ya sea lejano (caso del Biciclown y su vuelta al planeta en 10 años) o por el mundo cotidiano convirtiendo cada recorrido en un espacio para ser más generosos y dulces con nuestros semejantes y con nuestro entorno. Sin bici, no hay paraíso. Nuestro paraíso terrenal empieza donde acaban nuestros humos. Feliz pedaleo. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 04:43 PM PDT "La verdadera obediencia no es la de los aduladores, llamados falsos profetas de la auténtica profecía del Antiguo Testamento. No es la de aquellos que evitan cualquier obstáculo o dificultad ni de los que ponen por encima de todo la garantía de su propia comodidad. Lo que hace falta en la Iglesia de hoy (y de todos los tiempos) no son panegiristas del orden establecido, sino hombres cuya humildad y obediencia no sean menores que su pasión por la verdad, hombres que den testimonio a pesar de cualquier posible consecuencias o ataque, hombres que, en una palabra, amen a la Iglesia más que a la comodidad y a la tranquilidad de su propia carrera". ¿De quién cree que es este texto? ¿De José Arregui o de Leonardo Boff? La verdad es que parece escrito con toda la intención y para las actuales circunstancias eclesiales. El texto es de 1971 y su autor, Joseph Ratzinger. Sí, sí, el Papa Benedicto XVI. Un texto que se comenta por si sólo. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 04:40 PM PDT Publicado por 21RS “Cada tradición religiosa es un camino hacia el desvelamiento de lo Real. Los cristianos somos aquellos que hemos sido seducidos por Jesús de Nazaret y recurrimos a los Evangelios, unas palabras escritas que tienen su culminación en la transformación de quien las lee. El Cristo naciente está albergado en cada interior humano". Javier Melloni es jesuita, teólogo y antropólogo especializado en diálogo interreligioso y mística comparada. Ha realizado diversas estancias en la India y vive en la Cueva de San Ignacio (Manresa), donde acompaña, reflexiona y escribe sobre las diversas manifestaciones de la experiencia de Dios, tratando de integrar las tradiciones occidentales y orientales. Autor de numerosos libros sobre mística, hace unos meses publicó 'El Cristo interior' (Herder Editorial), donde se adentra en lo que es más nuclear de la experiencia cristiana: la contemplación de la persona de Jesús. Según el autor, “este libro es una copa colmada de oración que ofrece su vino en pequeños sorbos para que sea recibido en el mismo clima meditativo que lo ha gestado”. Cada capítulo tiene por título una cita del Evangelio, a partir de la cual el autor va destilado su contenido. La obra se presenta como un itinerario en cuatro tiempos: el seguimiento de Jesús como horizonte; su vida como camino; su pasión como vaciamiento de nuestras imágenes de él y de Dios; y su resurrección como la gestación de un modo nuevo de comprenderlo, de modo que el Jesús que se percibía fuera es percibido cada vez más adentro. A través de este recorrido se va gestando en cada creyente el Cristo interior. La convicción que subyace a estas páginas es que Jesús de Nazaret es la revelación y anticipación de lo que somos todos. “Cada tradición religiosa es un camino hacia el desvelamiento de lo Real. Los cristianos somos aquellos que hemos sido seducidos por Jesús de Nazaret y recurrimos a los Evangelios, unas palabras escritas que tienen su culminación en la transformación de quien las lee. El Cristo naciente está albergado en cada interior humano. Hay semillas de divinidad por doquier. Jesús de Nazaret vino a despertarnos y desde entonces estamos amaneciendo a pesar de nuestro adormecimiento”. Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 04:29 PM PDT Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 12-19 Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse sanar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban sanos; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos. Compartiendo la Palabra Por Conrado Bueno, cmf Rezar a Dios, amar al hombre Unidad Cuántas veces repetimos: hay que unir, hay que integrar todas las dimensiones del hombre: lo humano y lo divino, lo espiritual y material. En cristiano, repetimos: hay que unir e integrar la acción y contemplación, a Marta y a María. Ser contemplativos en la acción. Tan veterana es esta cuestión que se refleja en viejas frases lapidarias en latín: “Contemplata aliis tradere”, “Ora et labora” (Comunicar a los demás lo que hemos contemplado, reza y trabaja). Un biógrafo llama a Claret “Un místico de la acción”. Hasta el refranero español se apunta: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Y no digamos los psicólogos que nos invitan, a todas las horas, a buscar la unidad de la persona. Mirar a Jesús Tres tiempos señala el Evangelio de hoy, en la jornada de Jesús. Orar al Padre, estar con la comunidad de sus apóstoles y curar las enfermedades del pueblo. Gráficamente, apunta el evangelista que Jesús “bajó del monte y se paró en el llano”. Siempre lo mismo: Jesús, unido a Dios por la oración y unido a los hombres por la predicación y sanación. Dos circunstancias aparecen en la escena. Jesús bajó con sus discípulos, siempre en comunidad, y se encontró con gente de la costa de Tiro y Sidón; es decir, su misión está abierta a todos, es universal. Nuestra vida: el monte y el valle La oración ha de estar en el fondo de todo el vivir cristiano. Si estamos enamorados, nos comunicamos; si tenemos fe, rezamos. Por lo menos que esté clara la necesidad, aunque luego dejemos mucho que desear. Es cierto que, a veces, parecería que confiamos más en nuestras fuerzas y medios que en el poder de Dios. Nos encantan los medios grandiosos, medir por grandes muchedumbres, arrimarnos a los poderosos. Pobres de nosotros: sólo Dios. Como Jesús con el Padre, nosotros con Jesús. Somos su comunidad, somos los suyos, aquellos a quienes llama amigos. Nos “escoge, nos llama y nos nombra apóstoles”. El Evangelio se continúa en nosotros; junto a Pedro, Andrés y Santiago, están todos los nombres que contienen los libros del Bautismo: Sergio, Cristina, Álvaro y Natalia. ¡Qué gratificante realidad se nos escapa, con frecuencia! (Ojo, que también hay traidores en el grupo). Los creyentes, como el Maestro, tenemos que bajar del monte al valle, para ayudar al que sufre. En este punto, tenemos el riesgo de quedarnos en palabras bonitas y rutinarias. Hay que bajar a la arena: ¿A quién tengo yo que servir, escuchar, perdonar, mirar con benevolencia? ¿Cómo puedo yo evitar el ser duro de corazón, el ser fácil a juzgar negativamente, el herir con mi palabra, el cerrar mi corazón? Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
Posted: 06 Sep 2010 04:25 PM PDT SEMANA XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Lectura de la primera. carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 6, 1-11 Hermanos: ¿Cómo es posible que cuando uno de ustedes tiene algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos? ¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo va ser juzgado por ustedes, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar asuntos de mínima importancia? ¿Ignoran que vamos a juzgar a los mismos ángeles? Con mayor razón entonces, los asuntos de esta vida. ¡Y pensar que cuando ustedes tienen litigios, buscan como jueces a los que no son nadie para la Iglesia! Lo digo para avergonzarlos: ¡por lo visto, no hay entre ustedes ni siquiera un hombre sensato, que sea capaz de servir de árbitro entre sus hermanos! ¡Un hermano pleitea con otro, y esto, delante de los que no creen! Ya está mal que haya litigios entre ustedes: ¿Por qué no prefieren sufrir la injusticia? ¿Por qué no prefieren ser despojados? Pero no, ustedes mismos son los que cometen injusticias y defraudan a los demás, ¡y esto entre hermanos! ¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el Reino de Dios. Algunos de ustedes fueron así, pero ahora han sido purificados, santificados y justificados en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL 149, 1-6a. 9b R. ¡El Señor ama a su pueblo! Canten al Señor un canto nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que Israel se alegre por su Creador y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. R. Celebren su Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara, porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes. R. Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas. Glorifiquen a Dios con sus gargantas: éste es un honor para todos sus fieles. R. Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 12-19 Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse sanar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban sanos; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor. LITURGIA DE LAS HORAS TIEMPO ORDINARIO MARTES DE LA SEMANA XXIII De la feria. Salterio III 7 de septiembre LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. Al Señor, al gran Rey, venid adorémosle. Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: GRACIAS, SEÑOR POR EL DÍA Gracias, Señor, por el día, por tu mensaje de amor que nos das en cada flor; por esta luz de alegría, te doy las gracias, Señor. Gracias, Señor, por la espina que encontraré en el sendero, donde marcho pregonero de tu esperanza divina; gracias, por ser compañero. Gracias, Señor, porque dejas que abrase tu amor mi ser, porque haces aparecer tus flores a mis abejas, tan sedientas de beber. Gracias por este camino, donde caigo y me levanto, donde te entrego mi canto mientras marcho peregrino, Señor, a tu monte santo. Gracias, Señor, por la luz que ilumina mi existir; por este dulce dormir que me devuelve a tu cruz. ¡Gracias, Señor, por vivir! Amén. SALMODIA Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros. ¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra; la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo; el Señor dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Càntico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4. 7-9. 12 Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua: La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. LECTURA BREVE 1Jn 4, 14-15 Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. RESPONSORIO BREVE V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. V. Mi alcázar, mi libertador. R. En que me amparo. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas. PRECES Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes: Acuérdate, Señor, de tu pueblo. Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, y haz que no deje nunca de glorificarte. Que nunca, Señor, quedemos confundidos los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza. Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, ya que sin ti nada podemos hacer. Acuérdate de los pobres y desvalidos; que este día que comienza les traiga solaz y alegría. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro... ORACIÓN Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------------ VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: COMO EL NIÑO QUE NO SABE DORMIRSE Como el niño que no sabe dormirse sin cogerse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos, al caer la tarde. Como el niño que sabe que alguien vela su sueño de inocencia y esperanza, así descansará mi alma segura sabiendo que eres tú quien nos aguarda. Tú endulzarás mi última amargura, tú aliviarás el último cansancio, tu cuidarás los sueños de la noche, tu borrarás las huellas de mi llanto. Tú nos darás mañana nuevamente la antorcha de la luz y la alegría, y, por las horas que te traigo muertas, tú me darás una mañana viva. Amén. SALMODIA Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo. Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO. Los que confían en el Señor son como el monte Sión: no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas, y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos, no sea que los justos extiendan su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón; y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. El Señor rodea a su pueblo. Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN BRAZOS DE DIOS. Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12 Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. LECTURA BREVE Rm 12, 9-12 Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. RESPONSORIO BREVE V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. V. Tu fidelidad de generación en generación. R. Más estable que el cielo. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. PRECES Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo: Escúchanos, Señor. Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo; haz que por él crezcamos en todo conocimiento. En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar. Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres. Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Tú que nos has prometido la resurrección en el último día, no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro... ORACIÓN Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. ------------------------------ COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría. Si poco fue el amor en nuestro empeño de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran amor que todo lo engrandece. Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora en justa, e ilumina la senda de la vida y de la muerte del hombre que en la fe lucha y camina. Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la esperanza de esperar cada noche tu gran día. Amén. SALMODIA Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. LECTURA BREVE 1Pe 5,8-9 Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN OREMOS, Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos , gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Crremos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente. |
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